martes, 3 de julio de 2012


CARLOS BARRAL






Pájaros para Yvonne



Tu cuerpo en qué alegría de revuelo,
que inmediación de trinos, ¡oh agitada
pasión de ti, de tórtola inspirada,
de azul y pluma en claro azul! (Uccello)

Pájaro. Sal. Escribe por el suelo
el gozo de tu jaula enamorada.
Sea risueña alcándara la espada
de gavilán blandida para el duelo.

Yo, tu fronda apartada. Permanente
árbol donde resuena tu destino,
leeré tu trayectoria. Se adivina

tan bien lo que se espera... Del camino
oblicuo, qué te importa, ¡oh diferente
mirlo de luz si vienes a la encina!

(Alcalá, n° 20, 1952)

GOYA GUTIÉRREZ






Bajo el manto de estrellas...



Bajo el manto de estrellas
De Nevsehir,
Te transportó la nota dilatada
Del cantor de un alminar.

Y en esa noche que tú ya conocías
A oscuras y vestida de un silencio remoto
Te embarcaste, como en sueño hacia aquel fondo,
Donde se refugiaron Titanes
Que fueron desterrados del mar a las tinieblas.
Prisión de siglos, gestación de gigantes
Y nacimiento del que fuiste testigo.

Y en esa convulsión de fuego y fuerza
De la boca materna incandescente
Densa leche que fue manando por la tierra,
Formando así las rocas habitables:
Chimeneas del viento, subterráneos
Refugios indomables, nostalgias
De otros tiempos, caricias femeninas
De las dunas jugando alrededor
De erectas piedras, bajo el ardiente sol
De CAPADOCIA

Del libro "La mirada y el viaje"

ENRIQUE GRACIA TRINIDAD






Restos de almanaque 


                                                               A Ana Fernández Mallo 

La mitad de los días es resto de almanaque,
y el tiempo está cansado
de jugar con nosotros, con tu pelo de alcázar
que mis manos asedian,
con tus ojos de alquimia,
con el fuego robado
que se agita en la bolsa del ladrón
y reconforta el crimen, el amor o la vida.
Un fuego que la noche pretende sofocar
sin conseguirlo. 

El tiempo está aburrido
de que no comprendamos su perfil de manzana,
de ver como enloquece nuestra sangre
en la cinta sin fin que recorremos,
en este laberinto de frutal resistencia
que gobierna la piel,
que hace al dolor ausencia de miradas o besos. 

Pero llueve,
aunque la lluvia no lo borra todo
siempre llueve,
y se almacena un resto de cordura y palabras
en el penúltimo suburbio,
por las alcantarillas más profundas,
detrás de cada tarde con aceras o parques del oeste,
con paraguas oscuros
y luminosos ojos de autobús circular e infatigable. 

Ya cerradas las páginas del libro
donde siempre se anotan los milagros,
escribimos en rojo
sobre la miserable cuadrícula del sueño: 

La mitad de los días es resto de almanaque,
la otra mitad, amor que se quedó dormido.

De "Restos de almanaque"

FINA GARCÍA MARRUZ






Cruz de palomas


                       Para Isabel, que me enseñó la basílica de San Clemente
                                                               (Mosaico del ábside, s. XII)


Creíamos que la cruz
era sólo de amargura
y ahora vemos las palomas
poblando sus travesaños.
(Verdad que es en San Clemente
y en el siglo de María.)
La cruz echa las raíces
de donde, en círculos magos,
nace la vida; los ciervos
beben el agua brotada
del Dolor; bajo su fronda
los hombres y las mujeres
se afanan en sus oficios,
y por las tablas nocturnas,
blanquísima, las palomas
caminan. Es su jardín.

LILIANA PERUSINI





Flores del jardin




Detrás de los muros,
donde esconde sus miedos,
la vida mira de lejos…
intentando olvidar la noche,
que violaron sus sueños…

Y desde esa noche oscura,
sintió que en su cuerpo,
habitaban demonios y fuegos…

Y fueron nueve lunas
de vida en su sangre.
Y llegado el día…
deseó ver a un ángel
mas sólo vio el rostro del diablo,
y escuchó...apenitas un llanto.

Mientras aguarda la vida,
más allá de los muros,
imagina las flores,
en el modesto jardín
donde esparcía sus sueños.
Sólo al amparo del sol,
su acechada inocencia.

Y su madre y su hermana,
alejan la soledad de sus días,
con tiernas caricias y besos.
Y cientos de mujeres,
clamando justicia,
el ancestral silencio,
de la indiferencia rompen,
con sus gritos.

Detrás de los muros,
donde pena su culpa,
ella sigue imaginando las flores,
en el modesto jardín,
donde inocente esparcía, sus sueños…

Y en estos días...Romina Tejerina, vuelve a vivir la vida,
en el pequeño jardín, más allá de los muros.