Sonson, bailarín
mulato
Motivos de Rumba y Son
Las confluencias raciales
se hacen gestos musicales...
Bailarín de ojos saltones
alegres cual la maraca;
piel color de goma laca
curtida en las emociones.
Paisaje del natural
con mina o cañaveral;
busto de magia y de rito
que alumbra un sol colonial,
y cuerpo entero del grito
ancestral...
(Mulata que rompe o raja:
senos y ojos, ¡puñalitos!;
boca, ¡clavel y caimito!;
y en sus curvas, ¡la tinaja!
sus manos, ¡enredadera!;
la cintura, ¡coctelera!).
La moza que lo acompaña
sonrisa filtra en los labios;
en la "Rumba de la Araña "
los pies de Sonsón son sabios.
¡Se retira... zapatea,
se desfigura y serpea,
brinca, grita!,
teje ritmos con el pie,
y la moza, miel y brea,
es tropical Afrodita
del catre o del canapé.
Anestesiado el recato,
¡tiembla el cuerpo del mulato!
y seguidos del temblor,
corren chorros de sudor
en lumínicos reflejos
en la faz del bailarín.
(Y allá, perdido a lo lejos,
suena en sombra el cornetín
tragado por el timbal).
Caras de espanto y de reto,
en los hombres del sexteto
vive un muestrario racial,
en el cual
ha visto la Etnología
volverse una tontería
lo del "ángulo facial".
Una vieja bochinchera
se lleva una borrachera
que parece que la tumba,
y la letra de la rumba
-impregnada de indecencia-
pone una vaga inconsciencia
de rubores
en aquellas mozas-flores,
que al destilar en aromas
sonrisas de amanecer,
en talle y senos le asoma
el alba de la mujer.
Esta es la
Antilla africana,
de Luá Candelo y Changó,
la que vibra en la jarana
con los güiros y el bongó,
la de brujos redivivos
a la sombra del bambú,
que sacrifica sus chivos
en la mila del "vodú".
Esta es la
Antilla salvaje,
la del étnico viraje,
de dril blanco ! panamá,
que grita en el mulataje
su mensaje,
y mata con su "guanguá".
***
Sangre ardiente. Hembra y ron
(detrás, ¡La Superstición !)
Las razas se dan las manos
en el son.
Negro y blanco son hermanos
del otro lado del son,
con el ron
sin el ron
con el son
sin el son.
Salto y mueca corporal:
es el son... afroantillano,
que, al bailarlo tú, Sonsón,
¡¡te ríes de la Moral
y te vuelves un gusano
que anduviera vertical!!
(1937)