"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 13 de diciembre de 2015
SERGIO GARCÍA
3
A Rosa María
Como
una rosa cuando se abre
Es el
botón de su boca
Boca
que deja
Huella
indeleble en mi boca
Rosa
de mi corazón
BLANCA CASTELLÓN
Resolución
Arrugué la mañana
y decidí tirarla
al cesto del olvido,
después de todo
no era más
que el borrador
de otras mañanas
mucho más limpias.
Arrugué la mañana
y decidí tirarla
al cesto del olvido,
después de todo
no era más
que el borrador
de otras mañanas
mucho más limpias.
ANDREA COTE
Huasipungo
Muchas
veces arriban a la noche
enloquecidos por el opio de su sangre.
Otras, van insertándose como relámpagos
por una ráfaga de miedo
seguidos por una procesión de blancos
derramados en la arena.
Ahora serán ellos los esclavos
teñidos por su sangre
rasgándose la ropa
danzan gimiendo del lado de la hoguera
sus cabellos crepitantes
sus lenguas enroscadas entre llamas
la muerte ebria de venganza
reflejada desnuda en los puñales
una cabeza blanca entre los mares
partida a latigazos
ellos eyaculan sobre sus tumbas profanadas
regresan hasta sus lápidas abiertas
por una fiebre de cien años.
enloquecidos por el opio de su sangre.
Otras, van insertándose como relámpagos
por una ráfaga de miedo
seguidos por una procesión de blancos
derramados en la arena.
Ahora serán ellos los esclavos
teñidos por su sangre
rasgándose la ropa
danzan gimiendo del lado de la hoguera
sus cabellos crepitantes
sus lenguas enroscadas entre llamas
la muerte ebria de venganza
reflejada desnuda en los puñales
una cabeza blanca entre los mares
partida a latigazos
ellos eyaculan sobre sus tumbas profanadas
regresan hasta sus lápidas abiertas
por una fiebre de cien años.
Del libro: La Merienda
ROSA CHACEL
Una
música oscura, temblorosa...
A
María Zambrano
Una música oscura, temblorosa,
cruzada de relámpagos y trinos,
de maléficos hálitos, divinos,
del negro lirio y de la ebúrnea rosa.
Una página helada, que no osa
copiar la faz de inconciliables sinos.
Un nudo de silencios vespertinos
y una duda en su órbita espinosa.
Sé que se llamó amor. No he olvidado,
tampoco, que seráficas legiones,
hacen pasar las hojas de la historia.
Teje tu tela en el laurel dorado,
mientras oyes zumbar los corazones,
y bebe el néctar fiel de tu memoria.
Una música oscura, temblorosa,
cruzada de relámpagos y trinos,
de maléficos hálitos, divinos,
del negro lirio y de la ebúrnea rosa.
Una página helada, que no osa
copiar la faz de inconciliables sinos.
Un nudo de silencios vespertinos
y una duda en su órbita espinosa.
Sé que se llamó amor. No he olvidado,
tampoco, que seráficas legiones,
hacen pasar las hojas de la historia.
Teje tu tela en el laurel dorado,
mientras oyes zumbar los corazones,
y bebe el néctar fiel de tu memoria.
CARMEN JODRA DAVÓ
4.
¿Cómo pude dudar? ¿Cómo he podido...
¿Cómo
pude dudar? ¿Cómo he podido
vivir sin vida todos estos años?
Por evitarme daños, tuve daños,
y huyendo penas, penas me han venido.
¡Cuánto tiempo, cuánto placer, perdido
en virtud, muerte, ritos tan extraños
como inflexibles, místicos engaños,
humillaciones, Dios! ¡Qué buena he sido!
Me arrepiento del tiempo en que fui buena,
viviendo sin gozar el prodigioso
fulgor del mal, quebrando mi destino.
Y ahora que su goce me envenena,
¿cómo negarse, si es tan delicioso,
o cómo retornar al buen camino?
vivir sin vida todos estos años?
Por evitarme daños, tuve daños,
y huyendo penas, penas me han venido.
¡Cuánto tiempo, cuánto placer, perdido
en virtud, muerte, ritos tan extraños
como inflexibles, místicos engaños,
humillaciones, Dios! ¡Qué buena he sido!
Me arrepiento del tiempo en que fui buena,
viviendo sin gozar el prodigioso
fulgor del mal, quebrando mi destino.
Y ahora que su goce me envenena,
¿cómo negarse, si es tan delicioso,
o cómo retornar al buen camino?
De "El ciclo satánico"
ANA INÉS BONNIN
Te
busco y no te encuentro...
Te busco y no te encuentro. ¿Dónde moras?
¿Lates sin realidad? ¿Eres un mito,
una ilusión, un ansia de infinito?
Y si amaneces, ¿dónde tus auroras?
¿En qué tiempo sin tiempo van tus horas
desgranándose plenas? ¿Nunca el grito
humano dolor quiebra el bendito
silencio que te envuelve? ¿Nos ignoras?
Partículas de ti fueron llegando;
mi mar inquieto se convierte en río;
hay trinos en el aire, canta el viento.
Canta la vida toda. Por fin siento
que estés, pero, dime, dime: ¿cuándo
puedo saberte para siempre mío?
Te busco y no te encuentro. ¿Dónde moras?
¿Lates sin realidad? ¿Eres un mito,
una ilusión, un ansia de infinito?
Y si amaneces, ¿dónde tus auroras?
¿En qué tiempo sin tiempo van tus horas
desgranándose plenas? ¿Nunca el grito
humano dolor quiebra el bendito
silencio que te envuelve? ¿Nos ignoras?
Partículas de ti fueron llegando;
mi mar inquieto se convierte en río;
hay trinos en el aire, canta el viento.
Canta la vida toda. Por fin siento
que estés, pero, dime, dime: ¿cuándo
puedo saberte para siempre mío?
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