sábado, 27 de enero de 2018


ANDRÉS TRAPIELLO




La vida fácil



Qué fácil es vagar los días grises,
creer que nuestra vida
rebosa de la vida de otros.
Incluso suponer
que nosotros seremos
el alto mundo lleno
que vivirán mañana los que vengan.
A tal extremo incita un buque, un árbol,
alguien que oigamos al piano
o esas perspectivas de un paseo
con gentes que también van suponiendo.
El cielo anubarrado y negro
o los gorriones
saltando entre los coches
saben que vamos
y no nos desengañan.



De: "La vida fácil"

LUCILA NOGUEIRA




XXXI



Y ahora voy a hablar de mi destino
Perdido en la canción de Andalucía
Y ahora voy a decir que mi delirio
Es la propia verdad de la poesía

Imagen de mi pueblo torturado
Sin defensa en un suelo de nostalgia
América, América, América
Escribo la historia de tu agonía.



MAYRA OYUELA




Índole

                                                               Deja que respiremos el velo
                                                       que nos oculta el uno al otro
                                                                                       Paul Celan




Aprendí de la nostalgia
la parte más oscura del camino,
cuando la luz es un vuelo cegador
que no permite pasos firmes,
ni huellas hundidas para dar de beber
a la fiera que camina tras cualquier errante.
Aprendí:
la palabra es el suceso,
la circunferencia,
el átomo que respira tras la tinta en el papel.
Aprendí a creer no sólo en lo sensorial y evidente
la poesía es lo que está dentro del guante,
el pabilo sumergido
una y otra vez en la parafina
para luego abrirse en luz 
en una casa de bajareque,
en pleno noviembre, en plena madrugada.
Aprendí a asumir
un tembloroso no en los dedos,
a entender lo lúcido del miedo
cuando la enfermedad llega a la cama de la madre.
Aprendí, que no he de aprender a decir adiós
y mucho menos
cuando se trata de esos huidizos poemas
que delibero y nunca he de escribir.
Aprendí a no llamarme poeta en el primer encuentro,
a ser atinada con los seres
que de antemano sospecho comenzaré a amar,
aunque no sepa hablar de amor
y tampoco quiera aprenderlo.
Aprendí que la intimidad no existe,
las ideas novedosas son el principio
o el final del diálogo entre los transeúntes
que rozan tu hombro en medio del camino.
No hay nada nuevo en este mundo
y eso debo aprenderlo
porque aunque sé,
que cada individuo es un evento irrepetible,
el ser es como una mancha en el techo
al que se le hallará todo tipo de formas.



VALERIA GUZMÁN PÉREZ




¿Qué trazos paleolíticos de ti andarás buscando
para reconstruir tu prehistoria?
¿Tras qué huellas hallarás un territorio
donde al fin puedas asentarte?

Si has llegado siguiendo esas parvadas que momentáneas
beben las aguas del Numidia
debes saber que son sólo los signos del arribo
que en mí descubrirás la cueva con tu origen

Y habrá allí una danza de bisontes que perfile nuestra historia
y letra a letra, en mí, grabarás tu nombre
y no podremos ya nunca salir indemnes
y no habrá espacio del uno sin vestigios del otro
y todas las rutas te llevarán a un punto:

MI PIEL
que será definitiva


De: “Piel Verbal”



MIJAIL LAMAS

  


Lo que antes fue desierto aún persiste
y en unas cuantas líneas crees recuperar todo de nuevo,
recuperar aquel paisaje donde el verano cumplía su destrucción inapelable.
Pero hay algo diferente,
las calles que recuerdas tienen zanjas más hondas,
las paredes de las casas tienen grietas como relámpagos de piedra.
Crees que puedes volver a llenarte de polvo los bolsillos,
crees que puedes patear lejos de aquí remordimiento, rabia y rencor
como si de cosa pequeña se tratara.
Crees que puedes volver y una sensación de sequía en tu garganta te sorprende.
Te sorprende también aquella disposición al cariño que justificaba cada golpe,
aquella sensación de no sentirte solo sin creer que dios te vigilaba.
Y pronuncias en voz baja
una blasfemia que solamente a ti te reconforta.
¿O es qué todo lo que has dicho no deja de ser una conjetura
o una ávida reconstrucción de los hechos
o una manera de legitimar una mentira,
porque eres otra presa del olvido
y herido por el sol en el costado,
se han calcinado todos tus recuerdos?
No hay nada,
te cuesta trabajo creer que no hay nada.
Regresas para buscar en ti algo que permanezca
y compruebas que lo único palpable que posees,
ahora que ya es tarde y tienes sueño,
es el cuerpo de una mujer que no puede dormir
y te espera en otro cuarto.
Dejas la pluma que habías tomado para escribir eso que no alcanzas a fijar,
apagas en silencio cada una de la luces de la casa
y el desasosiego no se extingue por completo.

Quisieras continuar pero ya es tarde.


De: “Contraverano”



SANDRA URIBE PÉREZ




[Pastor]



Descuidé el rebaño
y ahora tengo varias nubes perdidas.
Tenía que llevarlas a pastar sobre aquella montaña.
Tenía que cuidar de cada una de sus gotas.
Pero me dormí en el recuerdo de un día de lluvia detrás de la ventana.
Me quedé atrapada en la música que repiqueteaba.
En la imagen de un río.
En la voz de la sed detrás de la garganta.
Tendré que confesar que no fue negligencia.
Que ordeñé aquellas nubes
que doy por extraviadas
y me las bebí por mi cuenta.
Que ahora me estoy ahogando en un vaso de agua.