"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 8 de septiembre de 2021
SAM PINK
Un
lobo con ropa de oveja y con el corazón de un cordero que sostiene una bomba
Arrancate
el corazón
si se vuelve demasiado grande.
Y achicalo
en cuartos oscuros.
La mayoría de las discusiones pueden terminar con:
“¿Qué querés de mí?”
También la mayoría de los días.
Me gusta pensar en una pila de mugre,
hacia la que caminamos cada uno
cuando algo estúpido me está molestando
Estoy en camino,
pero no llegué todavía.
PABLO ROMAY
Tus
pechos me recuerdan al mar
fluyen
a través de mí
refrescantes,
deliciosas
olas juguetonas
golpean
insistentes
mi
proa pectoral
que
se mece sobre ti
se
abre paso ferviente
por
tu mojada inmensidad oceánica
mientras
nos entregamos como gaviotas
al
infinito.
JAIME HUENÚN
Vivir
en Ciudad Fanon no era más
que
vaciarnos de sudor y de memoria.
Era
ir los viernes por la noche
a
los tambos cuzqueños olvidados
y
mercar allí, sin dios ni ley,
los
poderes infinitos de la coca.
Con
los chasquis bebíamos cachaza
de
favelas sitiadas por la DEA.
Escribíamos
después en las murallas:
“Your name is puta$, your name is okaso”.
Seguimos
el Sendero Luminoso
convocados
por los apus
de
los cerros de Ayacucho.
Nos
armamos con los rifles de Guzmán
y
huaracas que tejimos
con
pulido cuero andino.
En
la sierra se unieron a nosotros
tribus
campas, gente quechua
y
unos vagos morenos amazónicos
que
debían varias cuentas a la ley.
Nos
barrieron en El Yuro sin piedad,
y
dejaron nuestros cuerpos
al
arbitrio de las moscas,
al
regalo de los buitres.
Desde
entonces caminamos sin destino
por
los guetos y las ferias
de
los zambos cimarrones.
Y en
las noches robamos las monedas
a la
sucia y fea fuente
de
las viejas utopías.
El
Señor de los Cielos trajo el agua,
la
comida de los niños, medicinas.
Su
empleado Moctezuma diligente
repartía
las cajitas con regalos.
Al
final nos entregó cuarenta rifles
con
un sello grabado en las culatas.
“Sean
justos y disparen en mi nombre
cada
vez que mi gente se los pida”.
Ahora
somos su rebaño predilecto,
una
grey que no le falla ni le miente.
Ahora
somos una tropa fiera y santa,
los
guardianes bien templados de su honor.
De:
“Fanon city meu”
EDUARDO LLANOS MELUSSA
Telegrama
a Rubén Darío
En
la laguna de nuestra memoria
aparece el cuello interrogante de tu cisne.
Y henos aquí, sin saber responder,
jugando cada cual a ser un patito feo
que chapotea en el barro americano
y salpica uno por uno a los vecinos.
Perdona,
abuelo Rubén, si no hicimos lo que pudimos:
aquí y ahora ser poeta
es como haber nacido
canoso o lisiado
y nuestra poesía es apenas
un rubor a solas,
algo así como lanzar brochazos en la noche
para pintar consignas libertarias
en el muro del patio de la propia casa,
sin contar siquiera con la ayuda de la famosa luna.
VICENTE GALLEGO
Noviembre,15
Con esta sola mano
me fatigo al amarte desde lejos.
Tendido bajo el viejo ventanal,
espero a que el sudor se quede frío,
contemplo el laberinto de mis brazos.
Soy dueño de un rectángulo de cielo
que nunca alcanzaré.
Pero debemos ser más objetivos,
olvidar los afanes, los engaños,
el inútil deseo de unos versos
que atestigüen la vida. Celebrar
el silencio de un cuerpo satisfecho,
esa altura sin dios a la que llega
nuestra carne mortal. Saber así
la plenitud que algunos perseguimos:
un hombre, bajo el cielo, ve sus manos.
LILIAN SERPAS
Alunizaje
Lúcido
en la tiniebla de un momento
de ser —ya sido— en inicial viraje,
arranca de raíz mi pensamiento
—tan joven como antiguo en su linaje—.
Ráfagas
a grupas de un saber, aliento
—del polvo hostil en rescatado viaje—,
emite luz, muy cerca a lo que siento
del más nocturno azul de alunizaje.
Ritmos
de meteoros miden tensa
noche, sólo soporte a mi defensa,
igual a rostro en Cero circunscrito.
Yo
heroica y huyendo en un desvelo
—libre y sin nada—, como en un deshielo,
alcanzo en pie de amor, el infinito.
México, 1969.
De:
“Girofonía de las estrellas”