jueves, 9 de mayo de 2019


JACK KEROUAC





El fondo de mis zapatos
está mojado
por caminar bajo la lluvia

KETTY BLANCO ZALDÍVAR





Mujer de Lot



Quédate inmóvil sobre la estatua
de cabellos salados.
No tornes la vista, ahora el calor
lo consume todo.
El viento dispersa tus hormonas.
Quédate inmóvil, aunque la curiosidad
se encarame a los ojos.
Quédate inmóvil, porque a las estatuas
también se las come el fuego.


ARTURO BAUZÁ





Los siete duendes de la lluvia



Mi niña
no te enamores
de esos frescos duendecillos
que se esconden en las flores
Azul le dijo a Rosado
que Verde el mundo quería
Amarillo sentenciaba
toda la extensión es mía
Negro se posó en la noche
fue a lo profundo del mar
y en la cresta de las olas
Blanco quiso viajar
Rojo se metió en la sangre
como si fuese una flor
una esperanza
o un vivo rayo de sol
duendecillos
caprichosos
caprichosos como yo
no enamoren a mi niña
con tan fantástico ardor.


WILLIAM BUTLER YEATS





Versos escritos en el abatimiento



Cuando vi por última vez
los redondos ojos verdes y los largos cuerpos sinuosos
de los negros leopardos de la luna,
las brujas hurañas, señoras nobilísimas,
con todo y sus escobas y sus lágrimas,
sus coléricas lágrimas, se fueron.
Se perdieron los sacros centauros de los montes;
sólo me queda el amargado sol.
La heroica madre luna se perdió en el destierro;
tengo cincuenta años, y ahora
he de sufrir la timidez del sol.


Versión de Hernando Valencia Goelkel


OSMÁN AVILÉS





Tierra de Jagua



Esta tarde fuiste a visitar un castillo que ha sido despojado de su esencia/ después
de atravesar parajes que vieron lo supremo/
Sus muros ostentaban objetos ajenos/ fantasmas que lo habitaban/ las tempestades
del hombre/ Aún se escucha el alboroto de los soldados ante un barco pirata/
rezos a una virgen que no encontraste en el altar/
Yo he querido comprender la tristeza/ esa ilusión por la permanencia/
El castillo no agoniza en la mudez/ intuye ese desvelo por la virgen que el niño
arrojó al pozo/ tal vez recuerdos inútiles que se deshacen/
en
el
humo
de
la
otredad/


ROLANDO REVAGLIATTI





En abrirse



Tardó
la puerta en abrirse
un buen rato

Yo estaba
ante esa puerta que tardó
en abrirse
un buen rato

Cuando alguien la abrió
yo
estaba cerrado.