"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 7 de abril de 2019
GABRIEL CELAYA
Un
dulce llanto espeso,
una delicia informe,
materia que me envuelve y sofoca magnolias,
suave silencio oscuro,
aliento largo y blando.
una delicia informe,
materia que me envuelve y sofoca magnolias,
suave silencio oscuro,
aliento largo y blando.
Las
caricias se espesan
(me derramo por ellas),
y, voy por el jardín secreto murmurando,
y, al tocarte, me asombro de que tengas un cuerpo,
y al lazar la cabeza,
las estrellas me asustan con su dura fijeza.
(me derramo por ellas),
y, voy por el jardín secreto murmurando,
y, al tocarte, me asombro de que tengas un cuerpo,
y al lazar la cabeza,
las estrellas me asustan con su dura fijeza.
JUAN SANCHÉZ PELAEZ
Transfiguración del amor
Ella, la heroína de los infiernos
Desenvuelve en el hombre
Virajes de la cabeza
Como los reyes en una postal.
En un pie la esquila de los niños
En mi boca una punta de sol frenético
Como la mancha dorada
En la muerte,
Como el mensaje de los paraísos
En las túnicas dormidas con libertad
Transforma el bosque en guante de ruiseñor
En uvas de nieve,
En la conspiración
Que mencionan sus manos.
El que barniza la sombra allá está el más puro enigma
Para esconderla en el interior del Océano
Las sienes devueltas al aire feérico
Bajo una playa trazó señales en el desencanto
Esperando el vértigo que fluía de esa crisis nupcial
O cada extravío entre bahías florecientes
En las oleadas que gravitan al alba
O una copa llameante a la izquierda para alcanzar el
Misterio.
De: "Elena y los elementos"
TÉOPHILE GAUTIER
Tristeza en mar
Vuelan como jugando las gaviotas;
y los blancos corceles de la mar,
encabritados sobre el oleaje,
sus despeinadas crines dan al aire.
Cae la tarde y una fina lluvia
apaga las hogueras de la noche;
a su paso el vapor escupe hollín
y abate su penacho largo y negro.
Más pálido que el cielo sin color,
me dirijo a la tierra del carbón,
donde reinan la niebla y el suicidio;
-Hace un tiempo ideal para matarse.
Siento ahogarse mis ávidos deseos
en el abismo amargo que blanquea;
se arremolina el agua, danza el barco,
el viento cada vez se hace más fresco.
¡Está tan dolorida el alma mía!
El océano se hincha, suspirando,
y su desesperado pecho me parece
como un amigo fiel que me comprende.
¡Penas de amor perdidas, adelante,
esperanzas truncadas, ilusiones
apeadas de alturas ideales,
podéis saltar hasta los surcos húmedos!
¡Id al mar, sufrimientos del pasado
que volvéis nuevamente para hurgar
en vuestras cicatrices mal cerradas
intentando otra vez que lloren sangre!
Id al mar los fantasmas de mis sueños,
congojas de mortales palideces
en este corazón con siete espadas
como lleva la Madre dolorosa.
Cada fantasma se sumerge y lucha
durante unos momentos con el agua
que lo cubre al final de su voluta
y lo engulle lanzando un gran sollozo.
¡Oh, pesado equipaje, lastre de alma,
tesoros miserables y queridos
hundíos y después de este naufragio
yo mismo os seguiré al fondo del mar!
Vuelan como jugando las gaviotas;
y los blancos corceles de la mar,
encabritados sobre el oleaje,
sus despeinadas crines dan al aire.
Cae la tarde y una fina lluvia
apaga las hogueras de la noche;
a su paso el vapor escupe hollín
y abate su penacho largo y negro.
Más pálido que el cielo sin color,
me dirijo a la tierra del carbón,
donde reinan la niebla y el suicidio;
-Hace un tiempo ideal para matarse.
Siento ahogarse mis ávidos deseos
en el abismo amargo que blanquea;
se arremolina el agua, danza el barco,
el viento cada vez se hace más fresco.
¡Está tan dolorida el alma mía!
El océano se hincha, suspirando,
y su desesperado pecho me parece
como un amigo fiel que me comprende.
¡Penas de amor perdidas, adelante,
esperanzas truncadas, ilusiones
apeadas de alturas ideales,
podéis saltar hasta los surcos húmedos!
¡Id al mar, sufrimientos del pasado
que volvéis nuevamente para hurgar
en vuestras cicatrices mal cerradas
intentando otra vez que lloren sangre!
