sábado, 25 de noviembre de 2017


IRMA TORREGROSA




Anoche te soñé:



Estabas aquí
en mi ciudad,
con todo tu amor al hombro
y la voz murmurante de los faros.

No quisiste preguntar,
caminaste,
no sabías dónde estaba:

al pie de un faro
en algún parque:
la historia interminable de un hombre
que busca a una mujer

                                             en un sueño que no conoce.



ALEJANDRO REJÓN HUCHIN




Caudal óptico



Una parvada de Signos deglute con sus cristales
el estupor que se ilumina.
el oído del diluvio deja abierta la jaula de sonidos
que flotan en el borde de la imagen,
se desdobla un espejo en el fondo de la vista:
hilos de piel costuran los símbolos.


CARILDA OLIVER LABRA




Muchacho



Muchacho loco: cuando me miras
solemnemente de arriba abajo
siento que arrancas tiras y tiras
de mi refajo.

Muchacho cuerdo: cuando me tocas
como al descuido la mano, a veces,
siento que creces
y que en la carne te sobran bocas.

Y yo: tan seria, tan formalita,
tan buena joven, tan señorita,
para ocultarte también mi sed

te hablo de libros que no leemos,
de cosas tristes, del mar con remos;
te digo, usted...


MIGUEL VEYRAT



  

Mnemósina



Cuando Mnemósina bebe
el tibio semen de las flores -o espuma
ardiente de mareas,
trazas tú los ritmos de la canción
sobre el laberinto
de tu templo altivo y solo -poema
irrepetible donde todo
deberá reunir al Todo y aplomar
sus altos muros. En
ese aroma tú decides el sentido
de la fiesta: Aquello
que habrá de quedar
y lo que debiera seguir -pues
suceden al unísono
tiempos futuros y tiempos
pasados, alentando -Oh sí,
al viento que te horada
ahora, libre y luminoso en el momento
preciso en que el sol te pintaba
sobre un muro: Furia
del límite, concentrada luz
que hacia adentro crece. Evohé.
  

LAURA SZWARC




Cotidiano



Si estiro los brazos
y camino
soy acróbata.


De: “Harina en vuelo”


ANDREA OCAMPO



  
Silbidos



Y nadie silba por la calle.
Hemos por fin anulado el molesto
sonido del otro,
convidado de piedra en la caminata diaria.
Es el siglo de los ojos.
Nadie silba y la calle es pura visión,
imagen que presume movimiento
y se me hace sueño videoclip. Nadie silba
en la película absurda donde siempre
es lunes o jueves o a quién le importa si
los días son iguales
como iguales los temas sucesivos
del auricular al cerebro, del ojo
al zapato, al asfalto, a los coches,
la gente y el semáforo. Sube
en el rebote de los pasos, hasta los labios sube.
Un huracán.  La silbo hasta el trabajo,
desentono, la canto, me equivoco, silbo otro poco,
le invento una letra
más o menos, a veces hasta sonrío.