Distancia
Fuimos bajando
hasta el fondo
por las calles del
puerto. La noche
remaba en el abismo
de los ojos.
Jorge Fernández
Granados
Habíamos
encontrado muchas luces en la selva,
pero
perdimos el camino de regreso a casa.
Oscuridad
por todas partes, sólo luces ululantes, voladoras,
algunas
encerradas en nuestros frascos de mayonesa.
La
noche se fue cerrando sobre nosotros
ocultándonos
unos de otros. Las luces atrapadas languidecieron,
avanzada
la noche nuestra casa estaba más lejos cada vez que respirábamos.
Parados
en medio de la selva oscura, dijera el florentino,
esperábamos
el amanecer que estaba a diez horas de distancia,
y la
selva rujia mientras tanto,
y
quebradizos aleteos de lechuzas coronaban nuestro miedo.
—No
se alejen demasiado, advirtió mi padre,
pero
seguimos nuestra vocación de nunca hacerle caso.
No
había camino de vuelta, estábamos ahí para noche,
sus
negras raíces fecundaban la tierra.
¿Cómo
pudo la luz emboscarnos en la nada?
Habíamos
encontrado muchas luces en la selva,
pero
perdimos el camino de regreso a casa.