Id al mar los fantasmas de mis sueños,
congojas de mortales palideces
en este corazón con siete espadas
como lleva la Madre dolorosa.
Cada fantasma se sumerge y lucha
durante unos momentos con el agua
que lo cubre al final de su voluta
y lo engulle lanzando un gran sollozo.
¡Oh, pesado equipaje, lastre de alma,
tesoros miserables y queridos
hundíos y después de este naufragio
yo mismo os seguiré al fondo del mar!
LUCILA NOGUEIRA
Calle de Lima
A la memoria de mi
abuela Lucilla
I
Estos
días de lluvia traen siempre
Las
tardes de lectura en el altillo
Recuerdan
viajes en la mecedora
Comiendo
un merengue iluminado
Las
Habas Mágicas, Gato con Botas,
Piel de
Asno, la Cenincienta,
La
Bella Durmiente, la Mora Desleal
Y yo
era Alicia atravesando espejos
Los
ojos muy verdes en el silencio
La
abuela duerme, la mucama muda
La
escalera el corredor la travesía
Por los
mares de la infancia absoluta
Union,
Cabugá, Cervasio Pires,
Ruido
de las galochas en el agua
La
capa, el paraguas y mas triste
En la
escuela el recreo emparedado
Estos
días de lluvia traen siempre
La
tortuga nadando en inundado
Patio
de una niña dividida
Pasando
Botafogo y San Amaro
La
calle Caimurano, el organillo
Parado
en Voluntarios de la Patria
Y yo
iba a visitar en Real Grandeza
A mi abuela
portuguesa y sus canarios
En el
tranvía anuncios coloridos
Phymatosan,
Juvenia, Gato Preto
Todo
era aroma de lanza-perfume
Y lo
oscuro del túnel mi secreto
El caño
en la azotea, el chorro de agua
Su
perenne canción, la Serpentina
Gigante
que arroja cuando llueve
Un sol
en mi escenario de chiquilla.
II
Visiones
obstinadas me seguían
Desde
la puerta del altillo al sueño
Las
ropas colgadas en la pared
Me
miraban como espíritus en la sombra
Y la
humedad corría de las paredes
A los
colores helados del piso
Solo no
era sombrío e indiferente
El
carrusel de vidrio sobre el acuario
Yo
tenía un delantal azul y blanco
Y
colgaba del brazo la merienda
Dos
lazos de organdí entre los cabellos
Y
estrellas escondidas en mi cuarto
Un
cristal donde veía el arco-iris
Vara de
juntar manga-rosa y espada
El imán
que atraía los alfileres
Los
discos portugueses de saudade
Rosales
y bambús en el cantero
Mi
abuela como yo tan delicada
Y el
día en que alguien dijo en el desván
Que iba
a arrojarme al Capibaribe
Letreros
luminosos sobre el río
Yo
sentada en el ómnibus “Cidade”
Y al
volver de la escuela al mediodía
Obreros
apostando en la calzada
Numero
ciento dos, calle de Lima:
Casa
tan pequeñita y tan gigante
En
donde fue creciendo aquella niña
Hada de
Peter Pan tocando el sueño.
III
Nadie
sabía que yo era poeta
Ni aun
la noche con su mar de penas
Nadie
en lo cotidiano sospechaba
La
sensibilidad alucinada
Mundo
que yo miraba y no me veía
Humanidad:
foto congelada
Que
asustaba el pasaje a la alegría
En esa
niña abstracta y solitaria
Versos
adolescentes, yo los amo
Colegio
San José, calle de Lima
Parque
Trece de Mayo, ya no juega
La
pobre niña rica en la calzada
La vida
atravesé como atontada
Mirando
atrás, llevándome caídas,
Hada
feérica en fulgor de fiebre
Amarrada
al nocturno de las farsas
Festín
feroz, me hirió la fiera fría
Y el
cuerpo que era etéreo se hizo carne
Carne
desmesurada, carne viva
Perpleja
e indefensa carne alada
Carne
desesperada, estremecida
Rebelde
de pasión y fragmentada
Carne
diosa del sueño y de la magia
La
razón se confiesa tu esclava
Polvo
de Pirlimpimpím, Tierra del Nunca
Estos
días de lluvia me recuerdan
Yo que
soy luz volcánica entristezco
Mar de
melancolía en plena pena.
