domingo, 16 de septiembre de 2018


ADELFA MARTIN





Ustedes, la oscuridad



Vienen arañando desde el otro lado
de un interminable mar de sangre

Los imperturbables recuerdos
y el espíritu sojuzgado, no vencido,
arrastran sus vivencias
que se dejan sentir en lastimeros latidos

Su conciencia, mil veces recriminada
por los arrepentimientos
 la cobardía  y las omisiones.
Por las verdades atragantadas
en cientos de gargantas resecas

La desesperación se ahoga
en balbuceos ininteligibles
de desconfianza y desengaños.
Mil improperios pugnan por emerger
a sabiendas que los recibirá la indiferencia

Uds., la oscuridad, maldita e infame

Dueños de la paz que agoniza
Amos del hambre y los apocalipsis
Señores del terror y el miedo
Dioses de la vida y de la muerte
Dictadores encarnados en los abismos
Bozales implacables del silencio
Exterminadores de la libertad

La inevitable luz que ha de brillar esplendorosa,
serà vuestra desdicha y perdición...



ALEYDA QUEVEDO ROJAS





Aparición



Me abandono a la virgen
tomo sus manos de porcelana
y las llevo suavemente hacia mí
hasta quemar con su frío mi piel
ahora que ellos me tienen
en sus tentáculos de acero
reescribiendo mi destino
me abandono desnuda
a ese manto que he mirado desde niña.




ALVARO FIERRO





Burocracia



¿TE IMAGINAS que nunca nos muriéramos?

Esperaríamos el día
sin saber que la muerte
se había olvidado de nosotros,
traspapeló las fichas
donde decía nuestros nombres
y una mujer y un hombre equivocados
tuvieron que morirse un par de veces.

Un simple fallo burocrático.

Y nosotros viviendo,
siempreviviendo eternamente.

Dirán algunos:
- Cuánto tiempo resisten los ancianos,
pronto no habrá quienes los cuiden.

Y así un año y un sueño,
y otro año y otro sueño,
siempreviviendo simplemente.

Un beso aquí y un sueño,
una caricia por las tardes y otro sueño
¿te imaginas?

ÁNGEL CRUCHAGA





Perfil



Quería eternizar tu perfil armonioso,
suave como los niños, triste como un sollozo,
pero cayó en tu alma como una negra veste
el ala de Luzbel. Mi corazón celeste
ha llorado en la sombra sintiéndose vivir.
¡Acaso nunca más lograré sonreír!
Te llevé de la mano y mi universo viste.
La única gracia tuya fue la de hacerme triste.
Para sentirte más desconocí el pecado
y te di mi pureza como un cielo volcado
y a mi quebrantamiento lacerante y sutil
lo perfumé de Dios mirando tu perfil.
Para quererte más ser eterno quería.
El ritmo de mi sangre se hizo melodía
y en todos los momentos te llevé mi cantar
como los paralelos floridos sobre el mar.


MARCIA RAMOS





Visión



La maldad es un dogma para explicar los silencios de mis calles,
Los bares, las galerías del centro, el espíritu de las rockolas es la melodía
de mi ciudad derramada en la sangre.
Al igual que la Maga de Rayuela hacer un hijo parado en el tiempo
sería rescatar mi esencia en los brazos de la muerte
contar los pétalos derramados por los ojos a través del mar
del dulce viejo ciclope que aparece entre las almas,
antes de llegar al silencio cuando somos grandes.
antes de llegar al silencio estamos con los oídos enredados.
fuimos niños recorrimos el hombro de mamá al sonido de Pimpinela
y cantamos por todas las calles matarile
hoy jugamos con balas y navajazos de las bolsas.
¿Sera que en esta patria todavía buscamos a nuestra madre,
doncella de pelo encendido y labios abiertos,
pulpa de tierra?
No nos podemos concebir acaso como criaturas con circunferencia de los 360 º para gritarle al mundo  que en medio del equinoccio fuimos hijos del sol y de la lluvia?
¿No podemos dejar de preguntar cuando se acaba la noche y comienza el día en una piedra de sacrificios llamada trabajo?
Que acaso a nadie entiende que cazamos, matamos y vivimos como un dios en la podredumbre.
Sigiloso escudo te protejo ante la bestia escondida de su pupila.
La metralleta de mi hermano esta lista para arrodillarme antes de cruzar el rio,
las nubes colorean el rosto de México ahora tan lejano.


ISABEL RODRÍGUEZ BAQUERO





En pie de amor



Es imposible contener el grito
con que toda mi sangre levantada
en pie de amor, atroz, enajenada,
en ti se vierte en implacable rito.

Es imposible y, sin embargo, quito
volumen a mi voz; la tengo atada
al silencio, por siempre enajenada
sangre y voz; sin plegarias y sin gritos.

Y aun siendo así, tan terca es la esperanza,
tan incansable, tan rebelde y fiera,
que aun en esta mudez que me sentencio

día a día se pone en la balanza,
y contra la evidencia, espera: espera
que tú puedas oírme en el silencio.