"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 19 de abril de 2021
RAFAEL ARÉVALO MARTÍNEZ
Aurretrato
Un
árbol luengo, deshojado y seco,
pero que enhiesto, sigue todavía;
una culebra en línea vertical;
un poste de telégrafo en la vía,
eso soy por mi bien o por mi mal.
Soy
un hombre de chicle que los dioses
del Popol-Vuh jalaron de los pies
y la cabeza a un tiempo: y que, después
(entre risas y toses,
al mirarlo tan largo y tan delgado)
sin reparar su mísero destino,
dejaron a la vera del camino,
irreal y abandonado.
SANTA TERESA DE ÁVILA
A San
Hilarión
Hoy
ha vencido un guerrero
al
mundo y sus valedores.
-Vuelta,
vuelta, pecadores,
sigamos
este sendero.
Sigamos
la soledad,
y no
queramos morir,
hasta
ganar el vivir
en
tan subida pobreza.
¡Oh,
qué grande es la destreza
de
aqueste nuestro guerrero!
-Vuelta,
vuelta, pecadores,
sigamos
este sendero.
Con
armas de penitencia
ha
vencido a Lucifer,
combate
con la paciencia,
ya
no tiene que temer.
Todos
podemos valer
siguiendo
a este caballero.
-Vuelta,
vuelta, pecadores,
sigamos
este sendero.
No
ha tenido valedores,
abrazose
con la cruz:
siempre
en ella hallamos luz,
pues
la dio a los pecadores.
¡Oh,
qué dichosos amores
tuvo
este nuestro guerrero!
-Vuelta,
vuelta, pecadores,
sigamos
este sendero.
Ya
ha ganado la corona,
y se
acabó el padecer,
gozando
ya el merecer,
con
muy encumbrada gloria.
¡Oh
venturosa victoria
de
nuestro fuerte guerrero!
–
Vuelta, vuelta pecadores,
sigamos
este sendero.
EMILY BRONTË
La
tumba de mi señora
El
pájaro habita en la escarpada aurora,
La alondra traza el aire en silencio,
La abeja danza entre las campanas del brezo
Que ocultan a mi bella Señora.
El
venado salvaje sobre su pecho con frialdad,
Las aves silvestres elevan sus alas calientes;
Y Ella a todos les sonríe indiferente,
¡La han dejado sola en su soledad!
Supuse
que cuando el oscuro muro de su tumba
Retuvo su delicada y femenina forma,
Nadie evocaría la dicha que recorta
La Luz efímera de la alegría.
Pensaron
que la ola de la tristeza pasaría
Sin dejar huellas en los años futuros;
¿Pero dónde están ahora todas las angustias?
¿Y dónde aquellas lágrimas?
Deja
que luchen por el honor del aliento,
O por el placer sombrío y fuerte,
El morador de la Tierra de la Muerte
Es inconstante e indiferente también.
Y si
sus ojos han de observar y llorar
Hasta que la fuente del dolor se seque,
Ella no retornará -de su tranquilo sueño-
Ni devolverá nuestros vanos suspiros.
Sopla,
viento del oeste, sobre el árido túmulo:
¡Murmuren, arroyos del verano!
No hay necesidad de otros sonidos
Para custodiar a mi dama en su descanso.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Soneto
matinal a una colegiala ingrávida
Al
pasar me saluda y tras el viento
que da al aliento de su voz temprana
en la cuadrada luz de una ventana
se empaña, no el cristal, sino el aliento
Es
tempranera como una campana.
Cabe en lo inverosímil, como un cuento
y cuando corta el hilo del momento
vierte su sangre blanca la mañana.
Si
se viste de azul y va a la escuela,
no se distingue si camina o vuela
porque es como la brisa, tan liviana
que
en la mañana azul no se precisa
cuál de las tres que pasan es la brisa,
cuál es la niña y cuál es la mañana.
STÉPHANE MALLARMÉ
La
tumba de Edgar Poe
Tal
como al fin el tiempo lo transforma en sí mismo,
el poeta despierta con su desnuda espada
a su edad que no supo descubrir, espantada,
que la muerte inundaba su extraña voz de abismo.
Vio
la hidra del vulgo, con un vil paroxismo,
que en él la antigua lengua nació purificada,
creyendo que él bebía esa magia encantada
en la onda vergonzosa de un oscuro exorcismo.
Si,
hostiles alas nubes y al suelo que lo roe,
bajo-relieve suyo no esculpe nuestra mente
para adornar la tumba deslumbrante de Poe,
que,
como bloque intacto de un cataclismo oscuro,
este granito al menos detenga eternamente
los negros vuelos que alce el Blasfemo futuro.
Versión
de Andrés Holguín