MARCO ANTONIO CAMPOS
Delgada y tenue como hierba y ola
sus ojos de noche guardaban el misterio,
ya la verdad creía que todos, por su linda cara,
debían aguantarle todo por su linda cara.
Creía ser la reina, pedía ser la reina
-a veces lo logró entre bastidores-,
pero en el teatro o fuera de él
sólo admitía cumplidos
si lo decidía ella misma.
Trasfogaba su cuerpo una tierna dulzura,
solía encender la hoguera al llegar la noche,
pero al vislumbrar los pretendientes
sofocaba el fuego, y apenas si dejaba brasas
para el rey más tarde.
Bella como luna cortada en ferragosto,
bella como luna cortada a media luna,
su mirada guardaba misterios e ímpetu excitante
y anhelaba un reino más vasto que la noche.
Pero la noche más perfecta acaba.
Pero en la comedia más perfecta
hay de pronto contraluz, desliz palmario,
inadvertencia súbita. Una noche azul,
una noche de estrellas veraniega, una noche
de adiós sin golondrinas -sin frío, sin telón firme,
parada la tramoya, el entreacto a ciegas-,
un sandio inoportuno, un memo de esos
que asiste al espectáculo sólo
para aguar fiestas o dárselas de listo,
se levantó de la platea, marchó hacia el escenario,
y se dirigió a la reina sólo para decirle
que ya los pretendientes se habían ido,
y el rey era minúsculo.
1997
De:"Poesía reunida"
LOUIS ARAGON
No hay ningún amor
feliz
El hombre nada adquiere jamás Ni su ternura
Ni su amor ni su fuerza Y cuando abre los brazos
La sombra que proyecta es una cruz oscura
Y si abraza su dicha la destroza en pedazos
Su vida es una extraña y espantable locura
No hay ningún amor feliz
El hombre nada adquiere jamás Ni su ternura
Ni su amor ni su fuerza Y cuando abre los brazos
La sombra que proyecta es una cruz oscura
Y si abraza su dicha la destroza en pedazos
Su vida es una extraña y espantable locura
No hay ningún amor feliz
Su vida
se parece a un inerme soldado
Que para otra estrategia ha sido preparado
Que madruga y de noche sufre de hambre y de sed
Y que en la tarde tiembla deshecho y desarmado
Decid «mi pobre vida» y el llanto contened
No hay ningún amor feliz
Mi bello amor mi dulce amor mi amor perdido
Dentro de mí te llevo como un pájaro yerto
Y aquellos que de lejos nos vieron no han sabido
Que mis propios poemas tras de mí han repetido
Y que ya por tus ojos varias veces han muerto
No hay ningún amor feliz
El tiempo de aprender a vivir ya ha pasado
Que lloren en la noche nuestros dos corazones
Por el dolor que esconde cada recuerdo amado
Las tragedias que nutren el éxtasis soñado
Los sollozos que impregnan las menores canciones
No hay ningún amor feliz
No hay amor que no aflija al par que desespera
No hay amor que no se halle mezclado a su dolor
No hay amor que no espante No hay amor que no hiera
No hay amor que no viva de lágrimas y espera
Y el amor de la patria lo mismo que tu amor
No hay ningún amor feliz
Pero este es nuestro amor
Que para otra estrategia ha sido preparado
Que madruga y de noche sufre de hambre y de sed
Y que en la tarde tiembla deshecho y desarmado
Decid «mi pobre vida» y el llanto contened
No hay ningún amor feliz
Mi bello amor mi dulce amor mi amor perdido
Dentro de mí te llevo como un pájaro yerto
Y aquellos que de lejos nos vieron no han sabido
Que mis propios poemas tras de mí han repetido
Y que ya por tus ojos varias veces han muerto
No hay ningún amor feliz
El tiempo de aprender a vivir ya ha pasado
Que lloren en la noche nuestros dos corazones
Por el dolor que esconde cada recuerdo amado
Las tragedias que nutren el éxtasis soñado
Los sollozos que impregnan las menores canciones
No hay ningún amor feliz
No hay amor que no aflija al par que desespera
No hay amor que no se halle mezclado a su dolor
No hay amor que no espante No hay amor que no hiera
No hay amor que no viva de lágrimas y espera
Y el amor de la patria lo mismo que tu amor
No hay ningún amor feliz
Pero este es nuestro amor
Versión de Andrés Holguín
Suscribirse a:
Entradas (Atom)