"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 13 de febrero de 2019
FLORENCIA LOBO
Tristamento
Vengo
de enterrar mi cuerpo.
Yazgo
ahora como una fuente rota
inútil
como un surco
cavado
en arena infecunda.
A pesar
de haberlo sido todo
no pude
brotar.
Yo,
nacida flor
moriré
tierra baldía.
RENATO SANDOVAL
Compasión
absoluta
al otro lado del estío;
una frente de sangre
ilumina la trocha
que hoy supura en el mar.
No temer, no
reír, no
callar el nombre constante
que ahora se desploma, recoger
con el párpado erudito
el sigilo de la hora, la caída
inconclusa de quien tanto
se escuece, no
reñir, no pacer, no
santificar al padre ni mentir,
nunca en la gloria, no
callar, no ver, ya no estar
aquí
no.
al otro lado del estío;
una frente de sangre
ilumina la trocha
que hoy supura en el mar.
No temer, no
reír, no
callar el nombre constante
que ahora se desploma, recoger
con el párpado erudito
el sigilo de la hora, la caída
inconclusa de quien tanto
se escuece, no
reñir, no pacer, no
santificar al padre ni mentir,
nunca en la gloria, no
callar, no ver, ya no estar
aquí
no.
De: “Suzuki blues”
ERICK AGUIRRE
Los
elíxires del Diablo
“Así vi al Diablo anoche:
posado sobre mi pecho
como un juguete horrible”
(Carlos Martínez Rivas)
En una calle de Bamberg, Alemania,
frente al número 26 de Schillerplatz,
bajo un castaño joven
que mira hacia viejos balcones;
estuve asustado esperando
a que mis colegas salieran
de la vieja casa donde vivió Hoffman.
Ernesto
Teodoro Amadeo Hoffman
estaba ahí, mirándonos subir penosamente
los peldaños de su casa,
laberíntica y estrecha,
llena desde hace siglos
con su invisible presencia.
estaba ahí, mirándonos subir penosamente
los peldaños de su casa,
laberíntica y estrecha,
llena desde hace siglos
con su invisible presencia.
Bogdan
Zalewski, mi amigo de Kracovia,
quizás pensó que aquello sólo era un disparate.
Él, que sabe distinguir
la esencia de los sueños,
su misterioso y difícil significado
bordeando los lindes
entre la vida y la muerte;
no sintió el frío espantoso
de su absoluta mirada
que me llevó a salir corriendo hasta la calle,
a buscar en el refugio de un castaño
el sentido de las cosas más allá de la razón.
Fue el destello
deslumbrante de la casualidad,quizás pensó que aquello sólo era un disparate.
Él, que sabe distinguir
la esencia de los sueños,
su misterioso y difícil significado
bordeando los lindes
entre la vida y la muerte;
no sintió el frío espantoso
de su absoluta mirada
que me llevó a salir corriendo hasta la calle,
a buscar en el refugio de un castaño
el sentido de las cosas más allá de la razón.
esa revelación trascendente y espontánea
que nos hace arrojar piedras
en la plácida laguna de la lógica;
lo que me enfrentó a su rostro,
a sus ojos de fraile esquizofrénico
mirándonos a todos con cínica inclemencia.
RAFAEL TIBURCIO GARCÍA
Octava tribulación: 1 de julio
Casi
siempre, el arco iris
nace
porque Dios cumple su palabra:
mientras
se aleja la tormenta.
Pero
hay ocasiones que podemos verlo
un poco
antes,
cuando
las nubes apenas vienen
a
lanzarse contra nosotros.
REINA MARÍA RODRÍGUEZ
posesión
no confirmo haber regresado, o haber estado allí.
mi viaje mental puede ser
J la posesión de un recuerdo que ha insistido
sobre mí. (siempre estuve en los ojos del gato
y sé que él me miraba. reflejada,
no he podido moverme de los ojos del gato).
engaños son esos misterios del tiempo
degradándome a una memoria comprendida.
ahora sé que estoy aquí, frente a las luces
del árbol. he comprobado la diferencia en los objetos
y ellos pretenden también engañarme.
en una reproducción de mi necesidad de estar anclada.
en ti, en ellos.
me encojo esta noche de lluvia,
y no confirmo nada.
me importa la fijeza, el bordado de esa pequeña rama
en la hoja más verde.
porque el mundo cabe en los ojos del gato,
de un gato, de ese gato,
que al olerme determina mi lugar.
no confirmo haber regresado, o haber estado allí.
mi viaje mental puede ser
J la posesión de un recuerdo que ha insistido
sobre mí. (siempre estuve en los ojos del gato
y sé que él me miraba. reflejada,
no he podido moverme de los ojos del gato).
engaños son esos misterios del tiempo
degradándome a una memoria comprendida.
ahora sé que estoy aquí, frente a las luces
del árbol. he comprobado la diferencia en los objetos
y ellos pretenden también engañarme.
en una reproducción de mi necesidad de estar anclada.
en ti, en ellos.
me encojo esta noche de lluvia,
y no confirmo nada.
me importa la fijeza, el bordado de esa pequeña rama
en la hoja más verde.
porque el mundo cabe en los ojos del gato,
de un gato, de ese gato,
que al olerme determina mi lugar.
MILTÓN MEDELLÍN
Bravata
Ya no
debo escribir del amor,
sin
embargo aquí estoy:
puliendo
malos versos de pésimo augurio.
Hablando
con lenguaje miserable
de la
cosa más hermosa en este triste universo:
tu
mirada.
No hay
nada nuevo que decir,
todo
está dicho:
precipicio
de luz tu presencia,
barro
de fuego en mi memoria,
transparencia
fugaz,
don de
lenguas.
De
Catulo a Lizalde,
pasando
por Carreto y Cardenal,
se ha
ido construyendo esta palabra
que
quema las arterias del tiempo.
Tradición
mal habida de los enamorados
que
conocen la mirada de dios en su alma.
Ya no
debo escribir del amor,
pero
duele y es cierto:
no hay
palabra que sobre
cuando
es la poesía quien nos consuela.
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