"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 25 de abril de 2018
MING DI
Proyección
En el
Museo Nacional de Arte, justo ahora
hay una exposición. Madera, hierro, tela o un material
cuyo nombre no puedo recordar, al frente o atrás, dinámico o estático,
grande o pequeño en tamaño, todos retratan a la misma mujer,
la esposa del artista. No recuerdo el nombre de él (quizás
su deseo es no ser recordado) y las imágenes de ella me generan
impresiones diversas. Totalmente distintas.
Ella cambia entre una obra y otra,
su rostro variando, la forma de su cuerpo moviéndose como olas.
Quizás es su cambiante estado de ánimo
o las emociones tal como él las captó, o incluso el estado de ánimo que en él cambiaba
y las emociones que se nos revelan a través del retrato de ella que él construyó
de la misma manera que no importa dónde estoy,
Puerto Rico o Costa Rica,
en cualquier paisaje que veo, no puedo evitar verte
detrás de todo.
hay una exposición. Madera, hierro, tela o un material
cuyo nombre no puedo recordar, al frente o atrás, dinámico o estático,
grande o pequeño en tamaño, todos retratan a la misma mujer,
la esposa del artista. No recuerdo el nombre de él (quizás
su deseo es no ser recordado) y las imágenes de ella me generan
impresiones diversas. Totalmente distintas.
Ella cambia entre una obra y otra,
su rostro variando, la forma de su cuerpo moviéndose como olas.
Quizás es su cambiante estado de ánimo
o las emociones tal como él las captó, o incluso el estado de ánimo que en él cambiaba
y las emociones que se nos revelan a través del retrato de ella que él construyó
de la misma manera que no importa dónde estoy,
Puerto Rico o Costa Rica,
en cualquier paisaje que veo, no puedo evitar verte
detrás de todo.
Versión de Gustavo Osorio de Ita
WENDY GUERRA
Subiendo y bajando sobre el cuerpo del otro
Subiendo
y bajando sobre el cuerpo del otro en planchas
Perfectas suspendidas
Derramados de espalda y de rodillas sudando todo el
Rumor que antes prometió al mar
mis dientes no ablandaran otra piel que la tuya
mi olor se diluye en tu lavanda limpia
Para que sea por fin divino el placer de lo que no es sólo
Nuestro
Martina ha dejado algo para ti
En la nieve hay un nido en el nido hay un huevo
en el huevo hay un pájaro en el pájaro una lombriz
en la lombriz una aguja en la aguja te dejo el cielo
Nada te salva del amor
Perfectas suspendidas
Derramados de espalda y de rodillas sudando todo el
Rumor que antes prometió al mar
mis dientes no ablandaran otra piel que la tuya
mi olor se diluye en tu lavanda limpia
Para que sea por fin divino el placer de lo que no es sólo
Nuestro
Martina ha dejado algo para ti
En la nieve hay un nido en el nido hay un huevo
en el huevo hay un pájaro en el pájaro una lombriz
en la lombriz una aguja en la aguja te dejo el cielo
Nada te salva del amor
Ni el
peregrinar por las ciudades interiores
Ni las dotes para la oración
Ni la intuición
Ni las dotes para la oración
Ni la intuición
AUDOMARO ERNESTO
Llegar
Llegar
dejando las estaciones solitarias del metro
la última moneda para el hambre del mendigo
Llegar sin prisa
porque no hay alimento
ni mujer para decir algo
la última moneda para el hambre del mendigo
Llegar sin prisa
porque no hay alimento
ni mujer para decir algo
Volver
con la tentación de torcer el camino
En casa
descubrir los restos del día
la mesa las plantas
la mesa las plantas
Porque
en esta casa
sólo hay ventanas para mirar hacia dentro
y una cama vacía
para distraer el sueño con mis deseos
sólo hay ventanas para mirar hacia dentro
y una cama vacía
para distraer el sueño con mis deseos
ANGELES MASTRETTA
Ven
Ven,
algo de mí se triza
mi sustancia se amplía
mi jugo sea la pócima
que humedezca tus labios
y mi sabor tu fiesta.
mi sustancia se amplía
mi jugo sea la pócima
que humedezca tus labios
y mi sabor tu fiesta.
AURELIA LASSAQUE
Apocalipsis
El
cielo aquella noche
Se
había tragado la luna
El
hombre amaba
El
cuerpo de su mujer
El niño
jugaba a la pelota
Contra
el muro
Sólo la
vieja
Y el
perro
Comprendieron
Aquella
noche
La
inminencia del fin.
Sus
bocas callaron.
Versión de Raúl Durán
CONCHA URQUIZA
La canción de Sulamita
Indica mihi, quem diligit anima mea, ubi
pascas, ubi cubes in meridie, ne vagare incipiam
post greges sodalium tuorum.
Cant. I, 6
Hazme saber, Amor, dónde apacientas,
dó guías tus rebaños, dónde vagas,
no huelle tras las ínsulas aciagas
las rutas de la tarde cenicientas.
Tu grey, oh tierno Amor, dó la sustentas
y con pastos riquísimos halagas,
mientras mi torpe corazón amagas
con sendas largas, y con horas lentas.
No principie a seguir de los pastores
los dispersos rebaños. Vida mía;
muestra, lejos, el sol de tus amores;
¡dime dónde apacientas todavía!,
y seguiré tu rastro entre las flores,*
por los fuegos del áureo mediodía.
11 de junio, 1937
En otros manuscritos aparece como "La
segunda canción de Sulamita"
con esta variación: *y seguiré tu rastro y tus olores
con esta variación: *y seguiré tu rastro y tus olores
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