lunes, 5 de diciembre de 2016


GERARDO DIEGO




Nocturno XII
A Santiago de la Escalera



La noche resbala
con mansa dulzura.
Como una azucena
de nevada túnica,
inocente y lírica,
florece la luna.
las estrellas cantan
su cantiga muda
y sueña el paisaje
dormido en la bruma.
¡Qué suave sosiego!
¡Qué paz tan profunda!
Cual blandas cadencias
de canción de cuna,
únicos rumores
que el silencio surcan,
se estremece el bosque,
la brisa susurra
y abajo en el río
rezan las espumas.

Sólo dos zagales
- él fuerte, ella rubia -
velan en el valle
Por gozar la albura
de la noche clara,
de la noche rústica.

- Juan, ¿estoy soñando?
¡Oh, qué dulce música!
- Parecen campanas;
no las sentí nunca.
- Quién las toca, di?
-No sé; pero escucha.
María, te quiero.
- Si serán las brujas?
- María, si vieras...
_ O serán los ángeles
allá en las alturas...
- María, te adoro...
- ¿Campanas, o guzlas?
- Me atiendes, María?
- Qué paz, qué dulzura...
¿oyes las campanas?
- ¿María, me escuchas?
- Campanas celestes
¿sonáis en la luna?
Tañido divino...
¡Oh, Juan, esa música!...
- María, ¿me quieres?

-...No puedo ser tuya.



VÍCTOR HUGO




Plenitud



Puesto que apliqué mis labios a tu copa llena aún,
y puse entre tus manos mi pálida frente;
puesto que alguna vez pude respirar el dulce aliento
de tu alma, perfume escondido en la sombra.

Puesto que me fue concedido escuchar de ti
las palabras en que se derrama el corazón misterioso;
ya que he visto llorar, ya que he visto sonreír,
tu boca sobre mi boca, tus ojos en mis ojos.

Ya que he visto brillar sobre mi cabeza ilusionada
un rayo de tu estrella, ¡ay!, siempre velada.
Ya que he visto caer en las ondas de mi vida
un pétalo de rosa arrancado a tus días,

puedo decir ahora a los veloces años:
¡Pasad! ¡Seguid pasando! ¡Yo no envejeceré más!
Idos todos con todas nuestras flores marchitas,
tengo en mi álbum una flor que nadie puede cortar.

vuestras alas, al rozarlo, no podrán derramar
el vaso en que ahora bebo y que tengo bien lleno.
Mi alma tiene más fuego que vosotros ceniza.
Mi corazón tiene más amor que vosotros olvido.


Versión de L. S.


RAUL ORLANDO ARTOLA





Voces del barrio



Nuevo y precario como una maqueta
para el cine, mi barrio
tiene todos los misterios
a la vista.
Impúdicos, los gritos
de amor o de protesta
recorren cada casa
con el humor cambiante
de los vientos.
Habría que vivir en otra parte
para saber lo que dicen
esas voces.



RENATA DURÁN




Vincent Van Gogh bendice tu locura...



Vincent Van Gogh
bendice tu locura.
Derramaba pintura
y pasión con furor.
Tú dabas alaridos
azules y naranjas.
Emborrachaste
el aire provinciano.
Inyectaste en el trigo
movimientos
de color amarillo.
Llegaste a darle
a Dios
el cielo tuyo
agitado y oscuro,
y te quedaste
sentado en el taburete
del rincón
de tu cuarto,
iluminado.



JORGE GUILLÉN




Tú, tú, tú, mi incesante...



¡Tú, tú, tú, mi incesante
primavera profunda
mi río de verdor
agudo y aventura!

¡Tú, ventana a lo diáfano:
desenlace de aurora,
modelación del día:
mediodía en su rosa,

tranquilidad de lumbre:
siesta del horizonte,
lumbres en lucha y coro:
poniente contra noche,

constelación del campo,
fabulosa, precisa,
trémula hermosamente,
universal y mía!

¡Tú más aún: tú como
tú, sin palabras toda
singular, desnudez
única, tú, sola!


SANDRA CORNEJO



  
Preguntas y una respuesta a May S.

“Because what I want most is permanence.”
May Sarton 



¿Y si cada imagen desapareciera,
incluso
el papel y la lumbre?

¿Y si su primera caricia
no hubiera llegado hasta aquí?

¿Y si sólo un remoto quejido
en la espesura
nos hablara?

¿Y si la permanencia,
decididamente,
no fuera posible?

Deberíamos igual escribir
sobre la oscuridad
como lo hace la luz del pabilo.


De: “Partes del mundo”