viernes, 21 de febrero de 2025


 

FRANK O’HARA

 


 

Para John Ashbery

 

  

No puedo creer que no haya
otro mundo donde nos sentemos
a leernos poemas nuevos
al viento en lo alto de una montaña.
Tú puedes ser Tu Fu, yo Po Chü-i
y la Mujer Mono estará en la luna,
riéndose de nuestras cabezas desproporcionadas
mientras vemos la nieve posarse en una rama.
¿O nos habremos ido de veras? ¡este
no es el pasto que veía de joven!
y si la luna, esta noche
cuando salga, está vacía: mal augurio,
significa: “Se irán, como los pimpollos”.

 

ROBERT BURNS

 


 

A través del centeno

 

 

A través del centeno, pobre chica,
A través del centeno,
Arrastraba las enaguas.
A través del centeno.

Si dos personas se encuentran
A través del centeno,
Si dos personas se besan.
¿Tiene alguien que llorar?

Si dos personas se encuentran
A través de la cañada;
Si dos personas se besan,
¿Tiene el mundo que saberlo?

Jenny es una pobre chica empapada;
Jenny casi nunca está seca;
Arrastraba las enaguas,
A través del centeno.

 

REINALDO ARENAS

 

 

 

Autoepitafio



Mal poeta enamorado de la luna,
no tuvo más fortuna que el espanto;
y fue suficiente pues como no era un santo
sabía que la vida es riesgo o abstinencia,
que toda gran ambición es gran demencia
y que el más sórdido horror tiene su encanto.
Vivió para vivir que es ver la muerte
como algo cotidiano a la que apostamos
un cuerpo espléndido o toda nuestra suerte.
Supo que lo mejor es aquello que dejamos
—precisamente porque nos marchamos—.
Todo lo cotidiano resulta aborrecible,
sólo hay un lugar para vivir, el imposible.
Conoció la prisión, el ostracismo,
el exilio, las múltiples ofensas
típicas de la vileza humana;
pero siempre lo escoltí cierto estoicismo
que le ayudó a caminar por cuerdas tensas
o a disfrutar del esplendor de la mañana.
Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana
por la cual se lanzaba al infinito.
No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,
ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto
(ni después de muerto quiso vivir quieto).
Ordenó que sus cenizas fueran lanzadas al mar
donde habrán de fluir constantemente.
No ha perdido la costumbre de soñar:
espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.

 

 

JOSÉ LUIS GÓMEZ TORÉ

 

 

 

Paisaje

 

 

Una sábana azotada por la lluvia
nombra la sed sufrida por el agua,
el río que perturba los ojos del caballo.

 

 

De: “Llamarse nadie”

 

RAFAEL GARCIASOL

 

 

 

Gracias hermanos

A Gabriel Celaya



Sois tan buenos y desdichados,
tan sobrehumanos,
que me tenéis en algo.
Y voy apuntalado
Por vosotros, por vuestras manos
trabajadoras, vuestros labios
sonreídos del alba, brazos
sostenedores, respaldado.
Tan solitario
estoy que apenas valgo
con mi sombra. ¡Cuánto
en lo mío es vuestro, y proclamo,
en mi trabajo!
Y no me caigo
del todo, que sería malo
para vuestras creencias. Y me canso
tanto
que no quisiera haberme despertado
una mañana más al tajo,
llamo
a la materna muerte, a su regazo
acunador, me pongo a vuestro lado
y procuro mostraros
lo más sano
de mi palabra, el relámpago
que dignifique el barro
original, lo claro
de mis oscuridades, hago
el papel asignado
por el azar en el teatro
del mundo amargo
a ratos,
fascinante, entreclaro
y terrible, aún no descifrado,
criaturas de fe, de canto,
que no sabéis -¡ay, risas!- el milagro
diariamente renovado
que sois. Os amo,
gentes del pueblo llano,
de mis raíces, campo
pegujalero de mi sangre, árbol
de luz y fruto de mi llanto.
Y me callo, falto
y sin verbo adecuado
para rezarlo,
hermanos.

 

GIOSUÈ CARDUCCI

 

 

 

La niebla de cuellos rizados

 

 

La niebla de cuellos rizados
se levanta como la lluvia.
El mar aúlla y palidece
bajo el efecto del mistral.
Pero en los caminos de la aldea,
unas cubas en fermentación
el áspero olor de los vinos
regocija el corazón.

Sobre los leños candentes,
el asador gira crepitando,
el cazador silba
y desde el umbral de su puerta, observa
entre las nubes plomizas
el vuelo de unos pájaros oscuros
que migran en el crepúsculo,
como pensamientos desterrados.

 

 

Versión de Carlos López Narváez