En
los jardines otoñales,
Bajo palmeras virginales,
Miré pasar muda y esquiva
La pensativa.
Bajo palmeras virginales,
Miré pasar muda y esquiva
La pensativa.
La
vi en azul de la mañana,
Con su mirada tan lejana;
Que en el misterio se perdía
De la borrosa celestía.
Con su mirada tan lejana;
Que en el misterio se perdía
De la borrosa celestía.
La
vi en rosados barandales
Donde lucía sus briales;
Y su faz bella vespertina
Era un pesar en la neblina.
Donde lucía sus briales;
Y su faz bella vespertina
Era un pesar en la neblina.
Luego
marchaba silenciosa
A la penumbra candorosa;
Y un triste orgullo la encendía,
¿Qué pensaría?
A la penumbra candorosa;
Y un triste orgullo la encendía,
¿Qué pensaría?
¡Oh,
su semblante nacarado
Con la inocencia y el pecado!
¡Oh, sus miradas peregrinas
De las llanuras mortecinas!
Con la inocencia y el pecado!
¡Oh, sus miradas peregrinas
De las llanuras mortecinas!
Era
beldad hechizadora;
Era el dolor que nunca llora;
¿Sin la virtud y la ironía
Qué sentiría?
Era el dolor que nunca llora;
¿Sin la virtud y la ironía
Qué sentiría?
En
la serena madrugada,
La vi volver apesarada,
Rumbo al poniente, muda, esquiva,
¡La pensativa!
La vi volver apesarada,
Rumbo al poniente, muda, esquiva,
¡La pensativa!