Hambre
Hambre
sin
eufemismos, hambre pura y dura;
ya
está bien de tergiversar el vocabulario
buscando
un perfil maquillado:
hambre,
hambre, hambre...
Un
joven
de
veintitrés años y treinta quilos
es
un Ecce Homo,
una
criatura de Dios que ha sido
abandonado
a su mala suerte
y
embarranca nuestras conciencias
por
el despeñadero
por
el que cada uno se mira su ombligo.
Borren
el epíteto rimbombante:
Consejería
de Igualdad, Salud y Políticas Sociales,
¿dónde
leches está la igualdad?
¿dónde
la salud?
¿dónde
las políticas sociales?
Para
morir de hambre no se necesitan alforjas,
sino
carecer de ellas;
los
técnicos le llaman desnutrición,
el
pueblo le llama hambre;
muerte
a la que conduce el hambre,
hambre,
hambre, hambre...
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