lunes, 27 de abril de 2020


ANA ROMANO





Esbozo



Sobre la mesa
de un bar
apoyada
una taza blanca
de café
El aroma
acaricia la mirada
ausente
Las manos
aferran la ilusión.



DULCE MARIA LOYNAZ





Poema XXXVII



Ayer me bañé en el río.
El agua estaba fría y me llenaba el pelo
de hilachas de limo y hojas secas.
El agua estaba fría; chocaba contra mi cuerpo
y se rompía en dos corrientes trémulas y oscuras.
Y mientras todo el río iba pasando,
yo pensaba qué agua podría lavarme
en la carne y en el alma
la quemadura de un beso que no me toca,
de esta sed tuya que no me alcanza.
Si dices una palabra más, me moriré de tu voz,
que ya me está hincando el pecho,
que puede traspasarme el pecho
como una aguda, larga y exquisita espada.



CHŪYA NAKAHARA





Canción Cruel



1

Oh Dios! Los pecados son muy crueles.
A lado del corazón que está lamentándose,
las extravagantes prostitutas sueñan con ir de compras,
es pecado, no es otra cosa más que pecado.

Y eso se parece mucho a mí,
pues estoy viendo los sueños al límite de la codicia,
pues estoy nadando dentro de la elegancia vulgar más sensata,
mi pecho está creyendo tanto que parece que voy a subir al cielo.

Quiero crecer tanto como yo quiera crecer, quiero estrecharme tanto como yo quiera,
así como el morado de la flor japonesa de la mañana*,
que se humecta en la mañana de rocío,
sonrío bajo los rayos matutinos del sol,

más lloro en las noches como una bestia.
Estoy retorciéndome,
como la pasión de una bestia,
lloro,
mientras solo siento el dolor de la carne.


2

¿Entiendes cuan doloroso es sentir la culpa constante?,

Hasta que se agote tu tonta energía,
probablemente no entenderás eso.

Cuando llegue el día en que lo entiendas,
sufrirás, tú, sufrirás,

sufrirás la constante culpa,
yo estoy sufriendo, mírame,
¡Mírame bien!


3

Ya que las personas tienen el poder de distraerte,
todo el mundo parece feliz al inicio, pero,

la tristeza llega tarde o temprano para ellas.
Y será un momento patético,
porque a pesar de ser larga e insoportable,
le será imposible aniquilarse a si misma.

porque intentaran de agotar la tristeza, y aún la tristeza.
¡No hay tiempo para descansar si entran en el dolor!

Cualquiera que sea la razón, ¿por qué la gente me llama?,
Cuando mi dolor soy yo mismo, y estoy lamentándome,

la gente recordará, con la cara pálida,
mientras derrama lágrimas y sonríe,
expresando tristeza y alegría,
las viejas palabras de los santos.

Y cuando vean a los jóvenes correr alrededor,
Estarán inmersos en sentimientos desagradables,
realmente desagradables,
Ah! En ese momento, la gente sufre, solamente desaparece,
la gente, es doloroso, solamente desaparece.


4

El crepúsculo llega, el ambiente se enfría,
los sonidos se mezclan delicadamente, y aún así pueden ser escuchados uno por uno.
Vierto té, inhalo el tabaco y la tetera gime apáticamente.
El suelo, los muros, los pilares llegan a mi vista,
y eso es todo, eso es todo.

Dios, este es mi humilde regalo,
las rosas y el cabello dorado suben al cielo,
no siendo nada más que humo.

No, no puedo creer que ya no estén ahí,
me pongo dudoso.

Como una cebolla marchita, oh Dios,
voy a morir de la duda.


*Flor Japonesa de la Mañana: "Japanese Morning Flower" o Asagao.



RUBÉN BAREIRO SAGUIER


  


En medio del camino



Higo del mediodía, ¡cómo huele!
Río del mediodía, ¡cómo duele!.



JULIO HERRERA Y REISSIG


  


La iglesia



En beato silencio el recinto vegeta.
Las vírgenes de cera duermen en su decoro
de terciopelo lívido y de esmalte incoloro;
y San Gabriel se hastía de soplar la trompeta...

Sedienta, abre su boca de mármol la pileta,
Una vieja estornuda desde el altar al coro...
Y una legión de átomos sube un camino de oro
aéreo, que una escala de Jacob interpreta.

Inicia sus labores el ama reverente.
Para saber si anda de buenas San Vicente
con tímidos arrobos repica la alcancía...

Acá y allá maniobra después con un plumero
mientras, por una puerta que da a la sacristía,
irrumpe la gloriosa turba del gallinero.


De: “Los éxtasis de la montaña”


ERNESTO MEJÍA SÁNCHEZ





Coup d´État

                    La France, Dieu merci, nʼest pas une république
                         sud-américaine et le besoin ne
                            se fait pas sentir dʼun général de
                            pronunciamento.
                                               Guermantes, I, 242-243.




La cosa está que arde. Las ametralladoras no han parado de carcajear en toda la noche. Por más que una radio clandestina habló hasta la madrugada de la estratégica retirada de los valientes conciliocomunistas, hoy ya sólo sabemos de las víctimas de siempre: mujeres, ancianos y niños. Se dice que el Presidente estuvo a punto de pactar con los forajidos –hombre débil si los hay– y que nuestros bragados defensores de la soberanía tuvieron que tomar pacíficamente Radio Bolívar y desde ahí dar al pueblo la información verdadera. Pueblo: los que van a morir te saludan. Nos sacrificaremos por vos, Pueblo. Dentro de unas horas circulará nuestra proclama, impresa rápidamente en xerox por la Embajada. Ahí se explica nuestra patriótica actitud. Hay que sacrificarlo todo, inclusive el honor, por el bien del Pueblo. El Sr. Presidente ha renunciado en favor del Pueblo, es decir, del Jefe de las Fuerzas Armadas. Éste se vio obligado a llamar por teléfono al Presidente y decirle: –Ya no sos presidente. Ahora voy yo. –Y él le contestó malcriado: –No jodás, y ¿por qué?, ¿quién te puso? –Y nuestro Jefe que es muy sincero y expresivo le replicó: –¿Y a vos quién?, ¿la puta que te parió? –Y le colgó.


De: “Vela de la espada”