miércoles, 22 de abril de 2020


ANA PÉREZ CAÑAMARES





¿Tú también me ves fuerte?



Entonces ¿Tú también me ves así?
¿Tú también me ves fuerte?

Porque le echo cayena a la comida,
porque bebo como un hombre
( un hombre que bebe mucho)
porque me he horadado el cuerpo
---y el cerebro---

porque he parido a cuatro patas
como una hembra en su guarida
porqué okupé en Londres
porque he hablado en público
y he lavado y vestido a mi madre muerta

porque me he rapado el pelo
y lo he teñido de amarillo
porque he dormido sola en el monte
y he puesto a conversar
mi oscuridad con la oscuridad de fuera.

Así que tú también me ves fuerte.

Serás de los que te sorprendas
el día que me desplome;
insistirás en que nunca me viste
dar una señal de debilidad
o de abatimiento.

Te equivocarás como todos
y no podré culparte:
toda la vida llevo apoyándome
en esta fama de fuerte.

Sólo yo sé que la fama camina
sobre muletas podridas


FRANCISCO ESPADA






Hambre



Hambre
sin eufemismos, hambre pura y dura;
ya está bien de tergiversar el vocabulario
buscando un perfil maquillado:
hambre, hambre, hambre...

Un joven
de veintitrés años y treinta quilos
es un Ecce Homo,
una criatura de Dios que ha sido
abandonado a su mala suerte
y embarranca nuestras conciencias
por el despeñadero
por el que cada uno se mira su ombligo.

Borren el epíteto rimbombante:
Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales,
¿dónde leches está la igualdad?
¿dónde la salud?
¿dónde las políticas sociales?

Para morir de hambre no se necesitan alforjas,
sino carecer de ellas;
los técnicos le llaman desnutrición,
el pueblo le llama hambre;
muerte a la que conduce el hambre,
hambre, hambre, hambre...



ERNESTO KAHAN






Así me dijeron, por haber nacido



A Jesús lo maté el dos de diciembre del 40,
así me dijeron, por haber nacido,
así ocurre cada vez que nace un judío,
con cuernos y bebiendo la sangre de un niño,
tal siguen con el cuento, tal los prejuiciosos,
en la tercera década del telescopio sideral.

Camino por el mundo escapando y entre juicios,
cansado… muy cansado de caminar…
después de haber nacido, como me dijeron, "elegido",
en la vendimia que sin mí, puede dar vino,
lejos de Belén, en Argentina,
guiado por Voltaire, mi padre y su medicina.

Adán me transmitió su "pecado original"
Moisés "el suyo" y mi madre los dos.
Con ellos camino por el mundo con los cargos,
miro a mi vecino, "al no elegido",
miro al río de Heráclito, por el que no volveré a pasar,
miro a un hijo que no será, por su bien...

Miro al universo y a su poca memoria,
planetas secos, agujeros negros y novas
miro a mi madre que ya no está,
miro a las cenizas de los "Actos de fe",
a las cenizas de Kishinev,
a las de Auschwitz calientes, y a las que seré…

Miro a los contratos de matrimonio, a los de divorcio,
a los nuevos crímenes y amenazas, ahora a cristianos,
y a mis manos con sus años acariciando sueños:
el pan caliente, yo caliente, el sol caliente,
Hiroshima caliente, mis letras calientes,
caliente el horno, el odio y la pendiente.


ANTONIO GARCÍA VARGAS





Paz



Siempre estarás ahí
asomada al borde
contemplando...

El abismo se abre
otros brazos te llaman
pero no calman tu sed.

Absorto,
escribo tu nombre
en la espiral de humo
que asciende...

Abril de 2011



PEDRO GANDIA





Adriano y Antinoo



                                      Comunión

La noche en tu desnudo derrama sus estrellas.
Enajenadas luces pulsan sonoras dichas.
Fieras de hielo y fuego el tálamo devoran.

Oh demonio bitinio en quien comprendo el mundo:
si la belleza es muerte, destrúyame tu carne;
tus besos me extasíen con su insaciable daga.

-En el claro solsticio de su existencia, el César
despierta a la belleza de negarse en el otro-.


                                       Sacrificio

Sagrado río, mágico santuario celeste,
sobre tu ara solar sacrifico mi espíritu;
transpórteme tu curso a Osiris, y en él sea.

La noche me corona con sus lotos de plata,
me desvela los nombres secretos de los dioses.
Paraíso enigmático, soy ya un sueño feliz.


                                       Transfiguración

La luz talla en el aire una ciudad de oro:
espiral o Antinópolis de soles y caléndulas.
Como noche en tus brazos, breve fue nuestra dicha.
Para poblar tu ida, te adorará mi imperio.
Tú no has pasado: vives por siempre en esta llama
que consume mi sangre, mientras tu pecho acoge
ibis, falucas, palmas, los más bellos ponientes.
Mi pasión por lo que huye diviniza tu estatua
y, de pronto, devienes inmortal que sonríe.
Divino halcón de oro, me es propia tu sustancia.
Mis deseos irradian el fulgor de tu gloria
y, a tu ausencia, antepongo nuestra proximidad.
En la mítica barca, nuestros dobles etéreos
surquen, por siempre unidos, la luz del día eterno.


De: "Tríptico del Tiempo, la Belleza y la Muerte" 


GOYA GUTIERREZ






XIV. Y cuando hagan acopio las cenizas
Y amanezcan los primeros fríos:

Juntos indagaremos otras fuentes,
Nuevas formas de amar y de ternura,
Juntos rescribiremos estos versos
Con la sabia mesura de quien llega
De ese viaje del tiempo y la memoria.

Juntos avivaremos con caricias
Los recuerdos
De aquellos días que en ciernes entramos
En la selva por explorar de nuestras
Vidas.


De: “La Flor del Hibisco” en "El cantar de las amantes".