lunes, 8 de febrero de 2021


 

MARTHA MADRIGAL

 




Conciertos de Primavera

 (1992)

 

¡Basta! Mañana iniciaré el recuento.

 

Lo esencial tomará su sitio exacto.

 

Volverán las aguas a su cauce.

 

Irán disminuyendo los estruendos.

 

Relámpagos hundidos en lívido horizonte.

 

Silencios paulatinos débiles ecos,

 

de ahogados sollozos.

 

Lentamente, la luz se adueñará de la sombra.

 

Con mansa claridad brillarán los entornos.

 

A partir de mañana se cumplirá el augurio.

 

El llanto, agua viva, no volverá, no a mis ojos.

 

Podré verte sin dolor, limpiamente.

 

Mañana, hondo significado

 

de calma y serenidad,

 

mientras tanto, me dormiré

 

con un trago de esperanza

 

entre pecho y espalda.

 

Hoy decidí ventilar mi angustia,

 

la saqué cuidadosamente

 

del arcón entrañable.

 

Doblada en finos pliegues,

 

su palpitante esencia,

 

la atesoré, le evité la luz, el aire

 

para mantenerla intacta, lacerante.

 

Fue un impulso, decidida,

 

la tendí en lo más alto de mi árbol,

 

la besó el sol, la meció el viento.

 

En ese instante mágico desapareció,

 

y yo, aún respiro.

 

MANUEL NAVARRO LUNA

 

 

 

Nochebuena

 

 

Al tenue resplandor que derramaba
el astro de la noche, en la coqueta
polvorosa ciudad, yo caminaba
con la calma de un viejo anacoreta.

 

Mientras veía de placer inquieta
la alegre muchedumbre que ambulaba
melancólicamente, en la secreta
angustia de los pobres meditaba.

 

¡Cuántos habrá –pensaba en esta noche,
cuando haciendo de júbilo derroche
ruedan las almas en beodo enjambre–

 

que en su tugurio mísero y sombrío
no hallen con qué abrigarse y sientan frío,
no encuentren qué comer y tengan hambre!

 

 

MANUEL SOSA

 

 

 

Cruz de tiempo

 


Es aquí donde se cruzan
conjetura y realidad:
ayer, un discípulo adivinando el futuro,
esclavo de la obsesión por lo que vendría
y que ahora se le ofrece
sin resistencia;
hoy, el dueño que reniega de sus posesiones
y se refugia en lo irrecuperable,
en lo que tuvo ayer, sin saberlo.

 

HILARIO BARRERO

 

 

 

Código

 

 

Para ellos,
eres el nombre
que te dieron
dentro de su legalidad:
un signo solamente.
Tu otro nombre,
el elegido en la noche
de la boca de lobo,
es solo mío.
Un sonido animal.
Y así te escucho.

 

ANGÉLICA SANTA OLAYA

 

  

 

Vuela el rocío

y acaricia la sed

del girasol

 

 

 

ELOÍSA OTERO


 

 

Voy a engañarte repetidamente de ahora en adelante




Cuéntame la verdad, sí.
Pero a ver cómo me la cuentas.

 

Voy a engañarte repetidamente de ahora en adelante:
en todos los momentos de escribir.
Sin una sola seña
de cómo van las cosas. Para que sólo sepas lo que pueda leerse
de los hechos:
señas y contraseñas, pendular.