"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 2 de enero de 2017
ALDOUS HUXLEY
Amor extraviado
El vino tinto que lentamente caía y rebosaba en la concha
de la perla, donde los labios se habían rozado, tan livianos y veloces
como los pétalos desnudos de la rosa a la deriva
sobre el lento estribillo de laúd
del canto estival de la abeja: riéndose mientras descendían,
memorias doradas: inciensos de sueño, regalos de infancia,
azules como el humo que transportan los lejanos horizontes,
frágiles como las alas de Ariel: -
en la pira estas cosas entrañables extendí;
y se prendió la llama, y fuerte la aticé,
y, cargado de esperanza, pude contemplar el pasado en ruinas.
Ansioso, ante el fuego menguante me arrodillé,
Fénix, para recibir tu inmortalidad...
pero sólo hubo cenizas al final.
El vino tinto que lentamente caía y rebosaba en la concha
de la perla, donde los labios se habían rozado, tan livianos y veloces
como los pétalos desnudos de la rosa a la deriva
sobre el lento estribillo de laúd
del canto estival de la abeja: riéndose mientras descendían,
memorias doradas: inciensos de sueño, regalos de infancia,
azules como el humo que transportan los lejanos horizontes,
frágiles como las alas de Ariel: -
en la pira estas cosas entrañables extendí;
y se prendió la llama, y fuerte la aticé,
y, cargado de esperanza, pude contemplar el pasado en ruinas.
Ansioso, ante el fuego menguante me arrodillé,
Fénix, para recibir tu inmortalidad...
pero sólo hubo cenizas al final.
Versión de Jesús Isaías Gómez López
AQUILINO DUQUE
Letras de espera…
Con
estas palabras espero caer las hojas,
espero me calen las gotas, la lluvia.
Con estas letras sentadas a la orilla
espero tu camino llegar a mi espalda
y a ti llegando por ese sendero
pa cogerme por el cuello, y morder,
y arañar, y besar mi estampa calada.
Con estos versos espero páharos migrando,
espero nubes de esperanza, negras y cargadas,
con estas aguas que cargan mis venas
espero tu camino llegar hasta mí, sentado y pensando.
Túmbate a mi lado, mira el cielo cielo,
mira los árboles desnudándose pa tus ojos,
siente el latir de la tierra en tu espalda, en tu culo,
siente mis manos en tu pelo, enredaos mis dedos,
perdidos en tu otoño, en las hojas caídas, húmedas,
calientes, muriendo pa crear la vida de nuevo.
espero me calen las gotas, la lluvia.
Con estas letras sentadas a la orilla
espero tu camino llegar a mi espalda
y a ti llegando por ese sendero
pa cogerme por el cuello, y morder,
y arañar, y besar mi estampa calada.
Con estos versos espero páharos migrando,
espero nubes de esperanza, negras y cargadas,
con estas aguas que cargan mis venas
espero tu camino llegar hasta mí, sentado y pensando.
Túmbate a mi lado, mira el cielo cielo,
mira los árboles desnudándose pa tus ojos,
siente el latir de la tierra en tu espalda, en tu culo,
siente mis manos en tu pelo, enredaos mis dedos,
perdidos en tu otoño, en las hojas caídas, húmedas,
calientes, muriendo pa crear la vida de nuevo.
CARLOS BARRAL
Entonces arrojaba
piedrecillas al agua jabonosa,
veía disolverse
la violada rúbrica de espuma,
bogar las islas y juntarse, envueltas
en un olor cordial o como un tibio
recuerdo de su risa.
¿Cuántas veces pudo ocurrir
lo que parece ahora tan extraño?
Debió de ser en tardes señaladas,
a la hora del sol,
cuando sestea la disciplina.
En seguida volvía
crujiendo en su uniforme almidonado
y miraba muy seria al habitante
que aún le sonreía
del otro lado de la tela metálica.
Vaciaba el barreño
sobre la grava del jardín.
Burbujas
en la velluda piel de los geranios...
piedrecillas al agua jabonosa,
veía disolverse
la violada rúbrica de espuma,
bogar las islas y juntarse, envueltas
en un olor cordial o como un tibio
recuerdo de su risa.
¿Cuántas veces pudo ocurrir
lo que parece ahora tan extraño?
Debió de ser en tardes señaladas,
a la hora del sol,
cuando sestea la disciplina.
En seguida volvía
crujiendo en su uniforme almidonado
y miraba muy seria al habitante
que aún le sonreía
del otro lado de la tela metálica.
Vaciaba el barreño
sobre la grava del jardín.
Burbujas
en la velluda piel de los geranios...
Su
espléndido desnudo,
al que las ramas rendían homenaje,
admitiré que sea
nada más que un recuerdo esteticista.
Pero me gustaría ser más joven
para poder imaginar
(pensando en la inminencia de otra cosa)
que era el vigor del pueblo soberano.
al que las ramas rendían homenaje,
admitiré que sea
nada más que un recuerdo esteticista.
Pero me gustaría ser más joven
para poder imaginar
(pensando en la inminencia de otra cosa)
que era el vigor del pueblo soberano.
SOPHIA DE MELLO BREYNER
Antínoo
Bajo el peso nocturno del cabello
O bajo la luna diurna de tu hombro
Busqué el orden intacto del mundo
La palabra no escuchada
Largamente bajo el fuego o bajo el vidrio
Busqué en tu rostro
La revelación de dioses que no conozco
Pero pasaste a través de mí
Como pasamos a través de la sombra.
Bajo el peso nocturno del cabello
O bajo la luna diurna de tu hombro
Busqué el orden intacto del mundo
La palabra no escuchada
Largamente bajo el fuego o bajo el vidrio
Busqué en tu rostro
La revelación de dioses que no conozco
Pero pasaste a través de mí
Como pasamos a través de la sombra.
Versión de Diana Bellessi
SALVADOR ESPRIU
Lluvia
De ninguna parte llega. ¿Partir?
No existe la mágica palabra que rompa
esta costumbre del ojo, este silencio
sonoro de dardos. La primavera, el lujo
de los años y de la luz, se perdía ahora
en el camino vencido. Las esperanzas
han muerto a tiempo. De nuevo, todo es perfecto
a lo largo del vacío: la lenta lluvia
no va a parte alguna.
Versión de José Batlló
De ninguna parte llega. ¿Partir?
No existe la mágica palabra que rompa
esta costumbre del ojo, este silencio
sonoro de dardos. La primavera, el lujo
de los años y de la luz, se perdía ahora
en el camino vencido. Las esperanzas
han muerto a tiempo. De nuevo, todo es perfecto
a lo largo del vacío: la lenta lluvia
no va a parte alguna.
Versión de José Batlló
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