"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 7 de noviembre de 2021
CARLOS FUENTES
Maneras de morir
No
le creas nada a mi mente diseñada por los medios
No creas que yo lo crea
Hay cicatrices que se cierran pero se destacan
Déjame verte
Qué milagro Margarita
Sólo mi ojo y tu nuca
Hay demasiadas formas de morir.
MARIO VARGAS LLOSA
La única identidad
La
única identidad admisible es aquella
que significa autocreación,
un continuo esfuerzo del individuo soberano
por irse haciendo.
MARILYN MONROE
Piedras
Piedras
en el camino.
Son
de todos los colores.
Yo
las miro desde lo alto,
Pero
sois vosotros
las
que estáis más arriba
en
un mundo perfecto
del
que algún día yo
formaré
parte.
ATTILA JÓZSEF
Elegía
Como el humo que vuela por el triste paisaje
condensándose plenamente bajo el cielo de plomo
flota mi alma
a ras de tierra.
Flota, pero no echa a volar.
¡Alma dura, suave fantasía!
que sigues las pesadas huellas del mundo,
mírate aquí, abajo,
contempla tu origen.
Aquí donde bajo el cielo otras veces tan líquido,
en la soledad de las amargas medianeras,
el silencio monótono de la miseria
amenazando, suplicando,
disuelve la tristeza condensada
en el corazón de los meditabundos
y la mezcla
con la tristeza de millones.
Toda la humanidad
se prepara, aquí donde no hay más que ruinas.
La hirsuta lechetrezna despliega su sombrilla
en el patio abandonado de una fábrica.
Por las delgadas escaleras de ventanas
pequeñas y rotas, descienden los días
a la húmeda oscuridad.
Responde tú:
¿eres de aquí
y por eso nunca te abandona
el grave deseo
de parecerte a los demás miserables
en quienes se atoró esta gran época
y en cuyos rostros todos los rasgos se deforman?
Ahí descansas, donde la coja empalizada
guarda y vigila,
gritando, el voraz orden moral.
¿Te reconoces? Ahí las almas
esperan, vacías, un futuro construido, hermoso, firme,
igual que sueñan las parcelas,
grave, tristemente,
tener alrededor casas altas que tejan
un rápido murmullo. Los vidrios rotos,
incrustados en el fango, miran con sus ojos fijos,
sin luz, los solitarios y sufrientes prados.
A veces caen de las dunas
dedales de arena...,
y algunas veces revolotea, zumbando,
una oscura mosca, verde o azul,
atraída de los paisajes más plenos
por los excrementos humanos
y los harapos.
A su modo pone aquí la mesa
la bendita madre tierra
que sufre, hipotecada.
En una olla de hierro crece yerba amarilla.
¿Sabes tú
qué desnuda alegría —la de la conciencia—
te atrae y te arrastra para que el paisaje te atrape,
y qué rico sufrimiento
te empuja hacia allí?
Así vuelve a su madre el niño
que rechazan y golpean en tierra extraña.
En verdad
sólo aquí puedes reír o llorar.
Aquí puedes ser dueña de ti misma,
oh, alma. Esta es mi patria.
GARY SNYDER
Anotación de Kyoto
Ella
dijo que vivió en Shangai cuando niña
Y se cambió a Kobe, y después a Kyoto, durante la guerra;
Mientras se ponía un delgado sostén blanco.
Me encaminó a la escalera y todas las chicas
Seria y educadamente dijeron cuídate,
afuera del burdel en el frío aire nocturno.
De: “The Back Country”
LI QINGZHAO
Rojo sobre los labios
Rojo
sobre los labios
tras
columpiarse
se pone en pie
demasiado perezosa
para lavar sus delicadas manos
pequeña flor mojada de rocío
gotas de sudor traspasan su vestido
de repente
llega un invitado
¡y ella, descalza,
con su horquilla de oro resbalándose!
y se retira avergonzada
pero antes
se apoya contra la puerta entreabierta
y le mira ladeando la cabeza
mientras huele el perfume de una ciruela verde
Versión de Pilar González España