domingo, 31 de enero de 2016


DARIL FORTIS




Diálogo del orgasmo



Digamos que hemos muerto
y que esta sensación al penetrarnos
son los intentos inútiles
de resucitación.




ARMANDO ROMERO



  
La noche regresó a mi bolsillo



Extrañas mañanas ha repartido el lechero.

Las sábanas, las cobijas, caen pesadamente por el suelo.
Los sueños y las pesadillas
huyen con sus carcajadas de aves submarinas.
Los ojos acostumbran la claridad
reconociendo huellas olvidadas por ángeles guardianes.
Alguien amanecerá limpiándose los huesos
con su larga lengua de cristal‑

Extrañas mañanas ha repartido el lechero

Los overoles, las camisas,
caen desde las altas alambradas a las calles.
La luna ya no muerde a nadie.
Han desfilado los buses, los automóviles.
Se han perdido las esquinas.
Alguien irá diciendo:
-No hay día tan peligroso que me atrape besando tus manos

Extrañas mañanas ha repartido el lechero

Las flores chupan el agua helada
con sus poderosos pitillos perfumados.
En la cama el cuchillo busca más y más
la profundidad de su pecho.
El duerme. Feliz.
La madre detuvo al recién nacido para decirle:
-Destrozarás el mundo con tus pequeños garfiecitos.
y el mundo estará todo arañado y pasará gritando:

Extrañas mañanas ha repartido el lechero

Se devoran una a una
las bocas que aburren y hastían.
Sobre la mesa
el libro azul que se abre en el sitio de las impudicias.
El duerme. Feliz.
Alguien frente al espejo dirá:
-Sabes que estoy aquí,
que tengo conciencia de lo que me pasa
y no me lo perdonas.

Los anteojos van a estrellarse contra la ventana.
E1 lápiz labial
que ayer se derretía sobre la acera
es hoy una mancha de sangre sobre el asfalto.

Extrañas mañanas ha repartido el lechero



GLORIA SANDIRA CASTRO SALAZAR




Dulcinea



Desdeñados borbotones de sal y azufre,
boca que besa los lugares prohibidos,
lengua que degusta el alma harapienta,
¿cuántos amantes tiene esta dulcinea?
puesto que ha nacido con ovario y vagina fértil,
¿cuánto más hacen falta para calentarle la conciencia?
para que ruja vehemente
y le corte la gónadas al hombre aquel,
que prefirió molinos de viento.

Me despido
Permanezco distante,
abstracta,
contrariada por el método académico de tu desentierro,
afín, rebelde y ostentoso.

Descenso final,
abandono total a mi vigilia acompasada.



LETICIA CARRERA L.



  
Decreto cada noche para ti.



Tengo meses acariciando el viento
suplicando te dé mi mensaje
y bese tu piel en días sofocantes.

El invierno me obliga a pensarte,
muchas cobijas disfrazan tu ausencia.

Ocurre de noche la inventiva
escenas imprecisas de dos voces,
conocer tu color azul celeste
amar toda la vida tus alas.




MARIO RIVERO

  

  
La balada de los hombres hambrientos



Los hombres hambrientos tienen oro
casas con retretes de mármol
y vestidos suntuosos
Pero no pueden matar el hambre y la sed
del tigre de sus ojos

Los hombres hambrientos son
en alguna forma hermosos
Por una magia mortal y execrable
sus oídos se han vuelto sordos
Pero los hombres hambrientos simulan oír
y pagan bien a los cantores

Pregonan una extraña desesperación
han perdido el recuerdo de los humanos olores
caminan para buscar un aroma imbuscable
el de los tallos de las flores muertas y de los pétalos podridos
el olor que al mismo tiempo es
el olor de la muerte y el olor del nacer

Se cubre de moho el corazón
de estos hombres hambrientos
Se entrecruzan a la deriva No se ven Son muchos en movimiento
Sus mujeres lavadas en agua de caros perfumes sintéticos
adustas acechan también
aquel olor que alcanza los huesos
Si levantan las cabezas hacia cosas más altas
no distinguen otra cosa que el viento
Remeros esclavos en un gran bajel de oro
van los hombres y mujeres hambrientos…


YOLANDA CASTAÑO



  
I



En la autopista quedan marcas de curvas imposibles,
líneas vacilantes que acaban directas contra la mediana.

¿Cómo quedaría mi belleza de espiga
tronzada y sangrante contra el cristal del parabrisas,
y cuál sería el estado exacto de mis pechos
que ya no caerían
nunca
más?

De: Highway to heaven