martes, 22 de marzo de 2022


 

AMELIA DENIS DE ICAZA

 


 

Al Cerro Ancón

 

 

Ya no guardas las huellas de mis pasos,
ya no eres mío, idolatrado Ancón.
Que ya el destino desató los lazos
que en tu falda formó mi corazón.

Cual centinela solitario y triste
un árbol en tu cima conocí:
allí grabé mi nombre, ¿qué lo hiciste?,
¿por qué no eres el mismo para mí?

¿Qué has hecho de tu espléndida belleza,
de tu hermosura agreste que admiré?
¿Del manto que con recia gentileza
en tus faldas de libre contemplé?

¿Qué se hizo tu chorrillo? ¿Su corriente
al pisarla un extraño se secó?
Su cristalina, bienhechora fuente
en el abismo del no ser se hundió.

¿Qué has hecho de tus árboles y flores,
mudo atalaya del tranquilo mar?
¡Mis suspiros, mis ansias, mis dolores,
te llevarán las brisas al pasar!

Tras tu cima ocultábase el lucero
que mi frente de niña iluminó:
la lira que he pulsado, tú el primero
a mis vírgenes manos la entregó.

Tus pájaros me dieron sus canciones,
con sus notas dulcísimas canté,
y mis sueños de amor, mis ilusiones,
a tu brisa y tus árboles confié.

Más tarde, con mi lira enlutecida,
en mis pesares siempre te llamé;
buscaba en ti la fuente bendecida
que en mis años primeros encontré.

¡Cuántos años de incógnitos pesares,
mi espíritu buscaba más allá
a mi hermosa sultana de dos mares,
la reina de dos mundos, Panamá!

Soñaba yo con mi regreso un día,
de rodillas mi tierra saludar:
contarle mi nostalgia, mi agonía,
y a su sombra tranquila descansar.

Sé que no eres el mismo; quiero verte
y de lejos tu cima contemplar;
me queda el corazón para quererte,
ya que no puedo junto a ti llorar.

Centinela avanzado, por tu duelo
lleva mi lira un lazo de crespón;
tu ángel custodio remontose al cielo…
¡Ya no eres mío, idolatrado Ancón!

 

 

CARLOS MARZAL

 

  

Mujer

 

Tatuada 
con inscripciones misteriosas 
que una mano de fuego 
trazó por error 
aquí estoy 
yo, mujer, 
que soy más cadáver que ninguno. 

XAIME MARTÍNEZ

 

  

Cuerpos perdidos en las morgues

 

 

Solo el terror despierta a los amantes.
Eduardo Lizalde

¿Dónde están esos cuerpos perdidos en las morgues?
¿Y dónde el tibio amor que los compuso?

Me desperté y llorabas
Como una gasa húmeda la noche te envolvía
tal material quirúrgico recién hervido
las horas de la noche te envolvían con su gasa húmeda
y caliente perlada de rocío y tal vez yo
también pero no va de eso el poema
sino:
me desperté y llorabas
y te dije recuerda amor que nos dormimos viendo Penny Dreadful
lo más probable es que esto sea solo
un sueño de los míos
y una mierda
soy yo la que siempre sueña las cosas

Pero da igual el caso es que llorabas
qué nombre le pondremos a este bulto y evitabas mirar
qué te parece bulto Aureliano tumoración nódulo mamario

Te dormiste tú solo como siempre
Perdona no me creo que haya vuelto a pasar eres imbécil no me toques es posible
que no dijeras esto sino algo
más parecido a
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría sí pues la verdad es que puedo
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría alguien cambió los nombres en las fichas
policiales
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría entiendo su preocupación señora pero estamos
atados de pies y manos
Y alguien quizás un productor quizás el guionista aunque lo dudo
montaría después aquella escena en que el maníaco revisa
las firmes ataduras de su víctima
y yo de pronto tomaría el punto
de vista del fanático y tú bueno ya imaginas

Me desperté y llorabas
pero en esta
ocasión tal vez no dijimos nada por un rato
Un abrazo tan solo (El plano se va abriendo / ¿eso es un pene?)

Desconocía que escucharas a Nick Cave te dije al fin
No sé quién es Nick Cave me contestaste
Y entonces me detuve
No sé quién es Nick Caaaaaave

Me desperté otra vez
Me incorporé muy rápido en la cama Sin prender
a luz logré bajar a la cocina Cogí un vaso
Me sacudí aquel sueño como pude

Despierta, dije.

Amor, amor me temo
que han robado nuestros cuerpos.

 

 

JORGE VILLALOBOS

 


 

XXXIX

 

 

Nada desaparece para siempre, resiste en algún sitio, alguna fotografía, algún colgante o carta de despedida, cualquier cosa como una puerta entornada de regreso. Nada desaparece del todo, aunque esté vacío su lugar y no podamos alcanzarlo, sigue ahí, de alguna forma, consolando tanto vacío absurdo y pérdida sin sentido. Nada en esta vida muere por completo, permanece en algún lugar de nosotros. Aún somos su último aliento.

 

 

MARCOS KRAMER

 

  

Maldita ginebra

 

 

Hay poetas que para empezar a escribir toman aire
se inflan el pecho de palabras que son de otro
y largan todo así nomás
paradelante
Cuando en realidad deberían empezar de a poco
a inflarlo
al poema digo
de a poquito
y llenarse los dedos de preguntas
Escribir esto
creo
no sé
es derribar el azar a cabezazos
palabra tras palabra
esquirla tras esquirla
convirtiendo el cráneo en una sopa de vidrios amarillos
Tomar aire
sí, es cierto
pero entre las palabras
para poder soltarlas más cerca
con olor verde, denso y verdadero
Es que hacer un poema es un ejercicio tan preciso
tan preciso y desagradable
como escupir una paloma callejera
y llevarla a volar sobre la cabeza de tus contemporáneos

 

 

LI QINGZHAO

  

 

Mariposa enamorada de su flor

 

MARIPOSA ENAMORADA DE SU FLOR
en esta noche eterna
¡cuán larga es la angustia,
cuán poco el placer!
inútilmente sueño
con la ciudad de Chang’an;
reconozco aquél camino
y anuncio
los hermosos colores de esta primavera
cómo las flores y la luna se iluminan mutuamente
desperdigados están las copas y los platos:
el vino era excelente, las ciruelas ácidas —justo como más me gustan—
ya un poco marcada
no debería retocar con flores mi peinado
«flores, no os riáis de mí,
lamentad más bien que las primaveras
como los hombres
envejecen»

 

Versión de Pilar González España