sábado, 11 de agosto de 2018

DALI CORONA





Martillo



Esta voz, martillo blando, de cartón
zurcido a hilos pobres, que golpea el vacío y no tu sueño,
es la herramienta única
en el taller de casa.
Su brillo y peso se han marchado, como las semillas del diente de león
cuando el aire pasa sobre ellas
y de un tirón la desperdiga.

Aun así, sobre tu hombro recuesto mí cabeza
y susurro.
No lo sabes, pero en tu sueño
hay un leve martillar que te descubre
como si la voz, perdida y todo,
jalara la sábana y quedaras toda a la intemperie.

Llegamos tarde. Yo a tu sueño
y tú a mi tiempo. Pero la voz,
que se aferra a la herrería del cuerpo,
decide golpear donde estuviste.

He regresado tantas veces a ese día; lo recorro a tientas
para ver si entre sus pliegues
tu olor persiste
como el martillo de mi voz
que golpea sobre la nada.


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