miércoles, 1 de diciembre de 2021


 

FRIDA KAHLO

 

 

Fragmento (1)

 

 

‘Nada comparable a tus manos, ni nada igual al oro-verde de tus ojos. Mi cuerpo se llena de ti por días y días. Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. La humedad de la Tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio. Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos, tus ojos, espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Solo tú en el espacio lleno de sonidos. En la sombra y en la luz; tú te llamarás auxocromo, el que capta el color. Yo cromóforo, la que da el color. Tú eres todas las combinaciones de números. La vida. Mi deseo es entender la línea, la forma, el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz’.

 

TERESA WILMS MONTT

 

  

Inquietudes sentimentales: IV

 

Criaturas: si el dolor no fuera tan ilimitado como el infinito, yo habría roto sus límites.

Porque más allá de todo lo que la mente pueda imaginar, va mi alma inconsolable, encerrada en su mutismo de duelo.

Criaturas: las llamo, no con la voz que Dios ha dado al hombre para hablar a los que aman, las llamo con otra voz creada en el fondo de mi ser por la desolación inmensa de mi pena.

Vivo de vuestros recuerdos, criaturas; cubierto de lágrimas el corazón, lágrimas que fecundan mis bondades, como la lluvia a la tierra que da flores.

Criaturas: vuestros nombres son la llave de un tabernáculo sagrado ante el cual ofrendo mi alma en holocausto; son el secreto santo de mi vida, jamás lanzado a la profanación.

Si Dios existe, si no es farsa su justicia y su grandeza, él permitirá en él día de mi muerte que yo lleve sobre mis labios, redimidos por el inmenso dolor de haberlas perdido, la impresión dulcísima de vuestros castos besos; y en mi frente la frescura de vuestras manitas adoradas.

 

PABLO ROMAY

 

 

 

Vivir la vida

 


Nace el día

y despiertas y comes y trabajas

y termina el día

y comes y duermes

y pasa la vida y te levantas y hablas

y trabajas y caminas y comes

y duermes y piensas

o al menos lo crees,

y trabajas y te reproduces…

y comes y duermes y tratas de ser alguien.

Y pasa la vida y creces y estudias y trabajas

y trabajas

y hablas sobre la vida pero no vives,

no sueñas, no disfrutas.

Y pasa la vida. Todos los días lo mismo.

Pero la vida es para disfrutar, no para sobrevivir.

Pero nadie te lo ha dicho

y pasas los días haciendo lo que todos hacen,

lo que otros te han dicho que debes hacer.

Y mientes, te engañas, no amas.

Tienes miedo y te enojas y envidias.

Y lloras y comes y mueres.

Y tu vida no es más que la vida de un animal.

Otra preciada vida humana se te ha escapado de la vida, se te ha ido a la tumba.

Nadie te lo ha dicho.

Solo llegaste y solo te vas.

¡Vive tu vida

solamente tu vida!

 

 

ELVIRA HERNÁNDEZ

 

  

Yo, Elvira Hernández

  

Yo, Elvira Hernández,
la del barco estertor, la
que no tiene lugar ni contactos en la Corte, la
que se rompe la piel para salir de sí misma, la
que se droga con el veneno del pasado, la
que tendría que desaparecer
pronto
se hace humo con un pitillo de sueños
…………………………………………………..
cabeza vendada
ojos cerrados
peregrina
un rincón de “A Brasileira”
un pessoa bloody mary doble
un brindis solitario en el boulevard
del Chiado
autora de sí misma
camina por la Collique de San Sebastián
repitiendo a media lengua: aitor, aitor
como si dijera: “Padre, por qué me has abandonado”
otro brindis

 

CARLOS MARZAL

 

  

Los alimentos corporales

 


Llamar amor a lo que tú y yo hacemos 
es cometer una sensiblería 
indigna de nosotros, que aún somos amantes. 
Eso es mejor que lo hagan los demás, 
aquéllos que precisan aguar un vino fuerte. 
Lo nuestro es un fenómeno distinto, 
sin ningún circunloquio, sin grumos literarios. 
Se manifiesta en el arrastramiento 
recíproco. 

Consiste en una prospección 
para obtener placer y para darlo, 
un hurto generoso que se ofrece egoísta. 
Es un duro trabajo en las calderas 
de nuestra intimidad, un primitivo 
cerco en torno al castillo de la vida. 
La carne se alimenta de la carne, 
de su mutuo veneno jubiloso. 
Lo que hacemos tú y yo no es el amor. 
A no ser que se entienda por ello un sacrificio 
donde nos ofrecemos a los dioses suicidas 
que habitan en el pozo de nuestra propia sangre. 
Para nombrarlo habría que incurrir 
en palabras que algunos consideran obscenas, 
aunque la obscenidad tampoco lo define, 
porque no pretendemos aleccionar a nadie 
ni sobre el impudor, ni sobre la virtud. 
Lo que mejor explica, sin agotarla nunca, 
la bárbara pureza del deseo recíproco 
es una cacería de animales 
y el hartazgo feliz en que se sacian, 
con los ojos cerrados contra el tiempo, 
en el avaro éxtasis de su feroz banquete. 
Para la bestia octópoda que engendramos tú y yo, 
son una estupidez los términos pacíficos, 
un triste deshonor en la batalla. 
No hacemos el amor, desvalijamos 
con codicia nocturna en la casa del cuerpo. 

 

 

LI QINGZHAO

 


 

Lamento del príncipe

 

 

LAMENTO DEL PRÍNCIPE
sobre el lago
el viento empuja las olas
hasta el fin del horizonte ya ha terminado el otoño:
raras son las flores
y escasos sus perfumes
sobre las aguas amorosas
se refleja el color de las montañas
¡y es tanta la belleza
que no puede describirse!
los frutos del loto ya han madurado y sus hojas se marchitan
un nuevo rocío baña
los helechos y arbustos de la orilla
dormidas en la arena
las gaviotas y las garzas
ni siquiera giran la cabeza
parece que lamentan también tu temprana partida

 

Versión de Pilar González España