jueves, 24 de febrero de 2022




 

GRACIELA REPÚN

 


 

Desde la escuela

 

 

Desde la escuela
El piojo empieza
A hacer turismo
Por la cabeza.
Saltan de a cuatro,
Saltan de a ocho,
Les da lo mismo
Rubio o morocho.
Y nunca falta
Un piojo que pase
De grado en grado,
¡Tanto ir a clase!

 

 

JEANNE KAREN

 

 

Mecanógrafa frente al Sena

 

 

I

El amor aguarda en las riberas en las playas
Cada ola sabe de los besos prometidos
y su abrazo en el corazón de la eternidad
El Sena
testigo transparente
se queda quieto

  

II

El río es un sueño que despierta bajo la hoja
hace del temblor un deseo de lluvia
La máquina de escribir dicta la tarde y el movimiento susurrante de los árboles
dicta a la memoria de la mujer
una traducción para trazarla sobre su piel
Aparecen tabulaciones impresionistas bajo sus dedos de luz cosechada
La noche no se acerca todavía
a destruir las aguas

  

III

Me pediste que arrojara al fondo del Sena todo cuando poseo
Mi cuerpo se hunde igual que la barcaza de la tragedia de Vigo
De la máquina de escribir nace un ave que se desploma
y rompe en un vuelo desesperanzado

 

 

CLÍMACO SOTO BORDA

 

 


Soneto profético

 

 

Esto pasa en el año tres del siglo presente:
de una nevada esteárica a los rubios reflejos,
en descifrar se empeña sonetos suyos viejos
y cojos, de tres años, un bardo decadente.

¡Nada! ¡Ni él mismo sabe lo que soñó su mente!
Está perplejo el que antes a otros dejó perplejos.
Como olvidó los símbolos y ve las claves lejos…,
no entiende nada…, nada…, nada absolutamente.

Vuelve el antiguo oráculo por la explicable cifra…,
mas tampoco el oráculo sus enredos descifra
y ordénale que a estrofas claras su afán consagre.

¡Oh, poetas! Del numen el jugo cristalino
verted en limpias ánforas, y así del genio el vino
sin mistificaciones nunca será vinagre.

 

 

JORGE ETCHEVERRY ARCAYA

 

 

Bullanga

 

 

Desde la calle
O en la mañana en Santiago
Los silbidos que cruzan hombres
imitando a los pájaros
Los perros que se despiertan temprano
Los gallos (infaltables)
Las micros
Por acá
En el otro hemisferio
Algunos meses los cuervos
muy de mañana
Los gansos que emigran
En el centro de todas las ciudades
variedad infinita de motores
produciendo gases
Estamos acostumbrados a la bulla
Nacimos en una ciudad sudamericana
Mal que les pese
a los europeos o norteamericanos
Nosotros también tenemos ciudades
y cómo
Echo de menos ese rumor
que me asaltaba
las veinticuatro horas del día
“te hicimos
te vimos crecer
nos pertenecen tus pulmones y tus ojos
nos echarás de menos
hasta el día de tu muerte
Tu cielo tendrá ese ruido
como música de fondo”

 

NATALIE DIAZ

 

  

Por qué no hablo de flores cuando las conversaciones con mi hermano alcanzan incómodos silencios

Perdónenme guerras distantes, por traer
flores a la casa
.
Wislawa Szymborska

 

 

En las montañas de Cachemira
mi hermano mató muchos hombres,
voló cráneos debajo de pieles oscuras
tiñó el blanco desierto de rojo carmesí.

¿Qué se le puede decir a un hombre
que atravesó un mundo así
donde sus manos y sus ojos
lo traicionaron?

¿Había flores allá?
le pregunté.

Esto me dijo:

En una aldea, muchos hombres
envolvieron a una mujer en una sábana.
Ella no opuso resistencia.
Le arrastraron los pies descalzos por el suelo.

La acostaron sobre el camino
y la lapidaron.

El primero fue el padre.
Arrojó dos piedras al hilo.
En el trayecto su hermano
se había llenado las bolsas con piedras.

La multitud reunida
era un enjambre alborotado. La lluvia
de rocas contra su cuerpo
ahogó los gemidos de la mujer.

Manchas de sangre en la sábana,
un ramo de violetas,
cien rosales en flor.

 

 

ESTHER DE CÁCERES

 

 

Manos de amor

 

 

¡Qué cercanas, qué lejanas,
tu mano y mi mano juntas!
Me enloquezco cuando siento
que entre el amor de sus palmas
una mano taladrada
les separa los dos pulsos.

-Ya se acercan, ya están juntas,
como una flor con su tallo,
tu mano y mi mano juntas!
Quiero sentirles la sangre
junta;
¡las vivas raíces juntas!

¡Ay! Todavía las separa
el resplandor de una rosa
con su ser, que es, como el tuyo,
terrible, tierno, traslúcido!

Toda la noche tu mano,
convertida en una rosa,
fue sangre de sueño y flor
sobre el sueño de mi mano
silenciosa.