lunes, 27 de abril de 2020

CHŪYA NAKAHARA





Canción Cruel



1

Oh Dios! Los pecados son muy crueles.
A lado del corazón que está lamentándose,
las extravagantes prostitutas sueñan con ir de compras,
es pecado, no es otra cosa más que pecado.

Y eso se parece mucho a mí,
pues estoy viendo los sueños al límite de la codicia,
pues estoy nadando dentro de la elegancia vulgar más sensata,
mi pecho está creyendo tanto que parece que voy a subir al cielo.

Quiero crecer tanto como yo quiera crecer, quiero estrecharme tanto como yo quiera,
así como el morado de la flor japonesa de la mañana*,
que se humecta en la mañana de rocío,
sonrío bajo los rayos matutinos del sol,

más lloro en las noches como una bestia.
Estoy retorciéndome,
como la pasión de una bestia,
lloro,
mientras solo siento el dolor de la carne.


2

¿Entiendes cuan doloroso es sentir la culpa constante?,

Hasta que se agote tu tonta energía,
probablemente no entenderás eso.

Cuando llegue el día en que lo entiendas,
sufrirás, tú, sufrirás,

sufrirás la constante culpa,
yo estoy sufriendo, mírame,
¡Mírame bien!


3

Ya que las personas tienen el poder de distraerte,
todo el mundo parece feliz al inicio, pero,

la tristeza llega tarde o temprano para ellas.
Y será un momento patético,
porque a pesar de ser larga e insoportable,
le será imposible aniquilarse a si misma.

porque intentaran de agotar la tristeza, y aún la tristeza.
¡No hay tiempo para descansar si entran en el dolor!

Cualquiera que sea la razón, ¿por qué la gente me llama?,
Cuando mi dolor soy yo mismo, y estoy lamentándome,

la gente recordará, con la cara pálida,
mientras derrama lágrimas y sonríe,
expresando tristeza y alegría,
las viejas palabras de los santos.

Y cuando vean a los jóvenes correr alrededor,
Estarán inmersos en sentimientos desagradables,
realmente desagradables,
Ah! En ese momento, la gente sufre, solamente desaparece,
la gente, es doloroso, solamente desaparece.


4

El crepúsculo llega, el ambiente se enfría,
los sonidos se mezclan delicadamente, y aún así pueden ser escuchados uno por uno.
Vierto té, inhalo el tabaco y la tetera gime apáticamente.
El suelo, los muros, los pilares llegan a mi vista,
y eso es todo, eso es todo.

Dios, este es mi humilde regalo,
las rosas y el cabello dorado suben al cielo,
no siendo nada más que humo.

No, no puedo creer que ya no estén ahí,
me pongo dudoso.

Como una cebolla marchita, oh Dios,
voy a morir de la duda.


*Flor Japonesa de la Mañana: "Japanese Morning Flower" o Asagao.



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