domingo, 30 de junio de 2013

ANTONIO ALFECA




Cuerpos contra futuros



Distantes, Tan añosluz separados
en una indecible cresta que los funde lenguasaliva.

Certeza o sentir o ponto
de cuando andan solos los aromas.

Aljibes de reflejo sin ojos,
mirada de brocal para planetas sin recuerdo.

La dulzura siempre llega en dimensiones
ignotas para los dedos: tocar: aventura.

Religión abrupta de lo invisible:
polos de la sal: negación suprema.

¿Qué hueco momento llenará al corazón?

La salvación: no ser el más apropiado
mediodía para todos a un tiempo.

ni el gnomon que preside
implacable la grey de las luces.

Ojalá cincela el marco que invita
a ojalá a su propio sepelio;

grabado trono de niño
que cuando dice, muere

edictos de glauco regreso,
pájaros irrepetibles…



JAVIER EGEA





Poética

                                                           A Aurora de Albornoz
                        “Mas se fue desnudando. y yo le sonreía."
                                                          Juan Ramón Jiménez



Vino primero frívola -yo niño con ojeras-
y nos puso en los dedos un sueño de esperanza
o alguna perversión: sus velos y su danza
le ceñían las sílabas, los ritmos, las caderas.

Mas quisimos su cuerpo sobre las escombreras
porque también manchase su ropa en la tardanza
de luz y libertad: esa tierna venganza
de llevarla por calles y lunas prisioneras.

Luego nos visitaba con extraños abrigos,
mas se fue desnudando, y yo le sonreía
con la sonrisa nueva de la complicidad.

Porque a pesar de todo nos hicimos amigos
y me mantengo firme gracias a ti, poesía,
pequeño pueblo en armas contra la soledad.




JOSÉ CARLOS BECERRA



  
Ritmo de viaje



Este cuerpo que yo acaricio lentamente extendiendo la noche,
este cuerpo donde yo he penetrado en mi propia distancia,
en mi sofocamiento de sombra.

Este vientre donde el amor abarca a la noche,
estos senos donde la luz altera los signos,
este cuerpo al que ahora me entrelazo, este cuerpo al que ahora me solicito.

Este cuerpo conmigo se traspone, se vence,
se lleva consigo a la noche y sus altares,
sus caminos ardiendo por su propia señal,
su oleaje, sus costas encendidas...

Esta mujer donde la noche descifra sus juegos ocultos,
este amor al que no debemos llamar amor sino adentro de sus aguas.
Este amor, este amor,
este instante donde el infinito es la obra de los que se aman,
de aquellos que llegan al estanque de cada caricia como buzos sagrados.
Este ritmo, este ritmo de viaje,
esta navegación entre la bruma,
todo lleva consigo su bandera extraviada,
                                                                           su aurora boreal...



EDUARDO MITRE




Con la lengua



Deseo escribir una loa
en honor de tu sexo:
Nido oculto entre la fronda
y las lomas de tu cuerpo.

Abro el Diccionario
de la Lengua Española.
Suavemente mis dedos
separan sus sabias hojas.

Leo, releo y, tras una pausa,
transcribo al pie de la letra:
Adufa: plancha, compuerta
para cortar el paso del agua.

Corola: segundo verticilo
de las flores completas...
Brasa: carbón encendido,
rojo por la total incandescencia...

Salto, chispeante, a la zeta:
Zaguán: espacio cubierto
situado dentro de una casa,
y que sirve de entrada a ella...


De "De Seca en Meca"



FRANCISCO CERVANTES




Cantando para nadie



La cólera, el silencio,
Su alta arboladura
Te dieron este invierno.
Más óyete en tu lengua:
Acaso el castellano,
No es seguro.
Canciones de otros siglos si canciones,
Dolores los que tienen todos, aun aquellos
-Los más- mejores que tú mismo.
Y es bueno todo: el vino, la comida,
En la calle los insultos
Y en la noche tales sueños.
¿A dónde regresar si solo evocas?
¿Amor? Digamos que entendiste y aun digamos
Que tal cariño te fue dado.
Pero ni entonces ni aun menos ahora
Te importó la comprensión que nos buscaste
Y es claro que no tienes,
Bien es verdad que no sólo a ti te falta.
La ira, el improperio,
Los bajos sentimientos
Te dieron este canto.



CARMEN MATUTE




Casi podría decirte...


Casi podría decirte
devorada por la angustia
me asomo
a la vieja cueva prohibida
donde habitan
-libres y crueles-
mis monstruos, mis fantasmas,
los antiguos dioses
que me reservan un castigo inevitable.

Apenas un momento
los observo
y sus voces dispersas
se unen
llamándome con su canto de sirenas.

Entre lágrimas
cumplo con el rito silencioso
-madre-
y vuelvo de nuevo
a cerrar esa puerta.