miércoles, 6 de enero de 2021


 

ELSE LASKER-SCHÜLER

 

 

 

Creo que nunca más volveremos a vernos...




Creo que nunca más volveremos a vernos,
La mañana esconde su ojo ante mí.

He estado demasiado tiempo arrodillada
Ante tu silencio crepuscular.

Oh, nuestros labios ansían juegos
Florecientes nos hubiéramos besado bajo las grandes estrellas.

Velos fúnebres envuelven
Los elementos del cielo resplandecientes de oro.
Creo que nunca más volveremos a vernos.

 

 

Versión de Sonia Almau

GUADALUPE GRANDE

 



Azogue

 


Vivimos de costado
          pasamos de puntillas
          Gracias a dios nadie quedará para recordar
          en nombre de quién
          habrá de dirimirse la venganza






Cuando el tiempo se escapa sin rostro de las manos
dejando un polvo amarillo en el azogue
es menester estar atentos.
Cuando los días huyen a hurtadillas
despreciando nuestro estupor
(mientras se pudre el grano en el almiar)
es menester ser precavidos.
Cuando la vida se oculta en los rincones
y no hay perro de caza que pueda hallar su rastro
solícitos acudimos a las puertas del miedo.

                    El bosque de certezas ardió hace tres noches.
                    Y yo he venido a pregonar
                    la escarcha de la duda.

 

FERNADO CHARRY LARA

 

 

 

Jardín nocturno

 


 

La mancha del cielo azul, sombras de árboles, sombras de nubes,

y alrededor muros, ruinas, piedras que en el silencio

son frío, si la mano, si el pensamiento las roza.

De noche, retraído y apasionado,

contemplar desde allí lo lejano.

Olvidado de sí, hambriento del mundo,

vagar entre luces, ciudades, veranos. Mas luego como

cuando uno, sin saberlo,

extiende por mares su corazón

y regresa al solo sitio en que sueña:

                                                               ha pasado

el tiempo, y sin embargo

está el fulgor lunar sobre la vida. Así ilumina,

así entristece viril

al hombre la soledad de su delirio.

 

 

De: "Los adioses"

 

JOSÉ MARÍA PARREÑO

 

 

 

Una voz íntima...

 

 

Una voz íntima dice
que hice mal

y otra más honda
que no tiene importancia 

 

ALEJANDRO PERALTA

 

 


La pastora florida

 

 

Los ojos golondrinos de la Antuca

se van a brincos sobre las quinuas

Un cielo de petróleo hecha a volar 100 globos de humo

Picoteando el aire caramelo

evoluciona una cuadrilla

de aviones orfeonidas

Hacia las basílicas rojas

sube el sol a rezar el novenario

Sale el lago a mirar las sementeras

El croar de las ranas se punza en las espigas

Los ojos de la Antuca

se empolvan al pasar por los galpones

Ha guturado la campana

el asma tatarabuela del pueblo

Din Don Dilin Dooon

-como tijeras de trasquila

se han hundido en el vellón de las ovejas

Pobre Antuquita

Todo el día detrás de la majada

Hecha un ovillo sobre las piedras

se ha ido tan lejos

Se va a quedar en media pampa

acorralada entre los cerros

El barro de los fangos

ha ensuciado el camino bengala de sus ojos

Para qué habrá ido sola al pastoreo

con tantos duraznos abridores

i las caderas reventonas

Tiene la boca llena de tierra quemante

Un kelluncho le brinca sobre las parietales

Bajo un kolli pordiosero

ha hecho acrobacias locas con el Silvico

en el trapecio de sus nervios

I SE HAN BAJADO LAS CARNES

I HAN HECHO CANTAR LA HONDA

Los ojos golondrinos de la Antuca

se van

planeando

por las cabañas...

 

REYNALDO URIBE

 

 

 

 


las palabras

no nacen por placer

ni crecen

para alimentar bestias



están

para que las lean los muertos

algún amigo

este amor

una botella de vino

y el roble

que plantaremos en mayo

cuando nazca él



De: “Resistencia”