domingo, 20 de octubre de 2013

MARWAN




Invierno y mariposas


Cuando estoy contigo el dragón duerme
FELIPE BENITEZ REYES


En la calle ya es invierno, en las macetas
y en las terrazas de los bares ya es invierno
pero en mi vida no.
Hace unos meses me ha golpeado el amor
y me ha partido la mandíbula en cien mil mariposas.
Ella me mira y yo ya no me veo
como un tipo amarillento
que recorre de un lado a otro las calles de un por qué.
Es la vida un calendario cierto
sin ayer y sin mañana.
Todo es presencia,
saber que este es el lugar
donde debería estar
si no estuviera aquí mismo.

Sigo buscando en los versos eso que todos sabemos sentir
pero que aún no hemos sido capaces de explicar
porque las alcobas siempre van por delante de las palabras.
Para eso sirve la poesía, para hablar
de la forma que tienen las cosas que no tienen forma,
para eso y para tumbarme en la cama contigo
y leerte, y colocarte el pelo,
sabiendo que en la calle ya es invierno
pero en nuestras vidas no.



SILVIA CARBONELL




Bebo de esta pena



Vengo lloviendo sentimientos. Humedades que desbordan en agua
con cada pena que me ahoga un recuerdo que se marcha y que no vuelve.
Vengo lloviendo nubes nubladas, vestidas de agua,
en forma de gotas de lágrimas.

Vengo en las manos sosteniendo las penas.
Las que no caben más en mis mejillas,
las que caen entre mis dedos buscando abrazo a tanto frío
entre tanta duda a esta condena.

Vengo sosteniendo ríos que se marchan de los ojos,
buscando en las mejillas un abrazo que los lleve hasta mis labios.
Y bebo, bebo de esa pena que al sentirla entre mi lengua,
me enciende la garganta mientras quema.

Suspiro, mientras se ahogan mis palabras,
se aprietan mis nudos,
y cada una de ellas muere quedándose atrapadas en el alma.


El ciclo, repite y va constante entre las lluvias y desbordes de un mar que se desata.
Un mar que nunca duerme, que bebe de su sal mientras se aguanta.
Un mar que entre sus manos va sosteniendo todos los nudos que ahogan mi garganta.

ALEJANDRA PIZARNIK




En un ejemplar de "Les chants de Maldoror"


Debajo de mi vestido ardía un campo con flores alegres
como los niños de la medianoche.
El soplo de la luz en mis huesos cuando escribo la palabra
tierra. Palabra o presencia seguida por animales perfumados;
triste como sí misma, hermosa como el suicidio; y que me
sobrevuela como una dinastía de soles.

De "El infierno musical"




KAREN DEVIA




El diapasón del tiempo



Tantas venas
tantas pulsaciones
tantas nauseas
tantos pasos
y tantas
tantas
tantas
sombras esquizoides

He de borrar
las huellas del minutero
el diapasón del tiempo
está en bemol


ALFONSINA STORNI

  


Pudiera ser



Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.

Dicen que en los solares de mi gente, medido
estaba todo aquello que se debía hacer...
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna... Ah, bien pudiera ser...

A veces en mi madre apuntaron antojos
de liberarse, pero, se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.

Y todo esto mordiente, vencido, mutilado,
todo esto que se hallaba en su alma encerrado,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.




GLORIA OSCARES






El centro de la casa



Las cosas pequeñas
se acumulan
La huella de su pie
dibuja con sombra

Las cosas están y no
en la fiebre
de su historia

Y aunque
cierre los ojos
se graba en su respiración
el tiempo