sábado, 29 de enero de 2022


 

ALMAFUERTE

 


 

¿Por qué no mandas?

 

 

Como al nacer el sol en el oriente

los negros lomos de la tierra inflama,

como Dios al mirar sobre los pueblos

de ansias de lo mejor llena las almas

en mis tinieblas

casi macabras,

como un rayo de sol fue tu sonrisa,

fulguración de Dios fue tu mirada.

Como brilló una luz en el desierto

para salvar a una nación esclava,

como cruzó una estrella los espacios

al comenzar la redención humana,

respladecientes,

a llamaradas,

surgieron, en mi senda, tu sonrisa

y en mi noche angustiosa, tu mirada.

Como el riego copioso de la nube

las duras glebas del erial ablanda,

y los aíres impuros purifica

del polvo impuro que su azul empaña,

lluvia de oro,

sonora y franca,

humedeció mis penas tu sonrisa,

purificó mis besos tu mirada.

Como el endeble cráneo de los hombres,

a pesar de caber en sus dos palmas,

la inmensidad del universo encierra

y sus ruines paredes no se rajan;

así el parvo

duomo de mi alma,

está como la aurora tu sonrisa

¡como todos los orbes tu mirada!

Cómo pájaro y flor en las agrestes,

pavorosas llanuras desoladas,

son retoques audaces que proyectan

vida, valor, perfume, resonancia:

en mi solemne,

desierta pampa,

como cántico y flor fue tu sonrisa,

como cántico y flor fue tu mirada.

Como pugna una fuerza prodigiosa

detrás de cada sol y cada larva,

en las moles del mar y del rocío,

en el grano de trigo y la montaña;

tú no me tocas,

tú no me hablas,

y eres la sola vida de mi vida,

su voluntad, su numen, su palanca.

Como en la plena luz del mediodía

semejan un incendio las cañadas,

y a los oblicuos rayos de la tarde

tranquilos mares de bruñida plata,

sol de virtudes,

astro que ama,

tú, sobre todos mis dolores juntos,

las ilusiones de tu luz levantas.

Como al Señor querría el Angel malo,

si el Señor le volviese la esperanza

y en el vacio enorme de aquel odio

la enormidad de su perdón volcara,

así a raudales,

así a cascadas,

se ha inundado mi pecho de un cariño

que por cielos y tierras se derrama.

Cariño universal que me transporta

más aláa de mis dudas y mis ansias,

que me impone surgir del horizonte,

limpio de mis pasiones y mis lacras,

como penacho

de ardientes llamas

que hubiera puesto Dios sobre mi testa,

para darme el dominio de las almas.

Cariño que refunde mis potencias

en la sola potencia sobrehumana

de sentir nada más que lo sublime,

de llorar nada más que por las alas

¡virgen del cielo

llena de gracia

que bajas a gemir con los humanos

y has hecho de mi espíritu tu alcázar!

Allí estarías como la sola dueña,

allí serás la sola soberana:

como siguen los astros a los mares

tú regirás mis ondas tumultuarias.

Reina absoluta

¿porqué no no mandas?

¡yo haré que todo el mundo conmovido

se postre de rodillas a tus plantas!

¡Y te daré de mí gloria una diadema,

de mi mente una túnica de grana,

de. laureles y aplausos una alfombra,

de mi pecho y mi sangre una muralla:

porque yo tengo

virtud en mi alma,

para llenar de admiración los siglos

si una mirada tuya me lo manda!

  

Nota: Almafuerte seudónimo de Pedro Bonifacio Palacios

 

JULIO VICUÑA CIFUENTES

 


En el tiempo de ahora

 

 

Si ya en mi jardinillo
no florece el almendro,
ni desbordan las rosas
por las tapias del huerto,
otoñales racimos
me dan el vino nuevo
de sabor agridulce,
como el néctar del beso
en labios juveniles,
rojos, húmedos, frescos.
Y en mis venas se encienden
primaverales fuegos,
y olvido las palabras
que siempre está diciendo
ese Otro yo que habita,
no sé dónde, en mi cuerpo:
-No tan aprisa. Modera el paso,
corazón,
que del camino ya trecho escaso
resta a mi vida. ¡Modera el paso,
corazón!
Corto la rama inútil
y la tierra renuevo,
por mejorar el fruto
que aun rinde el Árbol viejo.
Con antiguos cantares
en las noches me aduermo,
y con versos de ahora
mi espíritu desvelo.
Intensamente vivo
la vida, en lo que puedo,
sin que rebose el vaso
en fútiles excesos.
Y evito oír las voces
de ese Otro yo o discreto,
que desde su escondrijo
está siempre diciendo:
Quedo, más quedo; no muevas ruidos,
corazón.
No me desveles con tus latidos,
que tengo sueño. ¡No muevas ruidos,
corazón!

 

 

PABLO ROMAY

 

  

El silencio del sueño 

 


Comienzo a despertar,

apenas,

salgo,

surjo,

de esa obscuridad

longitud callada

prolongada paz.

Letargia de muerte

de descanso eterno

espiritual, anímico

silencio reposante

sosiego del sueño.

Y comienza el murmullo

el zumbante dialogo interior

los pensamientos imparables:

mosquitos irreductibles del despertar.

Como corriente eléctrica generada en la cabeza,

bobina que se enciende,

el día es alumbrado.

No es el sol, es la electricidad generada por pensamientos

el ir y venir

elucubraciones del yo…

(no me hables)

(como el diálogo inevitable de mi madre)

-qué hora es-, -tengo que hacer-, dijo que-.

El juez, el rigoroso juez comienza,

el ruido,

el ruido de mi mismo.

¡Calla, deseo callar, que se calle!,

dormir, cerrar los ojos,

deseo regresar al silencio,

la blancura muda,

la larga paz,

vivir en el instante eterno,

aquí y ahora ilimitado,

 

Iluminarme.

 

 

GARY SNYDER

 

  

Música de agua corriente ii

 

 

Clara corriente
clara corriente
Tu agua es luz
para mi boca
Y una luz para mi cuerpo seco
tu fluir
Música,
en mis oídos, libre,
¡Fluyendo libre!
Contigo
en mí.

 


De: “Regarding Wave”

 

 

JOSÉ MIGUEL VICUÑA

 

  

Cantiga



Besa el muro la hiedra (bella ausente,
beso tu corazón dormido).
Mana sangre la tarde.
El musgo, sobre la piedra fría.
Te detiene la gruta.
La mano desespera:
traba sollozos en sus dedos.
Cisterna,
negro pozo de linfas cristalinas.

 

 

JULIA NADAL BARRERAS

 

 

 

Sígueme

 

  

Todos piensan

que es mentira,

pura fantasía de poeta.

 

Cuantas veces lo dije,

que no era yo,

pero nadie me creyó.

 

Hasta hace poco yo,

también lo era,

una incrédula,

una ilusa.

 

¡Por eso, no me extraña

que dudes,

que no me creas!

 

¡Si tú supieras!

Pero no tengo palabras,

ya no las hay,

no sé qué más decir.

 

Solo digo,

¡pero no pido!

sígueme, déjate llevar,

algo te trajo hasta mí,

por algo será.

 

Quizás solo quizás,

algo en claro sacarás.

 

Pero lo que es seguro

que nada perderás.