martes, 9 de noviembre de 2021


 

FEDERICO DÍAZ-GRANADOS

 

 

 

Pequeño nocturno


 

¿Ese temblor que pasa es la vida?

¿Y ante qué soledad es que hoy canto?

 

No sé de dónde provienen esos ruidos que en la noche asustan:

la caja de fósforos

las cosas que se cambian de lugar y no aparecen.

 

Suponemos que todo esto es el mundo

enormes colecciones de tristezas, llaveros y estampillas de mares lejanos.

 

Es acá donde sucedo

sin aduanas ni requisas

ni adioses a destiempo.

 

De: “Álbum de los adioses”

 

 

PERE GIMFERRER

 


 

Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse...



Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse
               entre un rumor de girasoles y hélices.

Hay pétalos de rosa abandonados por el viento en los pasillos
               de las clínicas.

Los escolares hunden sus plumillas entre uña y carne y oprimen
                suavemente hasta que la sangre empieza a brotar.
                Algunos aparecen muertos bajo los últimos pupitres.

Estaré enamorado hasta la muerte y temblarán mis manos al
                coger tus manos y temblará mi voz cuando te acerques
                y te miraré a los ojos como si llorara.

Los camareros conocen a estos clientes que piden una ficha
                en la madrugada y hacen llamadas inútiles, cuelgan
                luego, piden una ginebra, procuran sonreír, están pensando 
                en su vida. A estas horas la noche es un pájaro azul.

Empieza a hacer frío y las muchachas rubias se miran temblando 
                en los escaparates. Un chorrear de estrellas silencioso se
                extingue.

Luces en un cristal espejeante copian el esplendor lóbrego de
                la primavera, sus sombrías llamaradas azules, sus flores de
                azufre y de cal viva, el grito de los ánades llamando desde
                el país de los muertos.

  

De: "La muerte en Beverly Hills"

 

 

RAQUEL VÁZQUEZ

 

 

Cuadernos de un vencejo

 

Un vencejo, de media, vive unos cinco años.

Un poemario recién
publicado se olvida en pocos meses.
En cinco años lleva ya muchos años muerto.

Sólo es un ejercicio
arqueológico el de quien recupera
de vez en cuando alguna de sus páginas.

Apenas una anécdota que ríe la memoria.

Mientras un año más
los vencejos cincelan sobre el cielo sus lunas.

Y las crías recitan, temblorosas,
un primer verso que con emoción
les cuelga desde el pico.

Antes de continuar
escribiendo, antes de seguir volando.

En los vencejos viaja la poesía
que se muere en nosotros.

 

De: “Lenguaje ensamblador”

 

 

MARTA LÓPEZ VILAR

 


 

La ofrenda


 

Te entrego el débil cristal verde de mis ojos,

la arena helada donde florecen ramas muertas

cada invierno.

Mi nombre, todavía.

 

Te doy lo que me queda tras el viento,

esa sombra vacía que deambula en los tejados

esperando ofrecerte lo que fue:

cuerpo detenido entre la luz

cuerpo hermoso, presente, que no renuncia 

a la alegría.

 

De: “La palabra esperada”

 

 

FRÉDÉRIC FORTE

  

 

todo lo que no soy
el cielo el banco la tierra
lo pongo ahí/pero todo
lo que soy o más
generalmente tú lo nublo

 

Versión de Audomaro Hidalgo

 

 

MANUEL ANTÓNIO PINA

 

  

Los lugares

  

Los lugares son
la geografía de la soledad.
Son lugares comunes la casa la cama.

 

Versión de Mijail Lamas