Coup
d´État
La France, Dieu merci, nʼest pas une république
sud-américaine et le besoin ne
se fait pas sentir dʼun général de
pronunciamento.
Guermantes, I, 242-243.
sud-américaine et le besoin ne
se fait pas sentir dʼun général de
pronunciamento.
Guermantes, I, 242-243.
La
cosa está que arde. Las ametralladoras no han parado de carcajear en toda la
noche. Por más que una radio clandestina habló hasta la madrugada de la
estratégica retirada de los valientes conciliocomunistas, hoy ya sólo sabemos
de las víctimas de siempre: mujeres, ancianos y niños. Se dice que el
Presidente estuvo a punto de pactar con los forajidos –hombre débil si los hay–
y que nuestros bragados defensores de la soberanía tuvieron que tomar
pacíficamente Radio Bolívar y desde ahí dar al pueblo la información verdadera.
Pueblo: los que van a morir te saludan. Nos sacrificaremos por vos, Pueblo.
Dentro de unas horas circulará nuestra proclama, impresa rápidamente en xerox
por la Embajada. Ahí se explica nuestra patriótica actitud. Hay que
sacrificarlo todo, inclusive el honor, por el bien del Pueblo. El Sr.
Presidente ha renunciado en favor del Pueblo, es decir, del Jefe de las Fuerzas
Armadas. Éste se vio obligado a llamar por teléfono al Presidente y decirle:
–Ya no sos presidente. Ahora voy yo. –Y él le contestó malcriado: –No jodás, y
¿por qué?, ¿quién te puso? –Y nuestro Jefe que es muy sincero y expresivo le
replicó: –¿Y a vos quién?, ¿la puta que te parió? –Y le colgó.
De:
“Vela de la espada”
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