"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 14 de mayo de 2025
BORIS PASTERNAK
A un amigo
¿Acaso yo no sé que hundida en las tinieblas,
jamás a la luz llegaría, la ignorancia,
y que soy un monstruo, y que la dicha de cien mil
no me toca más que la falsa felicidad de cien?
¿Y acaso yo no me ligo al quinquenio,
no me caigo y levanto con él?
Pero, ¿qué voy a hacer con mi caja torácica,
y con lo que es más rutinario que toda rutina?
No está bien que en los días del gran consejo,
en el que las plazas se han dado a la pasión suprema,
se deje la vacante del poeta:
ésta es peligrosa, si no está vacía.
Versión de César
Astor
CHARLES SIMIC
Nota deslizada bajo una puerta
Vi una alta ventana enceguecida
Por la luz del sol de la tardía tarde.
Vi una toalla
Con muchas oscuras huellas dactilares
Colgando en la cocina.
Vi un viejo manzano,
Un chal de viento sobre sus hombros,
Avanzando solitario muy de a poquito
Camino de las áridas colinas.
Vi una cama sin hacer
Y sentí el frío de sus sábanas.
Vi una mosca empapada en la oscuridad
De la adviniente noche
Mirándome porque no podía salir.
Vi piedras que habían venido
De una gran distancia púrpura
Amontonándose alrededor de la puerta de entrada.
MANUEL PADORNO
Junto a noviembre
Junto a noviembre crece el aire;
fueron hundiéndolo callado,
fueron sembrándolo en silencio,
la amarillenta gavia triste.
Bajo la tierra estaba octubre.
Florece el campo junto al hombre.
Está de pie como en un barco;
tiembla la tierra de sus manos,
la que ha sembrado con sus manos.
Es como el mar. Contempla a solas
crecer las tiernas olas verdes,
presiente lenta cómo sube
la marejada de los surcos.
Cruzan halcones y cernícalos,
(van traspasando su alegría),
precipitados cuervos, lentos
guirres en desbandada van
a guarecerse. Hacen sombras.
Octubre estuvo entre sus manos:
era semillas, era un barco
sobre las aguas sin tocarle.
Pero ahora está bajo la tierra.
Junto a noviembre crece el hombre.
ANTONIO CARVAJAL
Bajo continuo
Como en la muchedumbre de los besos
tantos pierden relieve -sólo el beso
inicial y el postrero por los labios
recibidos perduran-, estas flores
que el año nuevo entrega: Con el blanco
del almendro en su abrigo contra el norte,
la voz del macasar, no su presencia;
hoy, esta rosa. ¿La aguardabas? Huele
como la adolescencia y sus deseos.
Pero en medio se abrieron las cidonias,
los ciruelos, manzanos y perales,
tantos y tantos, rojos, rosas, blancos,
y apenas los mirabas: Como el gozo
de unos brazos constantes de certeza
te acogieron, te acogen, y recuerdas
sólo el primer calor, sólo la boca
que te ha dicho, al partir esta mañana:
“No vuelvas tarde”.
Pasas por los campos:
Entre las hojas con su verde intenso,
aún canta la blancura de los pétalos.
Es la felicidad que da sus trinos,
sus trémolos, su leve melodía,
sobre un bajo continuo de sosiego,
de paz, de vuelta al labio no sabido
en la forma, en la flor que te formule.
MARI LUZ ESCRIBANO
Escribiré una carta para cinco
Cuando surja la luz de primavera,
y las rosas dibujen sonrisas de colores,
escribiré una carta para cinco muchachos,
contándoles lo mucho que gané con la vida.
Escribiré desde una nube blanca,
con una tinta azul que no la borre el tiempo,
porque no volveré a pisar las arcillas,
ni la dura tristeza del asfalto.
Contaré que mi vida
fue una historia muy larga,
con mapas y lecciones
en un palacio antiguo,
el fragor de los trenes
hacia el país del trigo,
la lluvia sobre el mar
y las arenas suaves.
El Cantábrico allí,
tan lejos de Granada.
Después vinieron ellos,
esos cinco muchachos,
y los días pasaron
con nanas y con besos,
con los ojos dormidos
en cuna almidonada.
Mi corazón estuvo
siempre en guardia con ellos
Y ahora que ya han crecido
y conocen los mundos de las hierbas
los nombres de los pájaros,
la música del mundo,
los placeres del libro,
creo que ya he cumplido
mi misión en la tierra.
Escribiré una carta para cinco
cuando la primavera arribe
y me inunde la casa de amarillos.
JOSÉ MIGUEL ULLÁN
Testamento
la voz es voz
hiciera
añicos las palabras redentoras
…la quijada blandida,
la mueca de tu hermano,
la saliva secreta, la agonía
capaz, de darte posesión primera,
última ya (oh cuerpo ensangrentado),
herencia de este salmo, tierra ajena,
fuga para siempre, libertad cautiva…
la voz es voz
no existe
no existe aroma nuevo
cerrad mis párpados