martes, 29 de enero de 2013

EVA MURARI






En verano…



En verano tomar helados,
ir a la playa,
andar descalza,
leer novelas interminables,
comer cerezas,
pasar las noches tibias en el patio, con amigos
caminar de la mano.

JIMENA REPETTO





Elefante


La cama del hotel
inmensa sucia
un elefante dormido
al costado de la ruta.

Las sábanas revueltas
pliegues de carne gris
que envuelven pesadillas.

Decidimos que lo mejor
era abandonar los planes.

Nos repartimos las fotos en silencio
como un botín de asfalto.

MARIZEL ESTONLLO





Rapsoda



Tal es su nombre.
Tal es su delirio puesto
al servicio de las ruinas de sal
donde la veta de lo humano es fulgurante.
Haber crecido entre los maestros del Gran Arte
portando el saber de escuchar
el misterio de los vivos que nombran la muerte,
desconociéndola.
Su sensibilidad entregada al silencio convocante de las estrellas,
cede al muro hecho coraza
en la imaginación enamorada del sueño
como el ala de un antiguo pájaro que transmutó
el vuelo por la noche.
Ha erigido su lugar entre las aguas profundas de un cielo infinito.
Ha pactado con las entidades de la sombra
haciendo el deleite de situar al mundo
más allá de la necedad de lo vano
para perpetuarlo en la música de un grillo cansado del verano
parado en la vereda rota
en esquina con el sol
ese que pasa cada tanto dándole de beber la tragedia,
o la misma condición del desamparo de los hombres
y de los dioses.
Y ahí, tal su nombre
renace en la grieta tibia,
en el ascenso del águila,
o en lo que es lo mismo ,
la propiedad de su pasión.

JORGE LUIS BORGES





Diecisiete Haiku



14.-

¿Es un imperio
esa luz que se apaga
o una luciérnaga?

LAURA FIOCCA




  

Mi sombra sobre tu reflejo



Espero en un bar
y un agujero asoma
en mi vestido nuevo.

Detrás del humo
rostros que conocen
el lenguaje de las cosas
una secuencia de anécdotas
en segundo plano.

Y mientras no llegás
tu ausencia es un cuerpo
cada vez más cerca
mi sombra sobre tu reflejo
un adiós
en cámara lenta.

CECILIA ERASO





Desahuciarse



Estar a punto de llorar
pero nunca se hace.
En vez de eso,
alquilar una película
que ayude,
o dormir la siesta hasta que
se hace de noche,
o llamar amigos que ya se sabe
que están ocupados,
o pensar

o sentarse en silencio
a mirar el cielo ponerse rojo.