miércoles, 3 de julio de 2013

CARMEN MATUTE




Deseo



Aún deseo
mis antiguos tiempos
fetales,
en que fui pez
opalescente y ciego.
Mis tiempos de transparencias
líquidas
cuando la premonición
no se aglutinaba en mi garganta,
y el dolor
imponente me olvidaba.
Aún poseo
el dulce anhelo
del retorno al líquen,
al húmedo,
indefinible origen.



JOSÉ CARLOS BECERRA




Las reglas del juego



Cada uno debe entrar en su propio degüello, cada uno retocando su respiración, cultivando sus excepciones a la regla, sus moluscos solares,
haciendo sus abstinencias más inclementes y más diáfanas
porque la luz debe romperse allí, la eternidad debe dejar caer un guijarro en ese gemido. 

Recuerden la niñez de vuestra madre, la niñez de vuestra muerte;
solitarios del mundo y de todos los deseos,
inoculados por el lagarto y el pájaro que se enfrentan en todas las intenciones de la sangre.
Ustedes han sentido la máscara y la falsificación de la máscara: el rostro
en los invernaderos de las pequeñas, inútiles ceremonias que todavía nos conmueven. 

Bajo la luz de una luna parecida a la desnudez de las antiguas palabras,
escuchen este ritmo, esta vacilación de las aguas,
la noche está moviendo sus ruedas oscuras, estas palabras llevan ese significado,
y yo me dejo arrastrar por aquello que quiero decir: aquello que ignoro,
y he aquí que la frase delibera su propio silencio. 

Oh noche casual de estas palabras,
oh azar donde la frase regresa a su silencio y el silencio retorna a la primera frase,
en el lenguaje aparecen de nuevo los primeros caracoles, las primeras estrellas de mar,
y las bestias de la niebla ponen su vaho en los nuevos espejos. 

Aquel que diga la primera palabra dejará caer el primer vaso,
aquel que golpee su asombro con violencia verá aparecer el fuego en sus cabellos,
aquel que ría en voz alta será el primero en guardar silencio,
aquel que despierte antes de tiempo sorprenderá a su esqueleto haciéndole señas extrañas a los árboles;
y el mar, como un síntoma interrumpido, vuelve de nuevo a oírse a los lejos
y en su respiración otra vez escuchamos el ruido de esa puerta
que bate azotada por el viento del infinito. 

Nace la luna sobre el mar como una antigua mirada del hombre. 

En el puerto se van encendiendo las primeras luces.




EDUARDO MITRE



  
Desde un puerto


Ese barco era un árbol
y ahora
                 el mar piadoso
en cada ola le borra
el recuerdo de un pájaro.
Así, en cada amante,
al indefenso ausente
-sin rumor ni sangre-
rasgo a rasgo
                           el tiempo borra.
El tiempo, y el mismo amor
que -ávido de ser-
hunde su memoria en otra piel
ya un cuerpo en otro inmola.

Olvidar es morir
y renacer otra persona.

De "Líneas de Otoño"



ÁLVARO FIERRO




Ternura


Lentas miradas limpias,
palabras como treguas
en medio del silencio,
generaciones de hermosura, siglos
hacia el paisaje húmedo en los ojos,
eternidad
tras los murmullos de los dedos,
gestos del alma, abrazos,
cuánta piel
ha sido descifrada
para que en una esquina
de la boca
al labio más astuto,
cuando intentaba una caricia
interminable,
se le ocurriera el primer beso.



VÍCTOR DE LA HOZ



  
Crystal Paradise



Cuando salgas y tus pasos te conduzcan a la verdad,
y el camino se haga corto y no tan colorido
cuando tus pies te lleven al final del sendero
ahí estaré yo, divisando tu caída,
escuchando el grito de tu alma traspirar miseria y horror,
mis palabras me llevaran a otros senderos más cálidos,
y por fin cesaran las sombras inminentes,
y ya no habrán más nubarrones,
y el sol resplandeciente volverá a tocar mi piel arcillosa
ese día volveré a entrar en el pequeño agujero, por donde una vez salí…
a divisar el renacer de una flor marchita y el vuelo de una fugaz mariposa

Muchas lunas pasaron desde mi último viaje,
el desierto se mostro mas invulnerable,
los vestigios del ayer se manifestaron con sonidos ausentes
las miradas inexistentes de atardeceres pasajeros, sedientos, brumosos y encantados animales disfrutaban de la paz del desierto, yo estuve allí, alimentando mi espíritu, divagando sobre el norte y el sur, la brújula de mi vida se mostraba averiada a causa del calor sofocante, y no tuve amigos que me prestaran sus agujas,
y el tiempo se llevo consigo el color del desierto,
y la arena fue más caliente,
los espejismos eran como mil panes en bandejas de plata, oro y esmeraldas,
ayer estuve allí,
hoy me encuentro en Malawi,
disfrutando de un aperitivo en forma de coco caribeño,
el agua es abundante como el color verde mmmmmm aquí la vida es diferente,
te invito
ven..
se llama Crystal Paradise!!!


GONZALO OSSES VILCHIS




Al ver pasar a la gente

  

Al ver pasar a la gente,
¿Nunca te has preguntado quienes son?
¿Por qué luchan, qué sienten, qué hacen?
¿serán protagonistas de historias románticas,
serán esclavos de una rutina amarga,
serán juguetes del destino o marionetas de Dios?

Al ver pasar a la gente,
al caminar junto a ella, tú sientes, al igual que yo,
que no caminas entre ganadores y perdedores,
sino que sabes que caminas entre sobrevivientes.
Entre sobrevivientes de revoluciones hechas por falta de comida,
entre sobrevivientes de guerras que comienzan durante un partido de ajedrez.

Al ver pasar a la gente,
te das cuenta que paseas entre hombres y mujeres sin nombre,
hombres y mujeres indiferentes para ti,
cuyas vidas no conocemos y cuyas muertes no nos causan nada.
Son sólo muertes; muertes que leemos en los diarios matutinos,
obituarios fríos, nombres sin rostros.

Al ver pasar a la gente
¿No te gustaría conocer sus historias? ...a mí sí.
me gustaría saber de sus sueños, aprender sus razones para sobrevivir.
contar sus historias; inventándoles momentos alegres,
regalándoles felicidad.
Creo que debería empezar por mí.
creo que debo comenzar por mí historia.
Por la historia del amante abandonado.
Por la historia del amigo traicionado.
Por la historia del soñador que despierta
en medio de un torrente de mentiras verdaderas.

Serán cuentos de infiernos y cielos,
de noches con sol y días con luna,
de corazones negros cicatrizados
y ventanas por donde ya no se asoma el sol.

Es la repetición de la vieja historia,
lo mismo, pero con distintos actores.
Los mismo sentimientos entremezclados
y las mismas perversiones colectivas,
relaciones autodestructivas, valores alterados,
niños olvidados y dioses censurados.

Al ver pasar a la gente, ahora,
me doy cuento que no quiero contar historias;
es todo, es siempre lo mismo.

Tampoco contaré mi historia.
Si quieres saberla... imagínatela.
párate en una esquina
y al verme pasar con el resto de la gente,
Invéntame un final feliz.