sábado, 23 de abril de 2022


 

AURELIA CASTILLO DE GONZÁLEZ

 

 

Los Alpes

 

 

De un resalto tremendo a otro resalto,
escalan el espacio las montañas,
como en ardiente emulación de hazañas,
van los pétreos gigantes en asalto.
Llegan en confusión; y allá en lo alto,
entre las nubes son nubes extrañas,
mas el agua se filtra en sus entrañas,
burlando la pizarra y el basalto.
Incubadora sin igual, la nieve
como alas tiende sus armiños puros;
ya no se suelta murmurante y leve.
Ya no la bordan los alegres muros;
y, cerrando terrible el horizonte,
de blanco mármol aparece el monte.

 

 

HORACIO CASTILLO

 

  

El pecho blanco, el pecho negro



Mi madre tenía un pecho blanco y un pecho negro.
Al despertar tomaba el pecho blanco en su mano
y acercándolo a mis labios decía: Bebe, hijo mío,
y yo bebía una leche blanca, espesa, dulcísima.
Luego apretaba entre sus dedos el pezón negro
y colocándolo en mi boca repetía: Bebe, hijo mío,
y yo bebía una leche oscura, infinitamente agria.
Mi madre tenía un pecho blanco y un pecho negro.
De día, sosteniendo el pecho blanco en su mano
como una paloma, susurraba: Es la luz del mundo;
y a la noche, mientras exprimía suspirando
el pecho negro, prorrumpía: Es la oscuridad.
Mi madre tenía un pecho blanco y un pecho negro.
A veces exponía el pecho blanco al sol
y escondiendo bajo su ropa el pecho negro
canturreaba: Esta es la leche que sacia toda hambre,
y su rostro se iluminaba con una sonrisa inmortal.
Pero mi boca buscaba otra vez el pecho negro
y tomándolo en su mano con piadosa resignación
lo ponía en mis labios diciendo: Bebe, hijo mío,
y yo bebía ávidamente la leche que da más hambre.
Mi madre tenía un pecho blanco y un pecho negro.

 

 

ZÉNO BIANU

 

 


 

Mi cabeza es una habitación
Tapizada con espejos solares
Quiero reunirme con los espíritus
Quiero ser ligero
Más ligero que el aire
Transparente
Translúcido
En perpetua ingravidez
Llámenme James Helium
Llámenme
Jimi Hidrógeno

 

ARMANDO RUBIO HUIDOBRO

 

  

Las nubes

 

 

Niño,
las nubes no son de algodón;
las nubes son
el bostezo de Dios.

Niño,
las nubes no son un adorno;
las nubes
son un estorbo:
no nos dejan ver a Dios.

 

 

GONZALO ARANGO

 

  

Poema a mi sobrenada

 

 

el sobretodo es mi mejor amigo
bebemos vino de consagrar en los viñedos
y nos emborrachamos,
compartimos el amor con las mujeres.
mi sobretodo es sensual y seductor.
en la cárcel era un colchón
en los prostíbulos era un refugio
con las manos hundidas en los bolsillos
que me salvaba del naufragio de los besos baratos.
en el invierno me defendía de la lluvia
y en el verano era una sombra luminosa.
mi sobretodo era una incitación voluptuosa a la pereza,
al calor, al heroísmo, al amor, al invierno.
en los momentos de peligro me hacía pasar por detective
y me daba un aire respetable de gran señor del hampa.
mi cuerpo se pierde en él cuando me persiguen,
en mi buena época del parlamento él hablaba por mí:
silencioso
tímido
elocuente.
ha sido una bella disculpa
para eludir serias responsabilidades históricas.
mi sobretodo es a veces el lecho del amor
en los sitios despoblados de la ciudad
tiene un oculto sabor de pecado prohibido.
mi sobretodo es un gran honor.
tiene más historia que una alfombra mágica.
yo lo consagro como el receptáculo privilegiado
donde algunas mujeres tendieron su columna vertebral
completamente desnudas
de cara al sol o a la noche.
mi sobretodo es testigo de la ternura y el terror.
fue acariciado por manos sofocadas de mujer
y desgarrado por puñales de odio.
mi sobretodo tiene quemaduras de tabaco
y huellas de disparos asesinos
y marcas sospechosas de labios rojos.
yo lo empeño por 8 pesos en los momentos de apuro,
mi sobretodo está saturado de sudor animal
tiene residuos de manchas de sangre y aceite…
sonidos vegetales.
cuando no llueve y hace calor me lo quito
me hundo en la noche oscura y mojada
o me hundo en el día lleno de sol, seco.
mi sobretodo es humano y feo
y todos los domingos guarda en sus bolsillos

 

TERESA AMY

 

 

Saudade de Knossos

a Alfredo Fressia

 

 

el rey Minos mandó pintar los frescos del príncipe y de
la rosa moderna, rosa magenta, rojo cereza
marfil japonés de María, Blue moon, Altissimo,
Masquerade, Bucaneer amarilla, Parade,
Hansa, Souvenir de Léonie, ramilletes de Cécile Brünner,
Viennot sombreada : Híbridas de Té, aprovechan
las mutaciones con un tallo muy largo, trepadoras antiguas,
costeras, cortesanas, achatadas, heredadas rosas antiguas
de robusta floración damasco aparecen a raíz desnuda,
los vientos fuertes les quiebran las ramas, los deseos,
en la arena gruesa se descomponen, en los conos,
injertos y trasplantes, se ve un pedazo de pie (silvestre)
En la Biblioteca del Emperador (entre seiscientos libros
sobre rosas), sobre la representación de la rosa, en
la estación de variedades de la Malmaison
también está la rosa putrefacta de la herida
la rosa de Hiroshima
la bella rosa audaz, ilícita y estéril amada del poeta