miércoles, 21 de noviembre de 2018


RICARDO CASTILLO





VII



Ya después no sabes para dónde voltear
por cuál ventana desgastar tu horizonte en pólvora para soporíferos limbos
mientras son arrancadas las hojas del calendario
que año con año regala la carnicería
y poco a poco el ritmo va quedando en mueca
que no habla como cicatriz     que no se mueve
Cada vez más la sombra de ti mismo
"No me hablen de lo que un día creí posible
ahora ya ven cansado y aturdido de esa soledad
dinamitada por la rigidez del hombre"


ARISTOTELES ESPAÑA





Huellas digitales



Un Chico con Cara de Buque dijo tengo una muralla
y voló hacia un soneto.
antes, bebió Agua de Toronjil
de la pierna izquierda de Mylene
y chupó el húmedo hueso de plástico
Made in Corea de la nave.

Eramos felices, todos teníamos cara de espanto
y 20 años en la nuca, había estribos, bombas de humo
e idiotas carteles con círculos
en las piezas de Evelyn, Abelardo, Jacinto, Elsa, Raquel Holtz;

una Chica de Cuento habló de detenidos desaparecidos;
muerte, muy despacio.
nos dimos cuenta que la única certeza
de esa noche era la nada,
la derrota, la soledad;
alguien cantó La Comparsita.

Entre colchones, arrebatos, caracoles,
El Chico con Cara de Buque bebió una consonante,
y aparecieron pequeños poetas simios.
Era un instante de miedo, afuera se escuchaban disparos,
ruidos de botas de ejército chileno,
besitos ricos también en la almohada.




ALAIN BOSQUET


  


Interrogación



¿Y con quién os pensáis que conversa una rosa?
¿Hacia quién creéis que va un perro solitario?
¿Habéis visto que alguno dé consuelo a una piedra
que llora? El cielo azul, asentado en sus vértigos,

¿os creéis que soporta un silencio tan frío?
No seáis inocentes: la silla siempre es viuda,
la ceniza se queja de ser sólo ceniza
ignorando de qué. Preguntad al cometa

si a pesar de su brillo halla más soportable
la vida que la muerte. Nosotros compartimos
nuestros afectos con las cosas desvalidas,

el polen trashumante, el lagarto espasmódico,


ANDRES RUIZ





Puede suceder que la inercia póstuma a la acción
resulte inversa al objetivo.
Para protestar contra la lluvia
habrá que podrirnos los pies
caminando por sus charcos.
Buscar el sol hasta insolarnos la mirada
y llorar canciones que resequen la garganta.
Como el guaco que grita sus sequias por las noches
y se viste de ruiseñor por las mañanas.


FADIR DELGADO





Ciudad de arrugas


Hemos comprado la muerte y la estamos pagando a plazos
Qué se puede decir si la mentira sólo nos funciona cuando
somos niños y la risa es una máscara que se alquila a bajo precio.

El cine abandonado en la esquina como ropa vieja
Las calles llenas de graffitis de gente que sé hasta el
silencio se lo han tenido que guardar en los bolsillos.
Dioses guerreros
Rezos antiguos
Tristes iglesias y este desarraigo absurdo de la palabra
Aunque necesitemos de un rincón
se debe entender que hay demasiados mares entre
la mentira y el secreto

Todo recuerdo trae su dolor bajo el brazo, como las noches
que arrastran soles para semifelices de los sábados o
escalofríos repartidos como gatos alegres.

Alguien habla de disfraces del teatro callejero y la burla.

Aun así no se puede evitar la verdad inconclusa
Los cementerios del amor
El aliento seco de las piedras

Esta ciudad de arrugas, de mármoles carnales no habla. Sólo
entrega el aullido del último abrazo, el peligro del cuerpo.
Me entrega la angustia del perro callejero.
Tambores en las esquinas llamando tradiciones
La actitud aburrida del teléfono.
-Relojes mentirosos- la piel no resistirá el sudor de los asfaltos.
La guerra también pedirá auxilio y entonces no se podrán
hacer juguetes de tierra. Hasta las ruinas de la ciudad nos abandonarán.

Tristes iglesias
Dioses guerreros
Rezos antiguos
Seremos relámpago de los soles. Seremos celdas del asombro.
Tal vez llegarán los días donde las máscaras no tendrán un bajo precio
y entonces deberemos pintarnos la risa con retazos de miseria.

ELIZABETH REINOSA ALIAGA





Dolor real



Cuando era niña
jugaba con martillos
que golpeaban mis dedos.
Tenía una cuerda
para mi cabeza.
Tenía un árbol y una ventana
para saltar.

Pero la edad lo cambia todo
y ahora solo tengo
somníferos y espuma
solo agua
para purificarme
agua y pasiflora
y manzanilla
y tilo
plantas que crecen
en mi estómago
como un ojo
de huracán.