Tengo que apurarme
Tengo que apurarme pues se tensa el músculo del llanto/
No sé qué hacer, vuelven las cucharas sonoras a mi
piel,
vuelve el pan a sonar en el mantel
de la nada/
Me detengo en las mutaciones accidentadas de las
imágenes/
Crezco en esta realidad sin
territorios, sucio en las cosas
(sin resonancia/
amarrado en la cama con raíces que
me han hecho tanto daño/
¡Qué hora de obsidiana y sacrificio! ¡Qué sol sin retoño!
¿De qué pirámide caigo? ¿Quién
ruge a mi lado?
Para danzar no basta este escándalo
bajo la piel, el débil peso
de las víctimas/ Basta el respiro y
el cuchillo en el día total/
No reconozco debilidad. La debilidad cree en mí y me
reconoce.
(Hay espacios de luz alterada, hay
incierta aleluya.)
¿Hasta dónde caigo? ¿A los pies de mi juventud donde
(fui absorbido
por alcoholes incontrastables, por
mujeres rápidas en la
(maldición y la
ternura?