"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 21 de septiembre de 2017
ARIEL MONTOYA
Retorno
A Héctor
Villaverde, amigo
Mañana estaré cargando nuevos crepúsculos al declinar el día
bajo otros cielos,
en mis maletas viajarán evocaciones y camisas que por años
fueron mis banderas,
no descolgaré cuadros ni fotografías de las paredes del
apartamento
-fieles retazos de compañía
sustentados en el recuerdo para el olvido-.
En la ciudad
nadie sabrá que volví a mi país
allá donde los pájaros retienen la luz en sus dorados plumajes,
donde las montañas aquietan sus almas en la escondida
música de la noche,
y donde los caminos huelen a mangos y a naranjas aún
en estaciones incómodas.
Procuraré marcharme temprano,.
intentando no caer en agobiantes despedidas de parques
y amigos.
Con los primeros gallos
ya estaré echando llave a las puertas del exilio.
Recogeré mi corazón de las últimas andanzas sobre
calles y firmamentos,
de los desprendidos cuerpos de mujeres que amé con locura
y echaré una última mirada a las sustancias urbanas
donde se desparramó inquieta mi ternura.
Me marcharé con la tristeza salpicada de instantes
desgarradores,
con las pistas, alegres
de un sol que se desplaza por aeropuertos y praderas,
entre el bullicio disperso de la muchedumbre
ajena a mi retorno.
Guatemala de La Asunción, abril de 1990
JUAN JOSÉ MACÍAS
14
no
basta con andar
con
moverse un poco del centro de la esfera
o, sin
orientación, prever las migraciones
cabe ir
más allá
a
predios donde llueve y nada existe
ni la
posibilidad siquiera de llegar
ir más
allá
es
hacer de la vagancia el propio claustro
el
abordaje último, el sitio hospitalario
De: “Deo volente”
ESTEFANÍA ANGUEYRA
The Falling Man
Doscientas
personas
saltaron
de las altas torres
De
todas ellas
sólo
nos interesará
un
hombre
Su
vuelo sostenido
hace
olvidar
que el
tiempo existe
que el
suelo existe
Qué
reconfortante pensar en un muerto
que
flota para siempre.
HAMLET AYALA LUGO
Quema de hojarasca
Varios cambios de
piel
ha sufrido mi vida.
Cada mudanza
una cicatriz de amor,
un dolor de ausencia
que perdura…
ha sufrido mi vida.
Cada mudanza
una cicatriz de amor,
un dolor de ausencia
que perdura…
Roberto Castillo Udiarte
La vi
al fondo del bar. Una mesa despistaba la verdad del encuentro.
No
había rastro de danza visible, no jugaban a mirar
o no
mirar.
Ella
ondulaba el aire con ademán de manos
[esos
tesoros insalvables que nadie va a entender
en su
justa dimensión]. Irse hasta el fondo
y el
diálogo en voz baja
remarcaban
el ámbito secreto de las cosas;
daban un marco más amplio a su foco, rodeándola de alcohol
daban un marco más amplio a su foco, rodeándola de alcohol
y
galantería barata.
Lo
cierto es que la vi
y
apenas la enfoqué quemé la imagen.
Todo
reverberaba en torno a Ella
y todo
se enturbiaba también
como
visto a través del aire que hay encima de un fuego.
Entonces,
perdiéndome otra vez entre la gente,
ardieron
mis últimas escamas.
.
KARL MARX
Sentimientos
A Jenny
No
puedo encontrar la paz,
por eso
la obsesión de mi alma.
Nunca
ha tenido objeto mitigarme;
Debo
presionar sin descanso.
Otros
conocen tan sólo el regocijo
cuando
las cosas van de manera pacífica,
libres
con la auto-felicitación
dando
gracias cada vez que ellos claman.
Estoy
sujeto a una interminable contienda
infinito
fermento, interminable sueño;
no me
puedo conformar con la vida
no viajaré
con la corriente.
Al
cielo, comprenderé,
Trazaré
el mundo para mí.
Amando,
odiando, yo intento
que mi
estrella resplandezca brillante.
Forzaré
todas las cosas para ganar
Todas
las bendiciones que Dios concede,
Asir
toda la sabiduría en lo recóndito
y
lanzarlas a las profundidades del canto y el arte.
MANUEL BECERRA
Te han tocado
los
colmenares silentes de la desdicha, trágico Abel,
y los
han destinado a estar
en el
suave lagrimeo de estos días.
Aún los
escuchamos y nos enamoramos
de los
zumbidos,
nos
montamos en esos aleteos como trenes
y en
las ganas de cercenar a los hombres,
ganas
de sacar filo al arco de la viola
y abrir
con amor la garganta del prójimo,
pero
alguien (tal vez una bellísima hija de Dios)
ya le
ha tajado el lomo a la bestia,
le ha
quitado la quijada, de nuevo,
nos la
ha dejado caer en el corazón, de nuevo,
y nos
ha dado la muerte, otra vez.
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