martes, 16 de octubre de 2018



ROBERTO LÓPEZ MORENO





Isabel viendo llover



Llueve lumbre.
Huixtla se desgaja, fuerte, sobre el cielo.
La flor, el fruto, el corazón
se regocijan.
Desde el cuerpo curvo de la noche
ella es los ojos felinos de esta lluvia,
sube del suelo,
del zumo sube,
en ala sube su zigzag eléctrico,
en nube.
Ella ve llover Huixtla,
se convierte en los dedos de su agua,
en las zonas del amarse,
de sentirse en lo más hondo.
El diluvio continúa en esta hora.
La flor, el fruto, el corazón
se regocijan.
Isabel ve llover en Huixtla,
a Huixtla
desde la lumbre y su aguar nocturno.




SERGIO GARCÍA






Y que al final del día
cuanto eleves al cielo una oración
exista siempre a tu lado
quien haga eco de tu voz.

MIGUEL RASH ISLA





Silueta



Es tierno su mirar; su voz discreta;
del bohemio vivir tiene el encanto
y en el rostro de nácar el quebranto,
la marchitez de lánguida griseta.

Ilusiona mi vida y la completa,
y, una con mi sentir, canta si canto;
y si me ve llorar, corre su llanto
por mi abatida frente de poeta.

Ama todo lo que amo; el silencioso
vagar nocturno; el organillo errante,
el barrio extremo; el cafetín dudoso,

sólo ignora una cosa: su belleza,
y recibe, con plácido semblante,
el regalo casual de mi pobreza.


ROBERT DESNOS





A la misteriosa (1926)



Tanto he soñado contigo que pierdes tu realidad.
¿Habrá tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo
y besar sobre esa boca
el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto he soñado contigo,
que mis brazos habituados a cruzarse
sobre mi pecho, abrazan tu sombra,
y tal vez ya no sepan adaptarse
al contorno de tu cuerpo.
Tanto he soñado contigo,
que seguramente ya no podré despertar.
Duermo de pie,
con mi pobre cuerpo ofrecido
a todas las apariencias
de la vida y del amor,  y tú, eres la única
que cuenta ahora para mí.
Más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios, que los primeros labios
y la primera frente que encuentre.
Y frente a la existencia real
de aquello que me obsesiona
desde hace días y años
seguramente me transformaré en sombra.
Tanto he soñado contigo,
tanto he hablado y caminado, que me tendí al lado
de tu sombra y de tu fantasma,
y por lo tanto,
ya no me queda sino ser fantasma
entre los fantasmas y cien veces más sombra
que la sombra que siempre pasea alegremente
por el cuadrante solar de tu vida.


Versión de Francisco de la Huerta


UMBERTO SABA





La cabra



He hablado a una cabra.
Estaba sola en el prado, estaba atada.
Harta de hierba, bañada
por la lluvia, balaba.

Aquel balido igual era fraterno
a mi dolor. Y contesté, primero
por broma, después porque el dolor es eterno,
tiene una sola voz y no varía.
Y yo oía esta voz
gemir en una cabra solitaria.

En una cabra de rostro semita
oía lamentarse cualquier otro dolor,
cualquier otra vida.


Versión de Jesús López Pacheco

PEDRO CASARIEGO





Knock-out
                                                                                      1979



ella afirma que pertenece a la Iglesia Evangélica.
yo la creo.
me dice que debo unirme a su Iglesia.
toco su ronca boca y oigo su voz suave.
ahora intenta adivinar mi profesión:
¿eres marinero?
¿estás loco?
¿vendes cítaras?
yo no respondo.
vivo tan lejos de sus preguntas,
dentro de un corazón alquilado.
todas las mujeres son vuelos,
¿es ella un vuelo chárter
en un avión que se avería?
silbo mientras pienso la respuesta.
aquí no hay ventanas,
pero sé que llueve,
una lluvia triste como gallo sin cresta.
siempre agua,
jamás maná.


me dice que silbo descaradamente mal.
estamos en la cama casi desnudos

(yo aún llevo mi camiseta o mi coraza.
y una medalla tapa un círculo
de su piel).
algo hay entre mis dientes.
no sé qué es,
quizá un último billete.
quizá una declaración de amor disfrazada de billete de mil.
ella está evangelizándome,
me dice que debo unirme a su Iglesia.
busco calma en su extraña fe.
ella tiene tantas almas como un noble ruso,
no dejaré que me salve hoy.


mis garras acarician,
cuando me vaya de aquí
recobraré la felicidad de mis garras desgarrando la vida.
ella me mira,
yo numero sus lunares como antes numeré sus penas.
le digo que soy militar retirado con jugosa pensión,
finquita y Jaguar,
y ella me dice:
cierra la boca,
cielo,
yo soy una ciudad de chicas.

quiero amarla, quiero quererla.


pienso en otra mujer,
me destruía sentada en un bidé.
ya no pienso,
ya no.
cojo un cigarrillo,
y mi mechero abre su ojo de llama.
ella ve cómo fumo nuestra pobre pipa de la paz.


a las diez y cinco nos damos cuenta de que el Juego sobrevive.
  jugamos.
   la empujo
    y cae sobre la cama blanca como ermita.
      knock-out.