miércoles, 25 de abril de 2018


MING DI





Proyección



En el Museo Nacional de Arte, justo ahora
hay una exposición. Madera, hierro, tela o un material
cuyo nombre no puedo recordar, al frente o atrás, dinámico o estático,
grande o pequeño en tamaño, todos retratan a la misma mujer,
la esposa del artista. No recuerdo el nombre de él (quizás
su deseo es no ser recordado) y las imágenes de ella me generan
impresiones diversas. Totalmente distintas.
Ella cambia entre una obra y otra,
su rostro variando, la forma de su cuerpo moviéndose como olas.
Quizás es su cambiante estado de ánimo
o las emociones tal como él las captó, o incluso el estado de ánimo que en él cambiaba
y las emociones que se nos revelan a través del retrato de ella que él construyó
de la misma manera que no importa dónde estoy,
Puerto Rico o Costa Rica,
en cualquier paisaje que veo, no puedo evitar verte
detrás de todo.


Versión de Gustavo Osorio de Ita


WENDY GUERRA





Subiendo y bajando sobre el cuerpo del otro



Subiendo y bajando sobre el cuerpo del otro en planchas
Perfectas suspendidas
Derramados de espalda y de rodillas sudando todo el
Rumor que antes prometió al mar
mis dientes no ablandaran otra piel que la tuya
mi olor se diluye en tu lavanda limpia
Para que sea por fin divino el placer de lo que no es sólo
Nuestro
Martina ha dejado algo para ti
En la nieve hay un nido en el nido hay un huevo
en el huevo hay un pájaro en el pájaro una lombriz
en la lombriz una aguja en la aguja te dejo el cielo
Nada te salva del amor

Ni el peregrinar por las ciudades interiores
Ni las dotes para la oración
Ni la intuición


AUDOMARO ERNESTO





Llegar



Llegar dejando las estaciones solitarias del metro
la última moneda para el hambre del mendigo
Llegar sin prisa
porque no hay alimento
ni mujer para decir algo

Volver con la tentación de torcer el camino

En casa descubrir los restos del día
la mesa las plantas

Porque en esta casa
sólo hay ventanas para mirar hacia dentro
y una cama vacía
para distraer el sueño con mis deseos



ANGELES MASTRETTA





Ven



Ven, algo de mí se triza
mi sustancia se amplía
mi jugo sea la pócima
que humedezca tus labios
y mi sabor tu fiesta. 


AURELIA LASSAQUE





Apocalipsis



El cielo aquella noche
Se había tragado la luna
El hombre amaba
El cuerpo de su mujer
El niño jugaba a la pelota
Contra el muro        
Sólo la vieja
Y el perro
Comprendieron
Aquella noche
La inminencia del fin.

Sus bocas callaron.


Versión de Raúl Durán


CONCHA URQUIZA





La canción de Sulamita

                                       Indica mihi, quem diligit anima mea, ubi
                                pascas, ubi cubes in meridie, ne vagare incipiam
                                                       post greges sodalium tuorum.
                                                                                       Cant. I, 6



Hazme saber, Amor, dónde apacientas,
dó guías tus rebaños, dónde vagas,
no huelle tras las ínsulas aciagas
las rutas de la tarde cenicientas.

Tu grey, oh tierno Amor, dó la sustentas
y con pastos riquísimos halagas,
mientras mi torpe corazón amagas
con sendas largas, y con horas lentas.

No principie a seguir de los pastores
los dispersos rebaños. Vida mía;
muestra, lejos, el sol de tus amores;

¡dime dónde apacientas todavía!,
y seguiré tu rastro entre las flores,*
por los fuegos del áureo mediodía.


11 de junio, 1937


En otros manuscritos aparece como "La segunda canción de Sulamita"
con esta variación: *y seguiré tu rastro y tus olores