"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 11 de agosto de 2018
ANA ROSETTI
Exaltación de la
preciosa sangre
Desvelado el espejo -dosel del costurero
saqueado- tantos dones magníficos
excesiva duplica.
Y, no obstante, sólo tiene su cómplice
e incitante señal la madeja encarnada.
Oh, tomémosla. Rasguemos las vítolas,
las hebras desprendiendo con esmero,
y en las tensadas palmas de tus queridas manos
laceolados estigmas bordaré diestramente...
Tan frágiles cutículas, la sangre al traspasar
su rúbrica brillante va prendiendo.
Mas si al sedoso hilo la sangre verdadera
ha querido emular agolpándose cárdena
a su orilla, no te asustes, amor.
Pues presurosamente mi estremecida boca
a tu herida será vaso propicio.
Labios míos temblando, del precioso regalo
de tu mano, tiñéndose. Tu sabor penetrando
mi inviolada saliva, comulgándome,
y el fervor confundido en delirio de besos.
Desvelado el espejo -dosel del costurero
saqueado- tantos dones magníficos
excesiva duplica.
Y, no obstante, sólo tiene su cómplice
e incitante señal la madeja encarnada.
Oh, tomémosla. Rasguemos las vítolas,
las hebras desprendiendo con esmero,
y en las tensadas palmas de tus queridas manos
laceolados estigmas bordaré diestramente...
Tan frágiles cutículas, la sangre al traspasar
su rúbrica brillante va prendiendo.
Mas si al sedoso hilo la sangre verdadera
ha querido emular agolpándose cárdena
a su orilla, no te asustes, amor.
Pues presurosamente mi estremecida boca
a tu herida será vaso propicio.
Labios míos temblando, del precioso regalo
de tu mano, tiñéndose. Tu sabor penetrando
mi inviolada saliva, comulgándome,
y el fervor confundido en delirio de besos.
BERENICE REYAL
Versos de colores
Matiz
del abrazo
de
colores tejidos
que las
manos me dieron
para
cubrirme del frío.
Tejidos
de lana
suaves
como
risa de niño.
Flores del campo
bordadas en mi manto
con colores del cielo,
y cochinilla del suelo.
Llenan
la ropa
historias
y recuerdos,
manos
que escriben textiles
en
poesía bordada
de
colores miles.
ANGEL CRUCHAGA
Más
allá de la vida,
triste como una selva abandonada,
miro irse las horas
en las lunas, los pájaros y el agua.
triste como una selva abandonada,
miro irse las horas
en las lunas, los pájaros y el agua.
Tu
corazón sonríe
sin mirar mi fatiga.
Te arrancaron los ojos
¿en qué calle siniestra de la vida?
sin mirar mi fatiga.
Te arrancaron los ojos
¿en qué calle siniestra de la vida?
Yo me
iba al futuro
como oliendo una flor
y presentí mi muerte
en el trémulo hilo de tu voz.
como oliendo una flor
y presentí mi muerte
en el trémulo hilo de tu voz.
Yo me
iba al futuro
con los brazos abiertos en la luz,
como se van las almas de los muertos.
¡Voy al futuro caminando aún!
con los brazos abiertos en la luz,
como se van las almas de los muertos.
¡Voy al futuro caminando aún!
Como a
un infante triste
te llevé de la mano
por mis sendas dormidas
en un claro perfume de alicanto.
te llevé de la mano
por mis sendas dormidas
en un claro perfume de alicanto.
En
haces de centellas
fulgió mi corazón. ¡No lo miraste!
Más allá de la vida está llorando,
como un niño en los brazos de su madre.
fulgió mi corazón. ¡No lo miraste!
Más allá de la vida está llorando,
como un niño en los brazos de su madre.
DALI CORONA
Martillo
Esta
voz, martillo blando, de cartón
zurcido
a hilos pobres, que golpea el vacío y no tu sueño,
es la
herramienta única
en el
taller de casa.
Su
brillo y peso se han marchado, como las semillas del diente de león
cuando
el aire pasa sobre ellas
y de un
tirón la desperdiga.
Aun
así, sobre tu hombro recuesto mí cabeza
y
susurro.
No lo
sabes, pero en tu sueño
hay un
leve martillar que te descubre
como si
la voz, perdida y todo,
jalara
la sábana y quedaras toda a la intemperie.
Llegamos
tarde. Yo a tu sueño
y tú a
mi tiempo. Pero la voz,
que se
aferra a la herrería del cuerpo,
decide
golpear donde estuviste.
He
regresado tantas veces a ese día; lo recorro a tientas
para
ver si entre sus pliegues
tu olor
persiste
como el
martillo de mi voz
que
golpea sobre la nada.
LORENA HUITRÓN
La apariencia
Sin
sacudir el aire
muerdes la voz y la sucedes
porque otro cuerpo sobreviene,
otro cuerpo cuyo nombre ya conoces.
muerdes la voz y la sucedes
porque otro cuerpo sobreviene,
otro cuerpo cuyo nombre ya conoces.
Sujétalo.
Que no gima.
Has encontrado la apariencia.
Que no gima.
Has encontrado la apariencia.
NATALIA GÓMEZ
3
La
poesía es una escalerita que baja,
Por un
camino de nubes,
A una
ventanita con vista al infierno
Corazones
cuelgan de los árboles
Y los
leones se cortan las uñas.
Un
poema es una tortuga con patas de gacela
Corre a
través de un arcoíris
Y llega
a ojos de cualquier cazador.
Es una
avenida rota
Con
flores que emergen de las grietas.
Es una
ciudad
Iluminada
por luciérnagas
Le
cantan al silencio.
El
poeta,
Es aquí,
Un
cuerpo vivo
Entre
el escombro.
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