lunes, 8 de febrero de 2021

MARTHA MADRIGAL

 




Conciertos de Primavera

 (1992)

 

¡Basta! Mañana iniciaré el recuento.

 

Lo esencial tomará su sitio exacto.

 

Volverán las aguas a su cauce.

 

Irán disminuyendo los estruendos.

 

Relámpagos hundidos en lívido horizonte.

 

Silencios paulatinos débiles ecos,

 

de ahogados sollozos.

 

Lentamente, la luz se adueñará de la sombra.

 

Con mansa claridad brillarán los entornos.

 

A partir de mañana se cumplirá el augurio.

 

El llanto, agua viva, no volverá, no a mis ojos.

 

Podré verte sin dolor, limpiamente.

 

Mañana, hondo significado

 

de calma y serenidad,

 

mientras tanto, me dormiré

 

con un trago de esperanza

 

entre pecho y espalda.

 

Hoy decidí ventilar mi angustia,

 

la saqué cuidadosamente

 

del arcón entrañable.

 

Doblada en finos pliegues,

 

su palpitante esencia,

 

la atesoré, le evité la luz, el aire

 

para mantenerla intacta, lacerante.

 

Fue un impulso, decidida,

 

la tendí en lo más alto de mi árbol,

 

la besó el sol, la meció el viento.

 

En ese instante mágico desapareció,

 

y yo, aún respiro.

 

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