martes, 22 de noviembre de 2022


 

MARÍA GUERRA

 

 

Naufragio



En esa cama nuestra
tantas veces barca
nave
alguien se hunde sin ti.

 

JULIA VAN SEVEREN

 

 

Como una sonrisa o como un suspiro

 

 

Y murió nuestro amor
porque el pobre era flor:
vivió en nuestros sueños
y nuestras fantasías,
forjó rimas de oro,
amó el canto y el lloro,
y de sólo tristezas
tejió sus melodías.

Y murió nuestro amor
¡porque era pobre flor!
Ha callado la flauta
su canción de cristal,
y todas mis zagalas
han deshecho las alas
de las mariposillas
de mi reino ideal.

 

 

MAYA BUSHELL

 

  

Nabokov


Cuando el pálido fuego muere,
hay una abertura: una patada en las rodillas
tan rápida que tu aliento
queda atrapado en la jarra de leche
al caer al suelo.

 

Versión de Jorge Ávalos

ODIA OFEIMUN

 



Laguna



Dejo a la laguna hablar a través de mi memoria
aunque ofendida por los jacintos de agua
la basura y las oscuras manchas de aceite...
Aun así dejo a la laguna reclamar
la seducción de una tierra moviéndose
con el deseo de un velero
que persigue una estrella conocida

La laguna me habla
como un embrión que recuerda el futuro
escuchando desde el abismo de la canción indefinida
las Palabras que rompen
contra los viajes de descubrimiento
en el descubrimiento de los viajes

¡Mi laguna me habla!
entrada y almacén, jamás secos
en las regatas flota la época aullante de las estaciones
en inundaciones que arrastran
la señorial basura de nuestros callejones
después de que las lluvias
han dado cuenta de su piedad

Dejo a la laguna hablar a través de mi memoria
a fin de enseñarme cómo burlarme de
las líneas trazadas sobre el agua
para dividir la tierra

Dejo que la laguna me enseñe
a olvidar los nombres de las calles
a fin de tragarme de golpe ciudades enteras
como si fuesen un vaso de vino de kola


De: “Carta de Londres y otros poemas”



Vino de Kola: bebida que se extrae de la palma. Tiene el mismo valor y sentido que el vino para las culturas mediterráneas.

 

JESÚS ALBERTO LEÓN

  


Piedad de arena

para Jorge Nunes



Las arenas humillan la entereza
y acarrean el desdén del tiempo,
levantan en el aire el minucioso ardor,
el mordisco plural, el óxido reseco.


Son cómplices irónicas del deterioro en ciernes,
del ojo lastimado y la desdicha lenta,
pero en su vocación de descalabro ceden
a la debilidad de perdonar a veces.


Así pues, son piadosos los retratos de arena,
son melancólicos, sí, mas borradizos,
no dan tiempo a advertir los estragos del tiempo
porque se esfuma su materia equívoca.


Y al dañar, las arenas no ladran ni se ensañan;
insisten, sí, pero con displicencia.
No son como la hiedra o como el pulpo
que se aferran y llevan a la asfixia.
Simplemente se asoman en enjambres,
bailotean, interpretan su música taimada,
desgastan y se van.


De: “Habitar el instante”



LEONARDO PADRÓN

 

 

Pirotecnia


Acércate.

Derrúmbate en mis manos.

Inclina tus aguas.

Déjame hacerte en los límites.

Sé una feria en la nada.

Abre los ojos.

Sé mi abismo.

Incéndiate como un ruido que le sobre al atardecer.

Entra.

Pégate a mis pómulos.

Que se divise el corazón.