"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 3 de abril de 2020
ANA ROMANO
Imán
Es desde la cima
que divisa
en su imponencia
el bastión
Abajo
cascada
sigue
Decidida
¿proyecta?
Se rozan
los opuestos
coquetean
La sensualidad
deambula
Frenéticos
los frutos.
DULCE MARÍA LOYNAZ
CHŪYA NAKAHARA
Circo
Habían transcurrido varias épocas
y hubo guerras de color castaño.
Habían transcurrido varias épocas
y soplaron ráfagas heladas de invierno.
Habían transcurrido varias épocas
y esta noche, aquí, llegaban a su punto culminante,
y esta noche, aquí, llegaban a su punto culminante.
Hay una viga en lo alto de la carpa del circo.
Hay un columpio.
Un columpio casi invisible.
Cuelga boca abajo con los brazos tendidos
bajo el techo manchado de algodón.
Yuán yuyón yuyayuyón.
Las luces blancas, cercanas,
respiran como si fueran listones baratos.
Yuán yuyón yuyayuyón.
Los espectadores son pequeñas sandías.
Sus gargantas chillan como las conchas de ostión.
Yuán yuyón yuyayuyón.
La negra y ennegrecida oscuridad cubre la carpa.
La noche avanza
y la nostalgia de los paracaídas condenados.
Yuán yuyón yuyayuyón.
Habían transcurrido varias épocas
y hubo guerras de color castaño.
Habían transcurrido varias épocas
y soplaron ráfagas heladas de invierno.
Habían transcurrido varias épocas
y esta noche, aquí, llegaban a su punto culminante,
y esta noche, aquí, llegaban a su punto culminante.
Hay una viga en lo alto de la carpa del circo.
Hay un columpio.
Un columpio casi invisible.
Cuelga boca abajo con los brazos tendidos
bajo el techo manchado de algodón.
Yuán yuyón yuyayuyón.
Las luces blancas, cercanas,
respiran como si fueran listones baratos.
Yuán yuyón yuyayuyón.
Los espectadores son pequeñas sandías.
Sus gargantas chillan como las conchas de ostión.
Yuán yuyón yuyayuyón.
La negra y ennegrecida oscuridad cubre la carpa.
La noche avanza
y la nostalgia de los paracaídas condenados.
Yuán yuyón yuyayuyón.
JULIO HERRERA Y REISSIG
Fiat
lux
Sobre el rojo diván de seda intacta,
con dibujos de exótica gramínea,
jadeaba entre mis brazos tu virgínea
y exangüe humanidad de curva abstracta...
Miró el felino con sinuosa línea
de ópalo; y en la noche estupefacta,
desde el jardín, la Venus curvilínea
manifestaba su esbeltez compacta.
Ante el alba, que izó nimbos grosellas,
ajáronse las últimas estrellas...
El cristo de tu lecho estaba mudo.
Y como un huevo, entre el plumón de armiño
que un cisne fecundara, tu desnudo
seno brotó del virginal corpiño...
De:
“Los parques abandonados”
RUBÉN BAREIRO SAGUIER
Inminencia
Las diamelas rebotan contra los lapachos
Está la primavera llegando.
ERNESTO MEJÍA SÁNCHEZ
Arte
menor
Hilos telegráficos–
aéreo pentagrama
del canto de los pájaros.
De:
“Poemas temporales”
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