"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 17 de noviembre de 2022
HUANG LIHAI
El metro de color naranja
Un
fugitivo
corre en el túnel.
Todos somos fugitivos
perseguidos por la vida.
Todos los lugares en que nos quedamos permanecieron ocultos
por lo que sus nombres no pudieron borrarse.
En la vuelta
donde el tren y la luz desaparecen
monto a caballo en la profundidad de la pradera
como si respirara en la oscuridad.
Versión de Sun Xintang
CÉSAR TRUJILLO
Xxxxxxx
Su
nariz es un hilo rojo donde el mar Egeo baña los muslos de Kárpatos. Su piel se
marchita bajo lo blanco de las sábanas. «¡Quiero una manzana!», dice, mientras
en mis manos queda un montón de cabello. Vasia ríe y yo, con el estómago vuelto
un nudo, le doy un poco de leche para matar la angustia.
De: “Al amor también lo devoró la luz”
ROBERTO LÓPEZ MORENO
Yves Bonnefoy
Y el ave de nuevo se alzará en su vuelo.
No
de letra gala, del cirílico
descendió
a las yemas,
de
instantes compartidos a la orilla del Drim,
sumado
yo en 80 del orbe en su homenaje.
El
piso verde, el agua clara,
brotando
como verso que mundo quiere mundo.
Un
abrazo del 23 hasta esta Struga, y la fotografía
capturando
hoja recientísima de veces calendarias. 99 unos.
Siempre
dije: (las matemáticas y la poesía…)…
Ahora
—en el después forzoso de este ahora— l’oiseau
se portera au-devant de nos tétes,
descenderá
el ala inevitable a nuestras sienes
como
el primer cirílico a las yemas,
tendremos,
no obstante, Yves Bonnefoy, tendré
este
instante capturado en tinta policroma,
usted
(tú) en la piedra escrita, dans le pierre
écrite.
[Inmortalizada.
Y el
ave de nuevo.
DOLORES CASTRO
Intelectuales, S.A.
Mientras
tú trabajas,
yo pienso por ti.
Y si
tú sufres,
yo sufro por ti.
Y si
tú no comes,
yo ya comí.
Y si
te matan
yo no morí.
MATILDE ESPINOSA
Las madres de Bojayá
I
Se
muere la palabra
y el aire pesa
con su voz de plomo.
El llanto roba el agua,
la tierra se queja.
Se resbalan las noches
y se espantan las sombras.
El mismo cielo que oye crecer
el humo bajo las piedras.
Nadie se reconoce
la tiniebla embrutecida ahoga
y se marca con las manos ardiendo.
No hay caminos ni señales
se equivocó el paisaje
y las aves de rapiña
limpian el suelo rojo.
II
¿Dónde termina la razón
y dónde empieza
el filo del tormento?
Todo
gira en contrario
porque se ha vuelto loco
el
campanario
y el perro prisionero
en el patio cercado.
III
Al otro lado del mundo
alguien canta, sueña
y se devuelve a conversar
con los astros,
que serenos miran
cómo el mar se desborda
en los días insepultos
con el color del sol.
Que no se hable de la muerte
ni siquiera del fuego.
Que miren solamente
el rostro de las madres
más allá de la pena
y más allá del llanto.
De: “La tierra oscura”.
MORAIMA GUANIPA
Mudanzas
Hoy
no abrió el desierto sus ventanas.
La arena vino a buscarte
después de muchas mudanzas.
Temió que la olvidaras
como el mar,
hace milenios,
cuando recogió su ancha capa de espumas
y la dejó desnuda
entre caracoles blancos
encendidos por los celos del sol
quebradizos en el temblor de los cujizales.
Los cardones se incendiaron por dentro
y hasta la noche dejó de enfriar las piedras.
Vuelve tus ojos
la arena peregrina te busca ahora
trae sus mejores ráfagas
quiere que le devuelvas la duración
de tu mirada
mensura única
de su voz
que es el desierto.
De: “Bogares”
