"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 21 de diciembre de 2021
EMILIA PARDO BAZÁN
Una
cazata
Guarda
el recuerdo de esta jornada,
tosca pared;
nunca te borres, lápiz suave,
dure tu huella más que en papel.
Aquí te dejo, fragmento breve
que yo estampé;
así a estos montes, dentro de un año,
pueda volver.
Y entonces viéndote que te destacas
en la pared,
las frases frágiles que grabé un día
yo leeré.
De:
“Las frases frágiles”
JOSÉ MARÍA PLAZA
Otoño
Las
hojas que piso
del suelo no son.
Cayeron del árbol.
¡Vaya coscorrón!
Se
acerca el otoño
y nadie lo vio.
Les dice a las hojas:
“¡Iros! ¡Venga! ¡Adiós!”
Y
las hojas hojas,
muy de dos en dos,
vuelan y revuelan,
como un moscardón.
El
paisaje, triste,
ay se entristeció.
El aire, tan frío,
nos deja sin voz.
Otoño,
en los ojos.
Y en el corazón,
el brillo valiente
de un rayo de sol.
JUAN MARCELINO RUIZ
The
End
En
la cómoda seguridad de su butaca
un
hombre
decide
enfrentarse a la pantalla.
Se
agazapa en la penumbra artificial
mientras
la luz
va
danzando en formas y colores
al
ritmo escandaloso que le dicta
una
guerra imaginaria entre planetas.
Por
la sala,
se
multiplican los ruidos clandestinos:
eructos
que pretenden ser sutiles,
tacones
dando tumbos en lo oscuro
y la
casta bofetada que restringe
los
límites de una mano indagadora.
Al
amparo de la castrada libertad
que
le ofrece la tarde de domingo
el
hombre
por
fin duerme
con
la cabal certeza que en la trama
por
enésima vez nuestra fortuna
es
custodiada
por
la tierra del dólar,
sus misiles
y
sus héroes de plástico irrompible.
ÁNGEL GONZÁLEZ
inventario
de lugares propicios al amor
Son
pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos
en algunas ciudades
ya de por sí amarillas como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios:
quicios de puertas orientadas al norte,
orillas de los ríos,
bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias
dejan a veces huecos
utilizables aunque caiga nieve.
Pero desengañémonos: las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscriben
la caricia (con exenciones
para determinadas zonas epidérmicas
—sin interés alguno—
en niños, perros y otros animales)
y el «no tocar, peligro de ignominia»
puede leerse en miles de miradas.
¿A dónde huir, entonces?
Por todas partes ojos bizcos,
córneas torturadas,
implacables pupilas,
retinas reticentes,
vigilan, desconfían, amenazan.
Queda quizá el recurso de andar solo,
de vaciar el alma de ternura
y llenarla de hastío e indiferencia,
en este tiempo hostil, propicio al odio.
BENJAMÍN MORALES
Éxodo
seremos la espera de tu nube,
la guardia a la puerta,
y por la noche buscaremos el fuego de tus labios,
entre el luto y las estrellas,
comiendo en grupo frente al frío,
suspirando el techo,
el pasillo y el canto de nuestros hijos,
sabremos que jamás
hemos de ver tu cuerpo esperado,
tu cuerpo de leche,
tu cuerpo de miel,
tu cuerpo como el mundo de palomas tiernas,
tu cuerpo de espasmo y suspensión
que baja por aquel monte,
como un torrente,
como un rugido,
como la bruma ciega del cansancio y la levadura.
LEO LOBOS
Altaola
Me sacudí como los perros
de las olas que me querían
Pablo
Neruda
Cuando el mundo es un horizonte curvo
inmenso
como los arenales de la luna
mar adentro
soy nacido de los pájaros
un
punto inmóvil
una tabla
suspendida sobre
el mar
un giro
un vuelo de palabras
entre tiburones de espuma
una enorme ola
de
lo
otro
subiendo con la marea del instinto
un nombre vacío
la tempestad
el hijo de la nada
