miércoles, 30 de octubre de 2019


JULIAN PRZYBOŚ





Dos poemas



1

Invierno oscuro, sin hijos, negro de las nubes en invierno,
Arrastré sueño
cegado por el anhelo
del humo
fumar
trenes nocturnos - en la oscuridad
con destellos rojos de locomotoras -
en invierno, un largo túnel hacia ti, en primavera ...
Innumerables salidas por alargamiento
tiempo, esta movilidad abandonada por la noche,
Estaba esperando la explosión
El viento se volvió humo y desenredó la cuerda
fusible saliendo
sol
voló tu habitación de la oscuridad!
Como un rayo después de un rayo en este lugar,
Disparé en un espacio
en un cierre rápido a lo largo de las pistas!
Vine a ti con la primera tormenta.


2

De nuevo, el espacio de tus ojos
al radiante Adriático
me lleva en un arcoiris de hélices!
Ah, todo es aire para ti en un suspiro
enviado por flores ...
[si estuvieras aquí conmigo!]
... a través de flores naranjas!
Aquí, donde el paisaje con luz.
tan dorado
como si Tiziano los bendijera día a día
Todas las imágenes a la vez.
Deseé mi anhelo
como el radar
y te descubrí en la niebla de Varsovia:
sostienes un girasol con una abeja en la mano.
Qué luz dar por correo,
para que te ilumines la frente?
En los rayos de la fama
paso
Piazza delia Signoria
- ¿Puedes verme, puedes oírme? -
feliz de ser más feliz
si estuvieras aquí conmigo



ALFONSO CORTÉS





Aire



Suena un aire de niño tras las tapias, la plaza
trae patrullas de éxtasis antiguos a mi casa.

Cuando el aire de niño, con pasitos cansados
rueda con el oboe que muere en los tejados,

y puebla de éxtasis crepuscular
el jardín, lleno de congojas,
que tiene deseos de hablar
palabras dichas entre hojas…

mientras retuercen en la bruma
locos y alegres movimientos
los blancos pliegues de la espuma
del alma, al roce de los vientos…



ANA LILIA FÉLIX PICHARDO





Moras en la cordillera VI



Aves y flores
se desbordan los ríos
húmedas balas.



MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ





Idilio
Para Sara R.



Yo soy el suplicio del pájaro y tú la muñeca que aúlla
(decirlo así, escribirlo así, sin miedo al tópico).
Nos conforta por dentro la obstinación
en que estamos perdidos, extraviados,
sueñas, sueñas, donde ya no hay viento.
Como niños esquizofrénicos danzamos
en el trapecio del silencio.
Yo soy el suplicio del pájaro y tú la muñeca que aúlla.




DENISSE VEGA FARFÁN







«te habían dicho que el reino
era como el reflejo de los sauces en el río
que si ciegamente hundías una de tus espinas en su suelo
lo comprenderías todo
entonces ni la lengua ni los ojos serían necesarios
el tiempo      los ecos      las montañas
el dolor ensimismado abriéndose las costillas
hasta el amor

uno serías con las nubes y los planetas
uno con la energía que gobierna
el devenir de las especies

sólo así tendrías la certeza de estar vivo
de sabiamente estar preparado para la muerte
tu nombre sería una gran aleta normando
la dirección de los vientos
tu intestino el conducto hacia la eternidad

pero has regresado…

sólo tu cráneo envuelto en las arenas sabe
que légamo y luz no pueden fundirse
en un solo viaje»


De: “Una morada tras los reinos” 


ANA AJMÁTOVA




  
Para Alexander Blok



Llego a casa del poeta.
Un domingo. Precisamente a mediodía.
La estancia es grande y tranquila.
Afuera, en el helado paisaje,

cuelga un sol color frambuesa
sobre cuerdas de humo grisazul.
La mirada escrutadora de mi anfitrión
me envuelve silenciosamente.

Sus ojos son tan serenos
que uno podría perderse eternamente en ellos.
Sé que debo cuidarme
de no devolverle la mirada.

Pero la plática es lo que recuerdo
de aquel domingo a mediodía,
en la amplia casa gris del poeta
cerca de las puertas del Neva.

(Enero de 1914)