miércoles, 6 de abril de 2022


 

ALBERTO SERRET

 


 

Campos de la mariposa

 

 

Los cuerpos, ah los dulces pobres cuerpos humanos
con su tronco y sus pencas, sus raíces desnudas
batiendo el aire: copas profanas que la noche
dotó de lenguas húmedas, de contráctiles manos

y huesos inconformes cuya existencia muda
sube a la piel, pujante, descerrajando broches.
Abatidos parecen casi banderas puestas
a hinchar la superficie de los horizontales

sentidos de la inercia, como lagos carnales
donde el placer arroja sus anclas imperfectas.
De pie, son el enigma constelado de grutas

y cúspides turgentes que florecen o estallan:
Mensajes de uno mismo donde las voces callan
y emprenden el ascenso por innombrables rutas.

Los cuerpos, ah los dulces pobres cuerpos humanos
llenos de lenguas húmedas, de contráctiles manos.

 

 

RICARDO POCHTAR

 

 

 

Santas apariencias

 

 

La mañana parece blanca,
la luz, una esfera de agua,
parecen plumas las nubes,
por suerte todo parece
sin el esfuerzo de ser.

 

 

BERNARD NOËL

 

  

Houston

 

 

un millón de habitantes más en ocho años
lo que la hace cuarta con cuatro millones
sin embargo el campo aún está en todas partes
verdes robles matorrales de boj y azaleas
jardines con cardenales rojos y arrendajos azules
pero sin transeúntes sólo algunos sopladores
de polvo y hojas secas que mueven
en vano nubes a ras del suelo
entrada gratuita a la Capilla Rothko
tiendita de silencio y olvido
donde la vista se enciende fijando superficies
que reflejan lo que se mueve en el fondo del cuerpo
el negro es el único color de lo interno
y el único saber es hacer de él una puerta

 

 

ROLANDO CÁRDENAS

 


 

Los fantasmas 

A Jorge Teillier.

 

 

Han de venir de pronto
por una tarde llena de lluvia,
a esa hora en que el panteonero se levanta desde el N.O.,
en el antiguo cementerio,
para soplar por la bahía
y calles inclinadas donde no reinan las hojas.
Las tinieblas caerán con frío
hasta hacer desaparecer las siluetas
de viejos pontones carboneros.
Y será de nuevo la infancia desvelada
en una pieza obscura, sin respirar casi.
Y toda la casa estará llena de ellos
y todos ellos alrededor de la lluvia
y del viento que silba en los alambres.
Así transcurrían esos días
en una casa brumosa y encantada,
junto a una abuela tierna
como si fuera a nombrarla.
Cuando era fácil asombrarse
ante palabras llenas de innumerables secretos
de los que alguna vez pasaron
por aquellos pueblos fantasmas
donde la muerte alejaba a los pájaros.
Sus voces los hacían respirar y moverse en las sombras
alguna de esas noches
en que la luna y el mar se detenían
para resucitar antiguas leyendas chilotas
de barcos iluminados con extraños tripulantes deformes.
Así sucederá.
Porque me basta saber que el panteonero
se levanta de nuevo desde el N.O.
con aquellos que han perdido la memoria bajo la tierra
y me toca con una mano helada.

 

 

ZAHUR KLEMATH ZAPATA

 

 

 

Para que tu lo quemes como una antorcha

 

 

Hoy
Cuando la noche me sepulta
con su peso de plomo
escribo estos versos
que brotan desde lo m s profundo
de mi ser
Yo
ZAHUR KLEMATH
nacido aquí
ciudadano del mundo por muchos años
expulsado de mi propia tierra
por crear un lenguaje
que para muchos es santo o maldito
pero en el fondo
soy igual que tu
con una salvedad
que no tengo miedo
a que mañana también me condenen
por no guardar en secreto
una verdad que nace del fluir
de las entrañas de mi vida
Hoy
te doy estos versos
que son de todos
para que enciendas con ellos
una antorcha en tu propia conciencia
o quizás en el momento preciso
hagas una hoguera
y salves el último instante de tu vida

 

 

HUGO ACHUGAR

 

  

Yo estuve aquí

 

 

Un hombre relativamente joven
pinta paredes cielo-raso y persiana.
Borra cree hacerlo las marcas
los días encerrado o escuchando
música. Elimina la frase
que dejó y no puedo repetir.

No puedo pronunciarla
aunque la escribo y se humedece
el rostro. No puedo queda
la memoria donde ardía
y nadar sabe mi llama el agua fría.